Publicado:
El incidente, causado por un fallo informático, afectó a 700.000 pasajeros en plena temporada de vacaciones en agosto del año pasado.
El problema informático en el control del tráfico aéreo que afectó a las aerolíneas británicas en agosto de 2023 se vio agravado por el retraso en la verificación de la contraseña de un ingeniero que trabajaba desde casa, según ha revelado una investigación de la Autoridad de Aviación Civil del Estado (AACE).
El incidente, causado por un fallo informático, afectó a 700.000 pasajeros en plena temporada de vacaciones, informa Reuters. La interrupción de vuelos fue condenada por el Gobierno, los viajeros y los directores de las aerolíneas, que señalaron que tendrían que abonar más de 100 millones de libras (127 millones de dólares) en concepto de reembolsos e indemnizaciones.
La investigación descubrió que el sistema del operador de control aéreo NATS se bloqueó cuando intentaba procesar un plan de ruta inusual para un vuelo de Los Ángeles a París que entraría en el espacio aéreo del Reino Unido. Esto se debió a que dos puntos del trayecto, Devil’s Lake, en Dakota del Norte, y Deauville, en Francia, comparten el mismo código de tres letras, por lo que el sistema se confundió, al tiempo que el procesador principal y su copia de seguridad se bloquearon ante la imposibilidad de conciliar una ruta aparentemente imposible.
En su informe final sobre el incidente del año pasado, la AACE relevó que un ingeniero de nivel 2 estaba trabajando a distancia el 28 de agosto de 2023. En cuanto fallaron los sistemas automáticos de planificación de vuelos, a las 8.32 de la mañana, un ingeniero de nivel 1 que trabajaba en el lugar comenzó las comprobaciones. Treinta y cuatro minutos más tarde se contactó con el ingeniero de nivel 2, pero según el documento los datos de acceso de su contraseña «no pudieron verificarse fácilmente debido a la arquitectura del sistema». De acuerdo con la AACE, este fue uno de los factores que prolongaron la identificación y rectificación del fallo.
Una vez agotadas las opciones de intervención remota, el ingeniero tardó una hora y media en llegar al sitio para realizar el necesario reinicio completo del sistema, que no era posible a distancia. Para entonces, habían transcurrido tres horas y 15 minutos desde el inicio del problema.
Además, «no se solicitó ayuda a Frequentis Comsoft, fabricante del sistema automático de planificación de vuelos, hasta más de cuatro horas después del incidente inicial«. La empresa encontró una solución al fallo a los 30 minutos de ser contactada. «Una mayor comprensión de la interfaz entre los dos sistemas por parte de los ingenieros de Frequentis Comsoft fue clave para identificar la causa raíz del suceso», notaron desde la AACE.
Un reporte anterior de la autoridad estatutaria calculaba que más de 300.000 personas sufrieron cancelaciones como consecuencia del fallo. Aproximadamente, 95.000 soportaron retrasos de más de tres horas y al menos otras 300.000 demoras más breves, añadió el regulador.
Asimismo, la Autoridad de Aviación Civil formuló el jueves de la semana pasada 34 recomendaciones en su informe final para el operador de tráfico aéreo NATS, las compañías aéreas, los aeropuertos, la AACE y el Gobierno.