El 8 de marzo el Parlamento rechazó la reforma tributaria de La Moneda. La oposición señaló que se vieron ideológicamente «obligados a votar en contra». Esta afirmación podría poner en jaque la reforma de pensiones y la reducción de la semana laboral a 40 horas —aprobada en primera instancia en el Senado—, proyectos emblemáticos del ejecutivo.
El proyecto de reforma tributaria de Chile fue rechazado en el Congreso con 73 votos a favor, 71 en contra y tres abstenciones. Eran necesarios 74 votos para su aprobación. No obstante, el mandatario Gabriel Boric aseguró que insistirá con la iniciativa.
La oposición justificó su rechazo al proyecto del ejecutivo. «Estábamos ideológicamente obligados a votar en contra de la reforma tributaria», afirmó el senador Javier Micaya, también presidente de la Unión Demócrata Independiente (derecha). Para el líder opositor la propuesta del Gobierno «estaba alejada de la realidad de los chilenos».
La politóloga Sarita Abarza, egresada de la Universidad Diego Portales, calificó de «impresentable» que el presidente de un partido «que pregona constantemente estar preocupado por la situación del país y la situación económica de las familias chilenas, se declare ideológicamente obligado a votar en contra de la reforma tributaria«.
Abarza explicó que la reforma tributaria es el pilar fundamental que sustenta los proyectos de gobierno por los cuales fue electo Gabriel Boric.
«Esta declaración [de Macaya] da cuenta de que en vez de votar por los méritos de un proyecto, o al menos abrirse la posibilidad de dialogar en torno a este para poder mejorarlo, actúan mezquinamente con una clara intención de sabotear lo que muchos llaman el corazón del programa y del Gobierno de Boric«, agregó la analista política.
La última encuesta Plaza Pública Cadem reveló que un 82% de los ciudadanos consultados está de acuerdo en que es necesario hacer una nueva reforma tributaria, aunque no hay confianza en que el ejecutivo chileno logre un acuerdo en esta materia.
«Sin duda el rechazo a la reforma tributaria fue un duro golpe al Gobierno y demuestra una preocupante polarización del sistema político«, indicó el también politólogo Carlos Astudillo, de la Universidad de Talca.
«Sin embargo, le restaría dramatismo. Lo importante ahora es que todos los sectores se comprometan a avanzar en un acuerdo tributario», agregó.
La reforma de pensiones
Tal como sucedió con la implementación de la mesa de seguridad para combatir el crimen organizado y el comité técnico para avanzar en la reforma tributaria, la oposición chilena no ha participado en las reuniones que buscan lograr acuerdos para aprobar la reforma de pensiones en el Congreso Nacional.
Desde Chile Vamos, coalición de partidos de centroderecha, decidieron no asistir al comité técnico convocado por el ejecutivo. Según informó el diputado Jorge Alessandri, de la Unión Demócrata Independiente, se encuentran diseñando su propia contrapropuesta, la cual será presentada a La Moneda, sede de la presidencia chilena.
«Vamos a llegar con una propuesta que por supuesto que mira los errores y falencias del sistema actual, los mejora y los proyecta en algo sustentable en el futuro. Pero no puedo decir la mía o nada», indicó el parlamentario opositor.
Para Astudillo el rol de la oposición siempre será tensionar al Gobierno con tal de cumplir sus objetivos.
«En el actual contexto social chileno en donde la ciudadanía exige cambios, la oposición no ha tenido suficiente piso para restarse de los acuerdos importantes, por eso ha retomado las conversaciones, como por ejemplo, por la nueva constitución, seguridad y ahora la reforma tributaria», aseguró.
Reducción de jornada laboral
Este 21 de marzo la sala del Senado aprobó el proyecto que reduce la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales. La iniciativa será ahora discutida por la Cámara de Diputadas y Diputados, en su último trámite constitucional antes de ser ley.
La iniciativa fue despachada el 15 de marzo por la comisión de hacienda del Senado, la cual aprobó por unanimidad una serie de indicaciones, entre las que destaca la denominada jornada 4×3, es decir, la posibilidad de tener cuatro días de trabajo por tres de descanso.
Astudillo explicó que si bien ambos proyectos —la reforma de pensiones y la reducción de la jornada laboral— son importantes para el Gobierno, correrán distintas suertes en el Congreso Nacional. «Su viabilidad legislativa se deberá evaluar por separado, ya que existen consensos diferentes».
«Por un lado, [la reducción de la jornada laboral a] las 40 horas fue aprobada por unanimidad, lo cual indica que el proyecto avanzará bien», aseguró.
«Por otro lado, la reforma de pensiones al parecer presenta mayores dificultades tanto a nivel presupuestario como de consensos políticos. En lo personal, me gustaría que el proyecto de pensiones avance porque la gente lo necesita. Hoy las personas mayores viven de forma muy precaria y eso no puede seguir así», complementó.
Consultado sobre cómo debería seguir adelante el ejecutivo con las conversaciones con la oposición para generar consensos, Astudillo comentó que el error del Gobierno fue condicionar la aprobación de las reformas con el cumplimiento del programa.
«Fue un error comunicacional importante. En momentos complejos como estos, lo viable es actuar con pragmatismo, pero siempre mantener los principios de cara a la ciudadanía«, finalizó.
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