Cómo Siria anuló los planes de Occidente para remover a Asad y aislar a Damasco.

El 15 de marzo se cumplió el 12.º aniversario del conflicto sirio, que comenzó con disturbios que luego se tradujeron en un enfrentamiento multinacional avivado por Occidente. La participación de Rusia cambió la trayectoria de la guerra y dio estabilidad al país.

El presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo sirio, Bashar Asad, mantuvieron un encuentro en el Kremlin este miércoles 15 de marzo. Este último todavía dirige los destinos de Siria, a pesar del intento de Occidente de reemplazarlo con un representante yihadista títere durante la sangrienta guerra civil que estalló hace exactamente 12 años.

Del mismo modo, los Gobiernos occidentales fracasaron en su intento de aislar a Damasco. Por el contrario, actualmente se llevan a cabo conversaciones sobre el regreso de Siria a la Liga Árabe, la principal asociación de países independientes del norte de África y Oriente Medio.

El respaldo de Arabia Saudita a la iniciativa ha revitalizado las conversaciones: el príncipe Faisal bin Farhan Saud dejó en claro el mes pasado en la Conferencia de Seguridad de Múnich que aislar a Siria no estaba funcionando.

«Creo que no son solo los Estados del Golfo los que tienen un nuevo enfoque hacia Siria, también es Jordania y algunos otros países árabes. Después de 12 años de crisis sin ningún atisbo de una solución, hay un entendimiento más profundo en Oriente Medio, en los países árabes, incluido el Golfo, que la crisis siria debe llegar a su fin. De lo contrario, esta podría extenderse a los países vecinos», dijo el analista Oraib Rantawi, fundador y director general del Centro de Estudios Políticos Al Quds, con sede en Amán.

«Hay un nuevo enfoque que ha sido adoptado por muchos países árabes, incluidos Jordania, Irak, Líbano, Arabia Saudita, recientemente, antes de los Emiratos, Baréin y Omán. Y también por parte de Argelia, Túnez. La mayoría de los países árabes realmente están adoptando un nuevo enfoque», continuó el también columnista y reconocido escritor.

Suspensión de Siria y su camino de regreso

Siria fue suspendida de la Liga Árabe tras los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los grupos armados de oposición en 2011. En marzo de 2012, el grupo panárabe decidió otorgar su asiento a la Coalición Nacional para las Fuerzas Revolucionarias y la Oposición Siria, el grupo de oposición que contaba con el respaldo de casi 100 estados, incluido Estados Unidos.

Aun así, dos años después, el secretario general de la Liga Árabe, Nabil Arabi, anunció que el puesto de Siria en el grupo permanecería vacante, ya que las fuerzas de oposición sirias no habían logrado establecer las instituciones apropiadas.

Para septiembre de 2015, los grupos yihadistas ya estaban muy cerca de la capital siria, Damasco, que estaba a casi dos o tres semanas de caer ante grupos terroristas respaldados por extranjeros. La decisión de Rusia de ayudar a Siria a pedido del Gobierno legítimo de Damasco en septiembre de 2015 fue un gran punto de inflexión, según los especialistas.

A medida que Damasco exhibió resiliencia, mostrando que la República Árabe Siria no se convertiría en otro Estado fallido similar a Libia, los Estados clave del Golfo comenzaron a mostrar interés en restablecer la membresía de Siria en la liga a partir de 2018. La reapertura oficial del cruce fronterizo de Nasib entre Jordania y Siria en octubre de 2018 generó esperanzas de que reactivaría la economía regional y volvería a conectar a Siria con el mundo árabe.

Además, el 16 de diciembre de 2018, el presidente sudanés, Omar Bashir, se convirtió en el primer líder de la Liga Árabe en visitar Siria tras su expulsión. El arribo fue interpretado por los observadores occidentales como un gesto de amistad por parte de Arabia Saudita, que mantenía estrechos lazos con Jartum.

Emiratos Árabes Unidos reabrió su embajada en Damasco en diciembre de 2018, mientras que Baréin anunció que el reino no había roto lazos diplomáticos con Siria a pesar de la guerra civil. Varios países del norte de África (Argelia, Marruecos y Túnez) también celebraron el posible regreso de Damasco al redil árabe. El 31 de diciembre de 2018, Kuwait insinuó que más naciones árabes podrían reabrir sus embajadas en la República Árabe Siria.

Como era esperable, Washington y sus aliados intentaron obstaculizar el proceso. En 2019, el Gobierno de Donald Trump adoptó la llamada ley César, imponiendo amplias sanciones a Damasco y amenazando a otros actores mundiales contra la colaboración con el Gobierno sirio legítimo.

Sin embargo, en febrero de 2020, el presidente de Argelia, Abdelmajid Tebune, reanudó los llamamientos para la readmisión de Siria en la unión panárabe. Por su parte, el ministro de Industria y Comercio de Jordania visitó Damasco el 5 de marzo de 2020.

En enero de 2021, Moscú y Riad coincidieron en la «importancia de que Siria regrese a la Liga Árabe lo antes posible». El 3 de mayo de 2021, una delegación saudita de alto nivel encabezada por el jefe del servicio de inteligencia, Jalid Humaidan se reunió con el presidente sirio, Bashar Asad, en Damasco.

El último impulso para restablecer la membresía de Siria en la Liga Árabe fueron los devastadores terremotos de inicios de febrero, que asestaron un duro golpe a la República Árabe. Más de 50.000 personas murieron y millones más fueron desplazadas después de una serie de sismos que sacudieron el sur de Turquía y el norte de Siria el 6 de febrero.

«El terremoto y la diplomacia humanitaria allanaron el camino para que muchos países árabes se acercaran a Damasco. EEUU, como saben, trató de diferenciar entre la necesidad de ayuda humanitaria para el pueblo sirio y cualquier contacto político con Asad. Muchos países árabes encontraron entonces una buena oportunidad para alcanzar a Damasco, beneficiándose de la presión que EEUU creó a partir de las consecuencias del desastre del terremoto», dijo Rantawi.

El analista llamó particularmente la atención sobre los esfuerzos recientes del ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, Faisal bin Farhan, quien dejó en claro el mes pasado que la situación actual no era sostenible.

«Realmente es necesario adoptar un nuevo enfoque», dijo también el académico. «Arabia Saudita será el anfitrión de la próxima cumbre árabe, y lo más probable es que Siria sea parte de ese encuentro. Solo hay un país árabe que todavía está en contra de esta apertura con el [Gobierno] de Asad, y es Catar. Salvo Kuwait y Marruecos, que están reacios, pero silenciosos, el resto de los países árabes estarán a favor de que Siria vuelva al mundo árabe».

Un boicot que fracasó

Los esfuerzos de Occidente para aislar a Siria fracasaron porque el aislamiento tradicional ya no es efectivo, según el analista político Ahmed Ibrahim, radicado en Riad.

«Hemos visto cuánto aisló Occidente a Irán y míralos dónde están ahora (…) Occidente también está aislando a Rusia debido al conflicto ucraniano. Y vemos que Rusia básicamente tiene otros mercados. Tienen a China, tienen a la India, tienen el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCG)», apuntó.

«El intento de aislamiento ya no funciona. Lo necesario es sentarse alrededor de una mesa para trabajar por lo que se necesita hacer y no molestar a la gente de estas naciones. Porque estos bloqueos lo único que logran es que los ciudadanos tengan una mala impresión de los países que los están estancando y aislando«, estimó.

Al mismo tiempo, se hace evidente que Estados Unidos está perdiendo su papel en la región, según Rantawi. Se refirió al hecho de que muchos aliados de Washington están tratando de allanar el camino para nuevas políticas independientes y diversificar sus vínculos. Muchos países árabes todavía creen que Estados Unidos es un fuerte aliado, pero «no el único en la escena», enfatizó el estudioso de Oriente Medio.

«Vimos esto en los últimos años, cuando Arabia Saudita insistió en respetar su compromiso dentro de la OPEP+ (Organización de Países Exportadores de Petróleo)», continuó Rantawi.

«Esta nueva apertura entre los países árabes y China, las cumbres árabes con Xi Jinping en Yeda, y ahora el reciente gran avance revolucionario, esta declaración tripartita en Pekín, donde los sauditas y los iraníes comenzaron realmente a reanudar las conversaciones y a llegar a un acuerdo sobre el intercambio de la representación diplomática y acordar tratar de resolver los problemas bilaterales y regionales diplomáticamente y mediante el diálogo alrededor de la mesa, no a través de guerras proxy como solía suceder en los últimos 10-12 años. Este es un gran avance«.

Este cambio hizo más claro el retroceso del papel de Estados Unidos en la región y la tendencia de muchos países árabes a diversificar sus relaciones internacionales y a abrirse con otros jugadores en el mundo, como Rusia, China, y la India.

«Los países de la región comienzan a pensar en su propio interés nacional, sin limitarse realmente a lo que Estados Unidos quiere imponer, ya que demostró que no es confiable y que no está pensando en los intereses de los otros pueblos», dijo Rantawi.

Rusia hizo mucho para estabilizar Siria

Los especialistas señalaron el rol fundamental que tuvo Rusia en la región de Oriente Medio durante los últimos años, ayudando a restaurar la confianza en el futuro de Siria.

«Rusia ha jugado un gran papel en la estabilización de Siria y, básicamente, ha brindado una ventana para abrir canales con otros países», dijo Ibrahim.

«Con la reanudación de las relaciones entre Arabia Saudita e Irán, ahora Siria es definitivamente uno de los pendientes para los Estados árabes y todos están comprometidos en la reconstrucción de Siria. Esperamos ver un avance en los próximos días con respecto a eso. Todos los países del CCG, los países árabes, van a contribuir para traer de vuelta a Siria».

Al Ibrahim también citó los lazos de larga data de Rusia con la República Árabe Siria, que se remontan a la era soviética.

En realidad, muchos países árabes confían en los canales rusos para facilitar la comunicación con el Gobierno de Asad, señaló Rantawi, y agregó que Rusia tiene vínculos sólidos con muchos países árabes, incluidos los Estados del Golfo.

«Creo que la presencia rusa en Siria es un factor alentador para que muchos países árabes reanuden los contactos con Damasco«, dijo Rantawi. «Esto es muy diferente de un país a otro, basado en las diferencias entre sus intereses».

«Esperemos que esto se estabilice más en la región, esta región, especialmente liderada por Arabia Saudita, quiere eliminar todos los problemas que están sucediendo a su alrededor. Necesitamos tener una región estabilizada. Necesitamos hablar con todos, necesitamos trabajar con todos«, concluyó Ibrahim.

@Sputnik

/ Imagen principal: © AP Photo / Hassan Ammar

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