«La UBA acaba de contestar mi pedido de información pública y confirma que el subsecretario de Políticas Universitarias Alejandro Álvarez miente», afirmó el diputado Gabriel Solano, del Partido Obrero en el FIT, al referirse a su denuncia contra el funcionario por falsificar el cargo que dice ostentar en la Universidad de Buenos Aires. Tras confirmar su acusación, Solano dijo a Página/12 que Álvarez debe renunciar. «La respuesta que me dio la Universidad de Buenos Aires demuestra que Alejandro Álvarez mintió, él no es profesor titular y nunca concursó para un cargo, ni tampoco pidió licencia como le dijo al periodista Feinmann, es decir que cobra todos los salarios, el de la universidad y el de subsecretario en el gobierno nacional», agregó. En tanto, ayer por la tarde Álvarez junto a los diputados de LLA, Agustín Romo y Santiago Santurio sufrieron un escrache cuando pretendían dar una charla en la Universidad Nacional de La Plata.
Para Solano esto «demuestra la gran hipocresía de un funcionario que por un lado impulsa concientemente la destrucción de la universidad pública de la mano del gobierno de Javier Milei, y por otro dice tener cargos que no tiene para tratar de aparentar un nivel académico que jamás se ganó, tenemos un gobierno reaccionario y mentiroso». A su criterio «hay que luchar para derrotarlo, el próximo miércoles seguramente habrá una gran marcha otra vez para que el veto de Milei no prospere y se aumente como corresponde los salarios de los trabajadores universitarios».
Solano había denunciado a Álvarez por el presunto delito de usurpación de títulos, comprendido en el artículo 247 del Código Penal, al argumentar que «falsificó públicamente información de su propio curriculum invocando un cargo en la Universidad de Buenos Aires que no tiene». En la UBA el funcionario dijo que era titular de Ciencia Política, y en la Universidad Nacional de La Matanza, titular de Historia Económica. «Es simplemente un adjunto interino porque jamás dio un concurso, se quieren prestigiar con títulos en la universidad pública que quieren destruir», había advertido el legislador trotskista.
«Esta mentira de Álvarez, sumado a que es uno de los principales responsables del ajuste en la universidad, lleva a la clara conclusión de que debe ser separado con urgencia del cargo. Por eso presentamos la denuncia en una fiscalía para que sea investigado y cruce datos tanto con la UBA como con la Universidad de La Matanza. Esta mentira lo inhabilita moralmente para ocupar cualquier cargo», apuntó.
Ayer el diputado nacional y dirigente del PO recibió la respuesta a su pedido de información y la resumió de esta manera:
1. La UBA afirma que Alejandro Álvarez “no es Profesor Titular en la Universidad de Buenos Aires”.
2. ”No ha sido designado por el Consejo Superior para ocupar ningún cargo de profesor titular”.
3. ”Reviste el cargo de Profesor Adjunto Interino”. Es interino porque “no registra cargos concursados en la UBA”.
4. Tampoco registra “licencia en el cargo” mostrando que le mintió al periodista Eduardo Feinmman cuando le dijo que tenía “licencia por cargo de mayor jerarquía”. Así que cobra ambos salarios.»
Escrache
Pasadas las 17, el subsecretario Álvarez y Romo, presidente del bloque de LLA en la Cámara de Diputados bonaerense, quisieron ingresar al edificio Sergio Karakachoff de la UNLP, en 48 entre 6 y avenida 7, pero no lo lograron. Un numeroso grupo de estudiantes de diferentes corrientes políticas los fueron empujando, primero por la vereda y luego directamente por la calle, al grito de «universidad de los trabajadores, y al que no le gusta se jode, se jode». Al rato el cantito viró a «hijo de p… » mientras algunos corregían la última palabra por «yuta». Hubo un momento de tensión cuando pareció que los funcionarios se irían a las manos con los estudiantes, pero en ese momento los agredidos empezaron a retroceder. Volaron algunas patadas y huevazos. Junto a Romo y Álvarez estaba también el diputado Santiago Santurio, quien habría recibido un piedrazo en la cabeza. Al rato, Romo hizo un posteo en su cuenta de la red social X: «Mudamos la charla de lugar». Habían ido a refugiarse al Senado de la Provincia.