De manera sorpresiva, una parte de la lista más cercana a Javier Milei, que pretendía acceder a la presidencia de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), se presentó ante un órgano de gobierno, la Inspección General de Justicia (IGJ), para cuestionar la elección en la que perdió. En la asamblea del 19 de noviembre, Darío Epstein, asesor económico de Milei, se abrazó con el candidato ganador, Mauro Berenstein, originario de las escuelas comunitarias. Tras el abrazo, ambos firmaron el acta de la elección: ganó Berenstein 85 a 75. Además, acordaron trabajar en unidad ante un momento difícil para todas las comunidades judías del mundo debido a la masacre de Hamás del 7 de octubre de 2023 y la controversia por los posteriores bombardeos indiscriminados de Israel. Ese conflicto desató una ola de antisemitismo en gran parte de los países. La paz en la comunidad judía argentina duró poco: estalló el conflicto y el aparato de la política nacional interviene.
La campaña por la presidencia de la DAIA ya tuvo un nivel de conflictividad que no registraba antecedentes. Acusaciones, carpetazos, fotos de Epstein con las ministras Patricia Bullrich y Sandra Pettovello, como si ya ejerciera la presidencia, y una virulencia pocas veces vista. En una y otra lista hubo referentes del PRO, las comunidades religiosas más ortodoxas también se dividieron y lo propio ocurrió con los colegios, sinagogas y los clubes sociodeportivos, que son los que más socios tienen. Un episodio que reveló Página/12 es que la lista de Epstein reclamó el desplazamiento de un dirigente comunitario de larga trayectoria porque su hijo integra la agrupación Judíos por Palestina. Fue una especie de escrache por la militancia de un hijo de más de 30 años.
Aún con ese clima, al final de la noche de la elección, el cierre pareció pacífico y unitario. En la DAIA no hay voto directo, votan las instituciones y, como es obvio, hay instituciones con más socios e instituciones más pequeñas, por lo que votan unos 110 asambleístas pero el total de sufragios fue de 160. La cantidad de votos por institución suele ser la misma que en elecciones anteriores o se van produciendo unos pocos cambios, por crecimiento o declinación, cambios que se van acordando. De hecho, las dos listas firmaron las actas y el cierre fue sin objeciones. Así lo señaló el Consejo Electoral.
Pocos días después, una parte de la lista de Epstein -no toda- rompió todo lo acordado y no sólo salió públicamente a instalar la pelea en la DAIA sino que terminó recurriendo a un organismo del Estado para reclamar la elección, la IGJ. Algunas de las instituciones que Epstein hizo firmar en el reclamo luego señalaron que no habían firmado nada, creando más desconcierto y malestar. La confrontación estaba planteada y, como es obvio, en la IGJ, Epstein -como cercano de Milei, Bullrich y Pettovello- juega más bien de local, aunque judicialmente no es sencillo voltear las actas que el propio Epstein y su lista firmaron.
Berenstein, que fue titular de la escuela Bialik de Devoto, sostuvo durante su campaña que su conducción sería apartidaria, aunque es difícil pensar que se vaya a apartar del alineamiento que la DAIA viene teniendo desde hace años: de hecho, es la única central de comunidades judías del mundo que accionó -y sigue accionando- contra una expresidenta de la Nación, Cristina Kirchner. La acusaron a ella y al primer canciller judío de la Argentina, Héctor Timerman, nada menos que por el delito de traición a la patria. Fue en la causa del Memorándum de Entendimiento con Irán, un tratado que fue votado por las dos cámaras del Congreso y que apuntaba a que los imputados iraníes del atentado contra la AMIA declaren en Teherán ante un juez argentino. La imputación fue tan grosera que, al final, los propios jueces la voltearon. Aún así, la DAIA continua en su ofensiva como querellante contra Cristina.
El contencioso por la elección continuará en la IGJ que, según alegan quienes respaldan a Epstein, “actuó de oficio”, algo que es también inédito, porque no ocurrió ni en la AFA. Es decir, el aparato del gobierno aparece interviniendo en una elección de la comunidad judía, por primera vez en la historia. Este miércoles se producirá el debut de Berenstein como flamante presidente. Es en el evento anual de la DAIA que esta vez se realiza en el teatro Colón Fábrica, en La Boca. Un acto en medio del escándalo.