En la capital francesa miles de ciudadanos salen a la calle en una cuarta ronda de protestas contra la nueva reforma de las pensiones anunciada por el presidente Emmanuel Macron.
Los manifestantes comenzaron a arrojar botellas contra una sucursal bancaria, y como medida de respuesta la Policía hizo acto de presencia en el lugar de los disturbios.
Más de 750.000 personas acudieron a la última jornada de acción, tras la propuesta de Macron en enero de ampliar la edad de jubilación de 62 a los 64 años en 2030.
Sin embargo, el 1 de febrero, el ministro de Trabajo francés, Olivier Dussopt, declaró que el Gobierno de Francia planea realizar la reforma pese a las protestas y seguirá explicando su necesidad a los ciudadanos.
Francia, junto con un puñado de otros países de la Unión Europea, tiene la edad de jubilación más baja de Europa, y gasta casi el 14% de su producción económica en pensiones. La última reforma, en 2011, elevó la edad de jubilación de 60 a 62 años.
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