En el Club Don Bosco se vivió una jornada intensa y enriquecedora gracias a la capacitación brindada por la Secretaría de Deporte al equipo de primera división de vóley femenino sobre la importancia de la gestión de la presión y la confianza en el alto rendimiento.
Durante el encuentro, Eliana Lépez, Master Coach Profesional, destacó que estas habilidades son esenciales para construir un equipo verdaderamente cohesionado. Según explicó, abordarlas permite ir más allá de las conductas observables dentro de la cancha, y explorar los aspectos invisibles y subyacentes que afectan al rendimiento colectivo, como los miedos, las frustraciones y los temas «inconversables» que muchas veces permanecen ocultos.
La capacitación incluyó dos dinámicas de equipo diseñadas para visibilizar estos aspectos clave. La primera de ellas consistió en un juego que permitió develar los vínculos, tanto fuertes como débiles, existentes entre las jugadoras. Este ejercicio fue fundamental para que tanto el cuerpo técnico como las deportistas comprendieran mejor la estructura emocional y relacional del equipo.
La segunda dinámica se enfocó en la resolución de dificultades a través de la reflexión en mini grupos. Las jugadoras trabajaron en conjunto para identificar problemas observados en el juego y plantear soluciones desde una perspectiva emocional y de compañerismo. Esta actividad permitió trasladar las posibles soluciones a la vida real mediante conductas observables y medibles, fortaleciendo la confianza y el entendimiento entre las jugadoras.
“El trabajo en equipo va más allá de la técnica o la estrategia de juego. Cuando los equipos se conectan con su verdadera humanidad y sus emociones más profundas, la gestión de la presión y la confianza se convierten en habilidades que se pueden aprender fácilmente. Crear espacios para que las jugadoras se expresen y hablen de lo que normalmente no se habla, genera un contexto propicio para el alto rendimiento mental y emocional”, reflexionó Lépez.
La capacitación dejó al equipo femenino de vóley del Club Don Bosco con herramientas clave no solo para mejorar su rendimiento deportivo, sino también para fortalecer los lazos dentro del grupo. Según el entrenador del equipo, el trabajo realizado junto a Lépez fue una oportunidad única para transformar los errores en oportunidades de aprendizaje, facilitando un crecimiento tanto personal como colectivo.
Este tipo de intervenciones demuestran que el alto rendimiento no solo se forja en los entrenamientos físicos, sino también en el terreno emocional, donde la cohesión y la confianza pueden marcar la diferencia en los momentos decisivos del juego.