Una nueva filtración de los ‘Archivos de Twitter’ revela que un influyente ‘think tank’ de EEUU, que asegura vigilar la actividad de Rusia en las redes sociales, es responsable de la divulgación de historias falsas sobre la exagerada influencia de Moscú en la política de Washington.
El think tank llamado Hamilton 68 fue creado por el exagente del Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) Clint Watts, poco después de que el entonces presidente Donald Trump asumiera el cargo. Este centro trabajó como parte de la Alianza para la Seguridad de Democracia (ASD, por sus siglas en inglés), una iniciativa que dice estar dedicada a detectar la injerencia extranjera en el sistema democrático de EEUU.
El consejo asesor de la ASD incluía a figuras destacadas como el principal aliado de la política Hillary Clinton, John Podesta; el director en funciones de la Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés) durante la presidencia de Barack Obama, Michael Morell; el exembajador de Estados Unidos en Rusia, Michael McFaul y el exactivista conservador, Bill Kristol.
La más reciente entrega de los Archivos de Twitter, del periodista independiente Matt Taibbi, mostró cómo desde Hamilton 68 insistían repetidamente en la interferencia generalizada de Moscú en las redes sociales. Además, reveló que los ejecutivos de Twitter a menudo cuestionaron estas afirmaciones.
«Creo que solo tenemos que denunciar esta tontería«, escribió en un correo electrónico en octubre de 2017 Yoel Roth, el entonces jefe de confianza y seguridad de Twitter.
En enero de 2018 añadió que Hamilton 68 acusa falsamente a un grupo de cuentas legítimas de ser bots rusos.
«Fue un engaño (…) Hamilton 68 simplemente juntó algunos relatos en su mayoría reales, en su mayoría estadounidenses, y describió sus conversaciones orgánicas como intrigas rusas», escribió Matt Taibbi.
Los falsos informes de Hamilton 68 fueron utilizados para intentar probar la participación encubierta de Rusia en la política estadounidense durante los años de la presidencia de Trump. El periodista aseguró que aunque Roth quería denunciar públicamente a Hamilton 68, Emily Horn, entonces jefa de comunicaciones políticas globales de Twitter, le advirtió que no luchara contra el grupo que tiene conexiones políticas.
Taibbi concluyó que la búsqueda de la supuesta injerencia rusa por el sector privado siguió un planteamiento del Gobierno de Estados Unidos. Este exigía repetidamente a la compañía que descubra la huella rusa, algo que las auditorías internas de Twitter sistemáticamente constataban de inexistente.
En una de las pasadas ediciones de los Archivos de Twitter Taibbi reveló que en agosto de 2017, la red social Facebook (proscrita en Rusia por dar espacio a materiales extremistas) purgó cuentas acusadas de ser vinculadas a Rusia. Twitter, a su vez, envió una lista de 22 posibles cuentas rusas al Comité de Inteligencia del Senado para que sean denunciadas por el senador de Virginia, Mark Warner.
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