Bolivia defendió su derecho a industrializar la hoja de coca ante el 66 periodo de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas (ONU), en Viena (Austria).
«Las políticas de erradicación de la coca, la reglamentación de su uso, el control del consumo, las negaciones de su procesamiento industrial y prohibiciones de su comercialización fracasaron (…) Consideremos este encuentro como una oportunidad para tomar conciencia crítica de la arquitectura jurídica, política, mediática del convenio», pidió el vicepresidente boliviano, David Choquehuanca, en su discurso en el foro internacional.
Ante la calificación de la hoja de coca como un estupefaciente en 1961, la autoridad boliviana denunció que «operadores de la geopolítica de dominación del Occidente» intervinieron el cultivo natural mediante programas de erradicación.
«En 1961 la Convención sobre Estupefacientes de la ONU cometió un error histórico, un atentado a los pueblos originarios, decretando que la hoja de coca estaba condenada al exterminio en los últimos 25 años», recordó.
En Bolivia, la erradicación de la hoja de coca fue impulsada por Estados Unidos hasta el año 2008, mediante la Administración de Control de Drogas (DEA, por su sigla en inglés), que dejó hasta 1997 al menos 33 campesinos muertos, según datos del Ministerio de Gobierno. Bolivia busca desclasificar la hoja de coca de la Convención de Estupefacientes de 1961 y ya cuenta con el respaldo de Colombia.
La hoja de coca se emplea en el tradicional acullicu (masticado) por obreros y campesinos, y también en la producción de infusiones, harina, pasta dental y posee propiedades medicinales, que pueden ser explotados por la industria farmacéutica.
En el mundo, Colombia es el principal productor de hoja de coca con 204.000 hectáreas y seguido por Perú con 80.000 hectáreas. Bolivia tiene como límite de producción 22.000 hectáreas de coca para el consumo interno, pero en 2021 creció en 4%, según el último informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
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/ Imagen principal: CC BY 2.0 / Luis Pérez /