El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, realizó unas polémicas afirmaciones este martes en la Cámara de Diputados, donde se desató un auténtico escándalo. Su discurso, fue llevado a cabo en el marco del cierre de la Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género.
«Se acabó sólo el género, nuestro valor es la familia que es el centro de la sociedad y de la Nación«, agregó el ministro y, antes de las intervenciones de las diputadas, manifestó que «nosotros rechazamos la diversidad de identidad sexual. Son inventos subjetivos». Asimismo, planteó que «el libertarismo ya establece la igualdad entre los sexos» y remarcó que «las violencias no tienen género».
Invitado a exponer por la Comisión de Mujeres, Géneros y Diversidad, Cúneo Libarona generó un gran repudio luego de sus comentarios, donde varias diputadas reaccionaron con indignación, entre ellas Carla Carrizo (UCR), Paula Penacca (UP) y Vanina Biasi (FIT), incrédulas ante lo que estaban escuchando de boca del ministro.
Carrizo le respondió: «Una cosa son sus opiniones personales y otra cosa es la ley. Usted es ministro de Justicia, está obligado a respetar las leyes del Estado argentino. No importa lo que usted piense. Queremos que estudie. Es una falta de respeto a todos los diputados de acá«.
El micrófono traicionó a Cúneo Libarona
Luego de ese comentario, Cúneo Libarona llamó a un colaborador y le susurró al oído, pero el micrófono le jugó una mala pasada: «Esto está textual del discurso de (Javier) Milei», justificó.
En el medio, y con una creciente tensión, un grupo de mujeres autodenominadas como «antifeministas» comenzó a enfrentar a las diputadas opositoras: «Se ponen a defender a violadores, por eso tienen candidatos como (Germán) Kiczka ustedes. Saquen a esa barra de pedófilos», aseguró Biasi, del Frente de Izquierda.
Por su parte, la presidenta de la comisión de Mujeres, Mónica Macha, de Unión por la Patria (UxP), pidió al personal de seguridad que retirara a las mujeres de la sala, ante la presunción de que no habían sido invitadas por ningún legislador.
Ante ese pedido, la diputada Lorena Villaverde (LLA) le aclaró a la diputada kirchnerista que ella había invitado a esas asistentes, por lo que se les permitió permanecer en la sala a condición de que mantuvieran el orden.
Además, se sumó a las reacciones el diputado del Partido Socialista y Encuentro Federal, Esteban Paulón, un reconocido activista del colectivo LGTB: «Soy un activista gay, estoy casado hace 14 años. Mi familia también tiene valores, amor, cuidado mutuo, respeto, como cualquier otra familia«, declaró.
«En 2024 venir a plantear que la orientación sexual o la identidad de género no es una circunstancia que motiva discriminación o falta de acceso a derechos es desconocer la realidad. Tanto es desconocer la realidad que este Congreso tuvo que crear una ley específica para que las personas homosexuales podamos casarnos en igualdad de condiciones», agregó, y además le solicitó a Cúneo Libarona que le explique «por qué la igualdad ante la ley implicaría» que él no puede casarse «simplemente por amar a una persona del mismo sexo».
También le recordó que el Congreso «tuvo que sancionar una ley para reconocer la identidad de género de las personas del colectivo travesti y trans, que antes de la ley de identidad de género eran el sector más excluido de la sociedad».
Otro que se sumó fue, Nicolás del Caño, quien se mostró en contra de la visión «religiosa» y «antiderechos» del ministro de Justicia y dijo que «negar la especificidad de la violencia de género atrasa siglos». «La mujeres sufren la violencia de género, existe el machismo, existe la diferencia salarial entre los varones y la mujeres, existen en las mujeres mayor pobreza que en los varones, una mayor sobrecarga laboral porque se hacen cargo de las tareas del cuidado en un 95%. Está en las estadísticas», expresó.
«Los programas eran inútiles», declaró Mariano Cúneo Libarona
El ministro se presentó a su segunda convocatoria de la Comisión de Mujeres y Diversidades, interrumpida cuantiosas veces por celebraciones de invitados civiles del oficialismo, y enumeró una serie de críticas hacia el organismo: «hubo hipocresía del género, cinismo y omisiones identificables»; «se trató de un garrote ideológico para captar sectores de clase media»; «fue una gran estafa con despilfarros; «los programas eran inútiles y las víctimas no eran acompañadas»; y que las trabajadoras ejercían sus funciones de modo virtual.
Posteriormente, señaló que en el 2023 «hubo una paulatina desinversión del ministerio», aunque reconoció que eso «se ve en que la violencia siguió latente«. «Recibimos un país con una economía devastada, con millones de niños en la pobreza y con señores mayores abandonados; ahí hay que centrar el mayor esfuerzo de las políticas de Estado», opinó Cúneo Libarona, calificando que «esos son los problemas reales de los argentinos» y tuvo consideraciones similares para con el INADI: «Había amenazas y vagos: se imponía cesar con ese despilfarro inútil».
El último informe realizado por el Observatorio «Ahora que sí nos ven» registró 78 femicidios en los primeros cuatro meses del 2024, lo que implicaron un femicidio cada 37 horas. En la mayoría de los casos (32,1%), el crimen ocurrió en la vivienda de la víctima; el 29,5% ocurrió en un hogar compartido entre la mujer y su femicida; el 11,% fue en la vía pública; y en el 6,4% aconteció en la casa del agresor. En ese marco, el vínculo con el agresor fue, en el 45% de casos, de pareja; mientras que otro 23% se trataban de ex parejas. En un 9% se trató de un familiar y en un 3% de un conocido.