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Ahora los videojuegos son un mercado global fértil para jugadores y desarrolladores, que genera miles de millones en ganancias y ha permitido la aparición de un abanico de profesiones.
Brasil es uno de los mayores consumidores de videojuegos en Latinoamérica, y el segundo del Sur Global, detrás de China. Se calcula que 7 de cada 10 brasileños juegan diariamente, además, la nación acoge múltiples torneos con participantes de todo el globo, que consideran que se trata de una actividad muy seria.
Si bien en el pasado se creía que los videojuegos eran apenas un entretenimiento, ahora son un mercado global que, además de generar ganancias millonarias, son tierra fértil para jugadores y desarrolladores, y ha permitido la aparición de un abanico de profesiones.
Este año fue aprobado un nuevo marco legal en el país para juegos en línea, estimulando la creación de cursos, además de exención fiscal, como fomento para el sector. La Asociación Brasileña de Desarrolladores de Juegos Digitales (Abragames) estima en un 25% la expectativa de crecimiento en las contrataciones y en la facturación hasta finales del 2024.
Ganarse la vida con los videojuegos
Luego del anuncio este año del Comité Olímpico Internacional sobre la creación de unas olimpiadas de ciberdeportes a partir del 2025, para muchos jóvenes en Brasil esta pasión nacional se ha transformado en un sueño olímpico. Este es el caso de Arthur, un jugador de béisbol en línea (eBaseball), y una de las apuestas del país para la competencia.
«Para mí es un sueño ganarme la vida con los videojuegos, para poder dar a otras personas esta oportunidad de vivir en este mundo que es multimillonario. Es más grande que el mercado del cine y de la música juntos», asegura Arthur, cuya familia se convirtió en su principal hinchada.
El ciberdeportista entrena cerca de 14 horas semanales en su casa y en la sede de DiversiGames, una ONG que promueve el acceso a la cultura ‘gamer’, donde empezó a desarrollar su talento y en donde ahora también imparte clases a otros niños. «Sé que hay muchos niños pequeños que también sueñan con esto, con convertirse en jugadores profesionales y crear contenidos basados en esto o en programar juegos. Saber que DiversiGames lo está haciendo posible es muy gratificante para mí», comenta el joven.
«Cuando hablamos del juego en este escenario olímpico, es algo que está en proceso de formación. Entonces entendimos que aquí hay una posibilidad real de que una persona genere trabajo e ingresos a corto plazo. Entonces decidimos invertir en esto», señala al respecto Mariana Uchoa, presidenta de DiversiGames.
Los videojuegos como mercado estratégico han despertado la mirada de esta y otras ONGs, y también del Gobierno brasileño. Este año fue inaugurada la primera arena ‘gamer’ pública de Brasil, un paso más para un país que se está convirtiendo en una potencia en el mundo cibernético.
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