El director ejecutivo del grupo mediático ruso Rossiya Segodnya, Kiril Vishinski, denunció ante la reunión del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) acciones rusófobas de las autoridades de Kiev y otros representantes de la sociedad ucraniana.
Recordó que durante 2022 se emitieron mensajes rusófobos y misántropos en las cadenas de televisión nacionales de Ucrania. Por ejemplo, un periodista del Canal 24, Fajrudin Sharafmal, llamó en directo por televisión a «masacrar a los rusos» y exterminar a sus familias e hijos, indicó Vishinski. Otro periodista también se dirigió a los rusos, declarando que él será uno de los primeros en masacrar a todas sus familias.
El directivo periodístico añadió que el médico ucraniano Guennadii Druzenko pidió que se castrara a los prisioneros de guerra rusos porque «son cucarachas, no personas». Recordó un video ucraniano con un supuesto anuncio social, en el que una chica con una camiseta tradicional y una corona de flores degollaba a un soldado ruso con una hoz y decía: «Ahora recogemos nuestra sangrienta cosecha. La muerte les espera a todos«.
«Y estas declaraciones se están aplicando en la práctica hoy en día, esto se puede ver en el fusilamiento de prisioneros de guerra rusos, los resultados del tratamiento inhumano de ellos en cautiverio, la forma en que los civiles de habla rusa en Donbás son bombardeados«, subrayó.
Además, llamó la atención del Consejo de Seguridad de la ONU sobre un proyecto de declaración parlamentaria registrado en la Rada de Ucrania, que propone referirse oficialmente a la política rusa como «rashismo» (acrónimo de Rusia y fascismo en ucraniano, término utilizado por académicos, políticos y publicistas ucranianos para criticar la política rusa).
«Como signos de este fenómeno inventado en Ucrania, los diputados [ucranianos] destacan ‘la autoglorificación de Rusia y los rusos mediante la opresión violenta y [o] la negación de la existencia de otros pueblos», detalló Vishinski.
De acuerdo con sus palabras, esta mentira hacia los rusos debería provocar, no solo en Ucrania, sino también en otros países, una hostilidad y un odio absolutos hacia Rusia y sus residentes, y convertirse en una herramienta para despertar y dar forma a la rusofobia.
«Lo cual, por cierto, ya está ocurriendo en la Unión Europea: en marzo de 2022, el primer ministro polaco [Mateusz] Morawiecki admitió que la rusofobia ‘ya es corriente hoy en día, ya se acepta como una obviedad en la que nosotros [los políticos polacos y europeos] funcionamos«, recordó Vishinski.
Aclaró lo que, en su opinión, es la esencia de la rusofobia. «Es el cultivo del odio y el rechazo no sólo a Rusia y a los ciudadanos de la Federación de Rusia, sino a todos los rusoparlantes, a todas las personas que se asocian con esta comunidad lingüística y cultural, incluidos nuestros compatriotas en el extranjero», sostuvo.
El director ejecutivo recordó la discriminación en el ámbito de la lengua en Ucrania y la destrucción de la memoria histórica relacionada con las páginas de la historia ucraniana vinculada a Rusia, pues el país europeo durante mucho tiempo formó parte del Imperio Ruso y de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
«Se están destruyendo monumentos a líderes militares, figuras culturales, escritores y poetas rusos. El año pasado se demolió en Ucrania una enorme sucesión de monumentos a [el poeta Alexandr] Pushkin, muchos de los cuales fueron erigidos a finales del siglo XIX y principios del XX por residentes rusoparlantes del Imperio Ruso, la parte de este que más tarde pasó a formar parte de Ucrania», explicó Vishinski.
En los últimos años, las autoridades de Ucrania apoyan una política de rusofobia y prohíben masivamente el uso de la lengua rusa, prescribiéndolo a nivel legislativo. El Parlamento ucraniano aprobó el 25 de abril de 2019 una ley sobre la garantía del funcionamiento de la lengua ucraniana como lengua estatal.
El documento implica que los ciudadanos deben utilizar la lengua nacional en todas las esferas de la vida pública. La violación de esta ley conlleva una sanción administrativa en forma de multa de 3.400 grivnas, la moneda ucraniana, monto equivalente a 92 dólares.
El ministro ruso de Educación, Serguéi Kravtsov, afirmó que Kiev utiliza el sistema educativo para fomentar el odio interétnico. Subrayó que un análisis de los manuales escolares ucranianos mostraba una distorsión absoluta de los hechos y una siembra de rusofobia. El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, también estimó que las autoridades ucranianas llevaban muchos años aplicando una política agresiva de desrusificación y asimilación forzosa.
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