El millonario Ken Griffin ha criticado las nuevas medidas aplicadas por las autoridades estadounidenses que tienen que ver con proteger y devolver el dinero de los usuarios del ya inexistente banco Silicon Valley Bank (SVB).
Según Griffin, el conjunto de medidas adoptadas por agentes reguladores estadounidenses demuestra que el capitalismo en Estados Unidos «se está desmoronando ante nuestros ojos». Asevero que EEUU no debería necesitar tomar medidas en apoyo a los clientes del banco en bancarrota.
«Ocurrió una pérdida de la disciplina financiera debido a que el Gobierno rescató por completo a los depositantes», comentó el empresario para el medio Financial Times.
De esta manera comentó que los reguladores prometieron que todos los clientes de SVB —incluidos los que habían invertido más del límite de 250.000 dólares garantizado por la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC)— serán reembolsados ante la quiebra del banco.
«La pérdida para los depositantes habría sido insignificante y habría dado lugar a un aumento de la importancia de la gestión del riesgo«, afirmó Griffin, el fundador de la firma de inversión global Citadel.
Según el multimillonario, si el Gobierno de Biden se hubiera limitado a dejar quebrar a los bancos y solo hubiera respaldado las cuentas aseguradas por el Gobierno federal, habría sido «una gran lección de riesgo moral«.
Ken Griffin es considerado el número 36 de las personas más ricas del planeta conforme a la lista Forbes. Su fortuna se estima en 32.600 millones de dólares. En ese sentido, Citadel, es uno de los fondos de inversión más consolidados y que tuvo un rápido crecimiento en 1990, el cual gestiona 57.000 millones de dólares en activos.
Silicon Valley Bank es en la actualidad el mayor banco en quiebra que ha tenido EEUU en 15 años, desde la crisis de 2008. SVB era el decimosexto banco por activos del país y uno de los prestamistas más destacados en el sector de las empresas emergentes en el área de la tecnología.
El problema de SVB surgió luego de que se cerrase Silvergate Bank. El 8 de marzo, los clientes del banco empezaron a retirar los fondos de sus cuentas, tras lo cual la entidad crediticia tuvo que tomar medidas de emergencia. Los inversores también empezaron a desprenderse de acciones de bancos homólogos, tales como, Signature Bank, Western Alliance y First Republic.
El Sistema de Reserva Federal pondrá en marcha un programa de financiamiento bancario de emergencia para proteger a otras instituciones financieras afectadas por el colapso del SVB.
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