A través de un duro mensaje en redes sociales, el exjefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, apuntó contra el presidente Javier Milei y remarcó que «lo han elegido para gobernar el país, no para insultar a quien no está de acuerdo con sus ideas».
El exmandatario publicó un informe realizado por el Movimiento al Desarrollo, su flamante partido, donde analiza «los efectos de su violencia discursiva y sus insultos sobre la convivencia democrática».
En su publicación, Larreta expresó: «Nuestros compatriotas lo han elegido para gobernar el país. No para dividirnos. No para insultar a quien no está de acuerdo con sus ideas. No para compartir mensajes de odio en las redes sociales. No para terminar con los consensos que tanto nos costaron como sociedad. No para llevarnos otra vez al resentimiento entre compatriotas».
El análisis reveló que durante su primer año como presidente, Milei usó 32 términos para insultar y descalificar en redes sociales en un total de 2.173 oportunidades.
Entre los términos que más usó están “zurdos” (301 veces), “degenerados” (184) o “hijos de puta” (110). «Ojalá que este tema le preocupe tanto como a mí», sostuvo Larreta.
A su vez, remarcó que hay «muchos argentinos que no piensan como usted» y consideró que «todos merecen respeto, paz y tolerancia». «Usted tiene una enorme responsabilidad. Cada uno es lo que dice. No se trata de ‘formas’. En democracia las formas son el fondo. Las palabras son importantes. De hecho, todos sabemos que son el lugar donde siempre comienza la violencia«, enfatizó.
Advierten que los insultos de Javier Milei son una «operación política deliberada»
El estudio realizado por MAD sostiene que «Milei no utiliza el insulto y la descalificación como parte de su lenguaje coloquial y haciendo uso de su ‘libertad de expresarse’, sino como una operación política deliberada y pensada con el objetivo de dañar reputaciones y acallar voces disidentes».
En ese sentido, advierte que «los grandes hechos de violencia del Siglo XX comenzaron siendo verbales y discriminatorios, siempre en un contexto de falta de contención institucional y de cuidado, o en un situaciones en las que las instituciones aceleraron la tragedia. Todos esos casos extremos fueron precedidos por campañas de odio y desinformación ayudadas por un lenguaje deshumanizante y denigrantes hacia minorías u otros grupos señalados y estigmatizados».