El 5 de febrero de 2003, el entonces secretario de Estado de EEUU Colin Powell presentó una falsa prueba de que Bagdad tenía armas de destrucción masiva. Esta declaración provocó la invasión a Irak que, en opinión de varios expertos, mostró que el país norteamericano trató de no permitir a Oriente Medio escaparse de sus garras.
Un pequeño frasco con algún tipo de polvo blanco fue presentado por Colin Powell ante el Consejo de Seguridad de la ONU como prueba «concluyente» de que el expresidente de Irak Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva que amenazaban al mundo.
«Todo lo que les presentamos son hechos y conclusiones basados en información creíble que confirman que Irak tiene armas de destrucción masiva», declaró entonces Colin Powell.
El político iraquí Imad Din Jabari recordó aquel día crucial para la historia de Irak y tildó la declaración de Powell ante la ONU como «el mayor y más sangriento espectáculo«.
«Los estadounidenses habían mentido sobre Irak, y Powell solo lo admitió antes de su muerte en 2021. Y está claro que ningún político o funcionario en el poder admitirá jamás los crímenes de Estados Unidos en Irak», aseveró.
En sus palabras, Occidente, liderado por EEUU, había planeado un largo ataque contra el país árabe desde el final de la guerra entre Irán e Irak en 1988. «El Irak fuerte de Sadam», que se estaba convirtiendo en «un importante actor regional, no satisfacía en absoluto a los estadounidenses».
«Es bien sabido que cualquier país árabe que alcanza un alto nivel de desarrollo y adquiere un peso político tangible se convierte inmediatamente en objetivo de Occidente. Irak se negó a transigir con Estados Unidos cuando exigieron el desarme y la reducción del Ejército», añadió el político iraquí.
En su opinión, el país norteamericano demostró claramente con este ejemplo que no permitirá que ningún país de la región «escape de las garras estadounidenses». Sin embargo, para Washington la invasión de Irak tampoco fue «un camino fácil».
«Los bombardeos sobre nuestro país continuaron durante 42 días, pero la ofensiva terrestre solo duró cuatro días. Y durante este tiempo, el Ejército estadounidense se enfrentó a una feroz resistencia del Ejército iraquí en varias batallas. En primer lugar, queremos recordar las batallas de Hafajiyah y Nasiriyah. Aquí apareció el famoso cementerio de tanques estadounidenses. El Ejército norteamericano perdió a muchos de sus soldados y equipos sobre el terreno y luego pidió negociar», recordó Imad Din Jabari.
El plan que se convirtió en «un error terrible»
El director del Centro de Estudios Estratégicos de Bagdad, Manaf Musawi, calificó los acontecimientos del 5 de febrero de 2003 y el discurso de Powell ante el Consejo de «momento de transformación» tanto para Irak como para la región árabe en general.
«Las mentiras de Colin Powell en el Consejo de Seguridad fueron muy costosas no solo para Irak. Fue el primer paso en la ejecución de un plan para provocar un cambio en la región de Oriente Medio. El mismo nuevo Oriente Medio del que tanto se habló en Occidente en los años 90. La invasión de Irak fue solo la primera parte del gran juego«, declaró.
En cuanto al resultado de la invasión, el experto iraquí indicó el fracaso de todas las acciones de Washington en Oriente Medio.
«El proyecto del Nuevo Oriente Medio, la Primavera Árabe que le siguió unos años después y los intentos de crear el Estado terrorista del ISIS fracasó. Trataron de destruir Irak, y luego Siria, Libia y Yemen hasta los cimientos y componerla [a su antojo]. Lo único que consiguieron es destruir, pero no recomponerla», explicó.
Subrayó que los estadounidenses aún tenían que admitir que la probeta de Powell era una simple falsificación. Pero no consideraron que la falsificación fuera «un error terrible», ese era el plan.
@Sputnik