Periodista: ¿Y ahora, qué? ¿Debemos prepararnos para una represalia nuclear? Entre Biden que se va, y Trump que no asume hasta enero; Biden que le permite a Ucrania usar misiles estadounidenses para atacar Rusia y la nueva postura de Vladimir Putin, que agita la posibilidad de contestar con una réplica nuclear, ¿qué es lo que los mercados deben hacer? ¿Comprar bonos del Tesoro, de los que estuvieron huyendo los últimos dos meses como si fuera la peste? ¿Olvidarse del rally de las acciones?
Gordon Gekko: No se preocupe. Perro que ladra, no muerde.
P.: Pero Ucrania ya usó los misiles, habría lanzado seis en la región de Bryansk. Rusia denuncia que se trata de una escalada inaceptable del conflicto. Y dice que la colaboración de Washington, una potencia nuclear, la autoriza a responder con todo su arsenal, incluyendo armas nucleares.
G.G.: Mientras Moscú explique lo que puede llegar a hacer, no hay más problemas que un error de cálculo. Y eso se limita al uso de armamento convencional. Mire, la Casa Blanca cambia de ocupante el 20 de enero. Y la posición de Trump, la de forzar la paz manteniendo el statu quo, es muy conveniente para Putin. Por eso mismo Ucrania tiene que mejorar su situación ahora porque con Trump en el poder le será imposible. Putin no va a hacer locuras, no va a arruinar esta oportunidad. Y está claro, en el mientras tanto, tiene que frenar la ofensiva de Zelenski, y tratar de disuadir a sus apoyos de involucrarse.
P.: La transición en Washington es muy pacífica. Trump visitó a Biden y se sacaron la foto juntos que faltó cuatro años atrás. Pero en el terreno en conflicto, la guerra se acentúa en la transición. Por lo menos hasta que se produzca el cambio de mando y Trump tome las riendas.
G.G.: Uno supone que este asunto se trató en la conversación entre ambos. Biden anunció después la decisión de permitirle a Ucrania usar los misiles ATACMS en territorio ruso. Trump no se pronunció. Y el que calla, otorga.
P.: ¿Qué harán los mercados hasta que se calmen los tambores de guerra?
G.G.: La primera reacción al anuncio de Putin es un acto reflejo. Venden algunas acciones y se refugian en los bonos del Tesoro. No más que eso.
P.: La semana pasada la tasa de 10 años rozó 4,50%. Y hoy se hundió por debajo de 4,35%. ¿Durará este movimiento?
G.G.: Si el perro ladra y ladra y no muerde, no. La guerra no empezó ayer sino en febrero de 2022. Y el final parece estar mucho más cerca. En la agenda de Trump, la paz tiene un lugar destacado. Será un golpe de efecto político interno muy fuerte.
P.: ¿Cree que la tensión en el ínterin puede hacer descarrilar el auge de la Bolsa?
G.G.: Sinceramente, no. Ni tampoco va a generar una demanda de bonos del Tesoro que pueda evitar la tendencia alcista de las tasas largas. Y no por lo que haga Biden o deje de hacer. No es por las guerras. Es la agenda de Trump la que mueve el amperímetro.
P.: Sin embargo, todavía esa agenda está rodeada de una gran incertidumbre. Una cosa es lo que se dijo en la campaña. Otra lo que efectivamente se quiera impulsar en el gobierno. Ya lo dijo Jay Powell, no vamos a especular con las medidas oficiales, vamos a esperar que se anuncien. Y después, si hace falta, ajustaremos la política.
G.G.: Los mercados no van a esperan tanto. No pueden darse ese lujo. Pero está claro que Trump tampoco definió su curso de acción en materia de política económica. No demoró en hacer nombramientos en su gabinete.. Es su intención demostrar que, a diferencia de su primer mandato, sabe lo que va a hacer y con quiénes.
P.: Designó a Marco Rubio como secretario de Estado con la rapidez de un rayo. Pero otro puesto clave como la secretaría del Tesoro está en duda.
G.G.: Para peor, salieron a la luz los forcejeos para cubrir esa posición.
P.: ¿Scott Bessent o Howard Lutnick? Elon Musk criticó a Bessent. Dijo que era más de lo mismo, y que eso era lo que había cambiar. Y lo apoyó públicamente a Lutnick, ¿no lo terminó hundiendo?
G.G.: Es posible. Lutnick irá como secretario de Comercio. Pero Trump está indeciso. Circuló también que Marc Rowan, de Apollo Group, le había causado muy buena impresión. Sin embargo, el favorito de estos dos últimos días es Kevin Warsh.
P.: Un ex colaborador de George Bush Jr. Y ex gobernador de la Fed.
G.G.: En los tiempos difíciles de la crisis de Lehman Brothers.
P.: Warsh fue muy criticado cuando entró en la Fed por su falta de experiencia. Pero Ben Bernanke, el mandamás entonces, le reconoció su aporte. Venía del área de fusiones y adquisiciones de Morgan Stanley. Y fue muy útil por sus muchos contactos en Wall Street cuando ardía el sistema financiero.
G.G.: De todos los nombres que suenan, es el menos agresivo, lejos, para las tasas largas.
P.: Pero, ¿qué tan compatible es con las ideas de Trump?
G.G.: Precisamente, por eso. En el pasado ha sido un crítico de la irresponsabilidad fiscal, inclusive un halcón en materia monetaria (en un momento en que probó ser una recomendación inadecuada). Y no es un adalid tampoco de la aplicación de aranceles a mansalva. Sería una primera señal de moderación de Trump. No que renuncie a nada de lo que quiere, pero sí una indicación de promover una política razonable que no provoque una zozobra innecesaria.