El vínculo entre el presidente Javier Milei y el expresidente Mauricio Macri transita un momento de fuerte tensión. No entre ellos dos en particular –quienes los conocen dicen que cultivan «un vínculo afectivo»–, sino entre Macri y el entorno más próximo del mandatario, es decir, Karina Milei y Santiago Caputo. El martes por la noche, el exmandatario volvió a ir a la Quinta de Olivos a comer milanesas con el Presidente y reiteró una vez más la lista de reclamos que tiene para con La Libertad Avanza. «Quiere cargos y cajas», denuncian desde la Casa Rosada. Del otro lado no se encargan de desmentirlo. Macri, además, esta vez habría insistido con que quiere la cabeza del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, para poner en su lugar a Cristian Ritondo. La respuesta desde Balcarce 50 es concisa: «no lo vamos a ceder». Tajantes, también agregan que no le darán al expresidente «nada de cosas que pide».
Luego de la cena del martes por la noche, desde el entorno de Macri circularon la versión de que el titular de la SIDE, y mano derecha de Santiago Caputo, Sergio Neiffert, le había mandado a pedir disculpas al expresidente. Sucede que la semana antes de la votación en la Cámara de diputados –que terminó con el rechazo– del DNU que le asignaba a la Secretaría de Inteligencia cien mil millones de pesos para gastos reservados, el abogado Ignacio Damián González se habría presentado en el despacho de los jueces Marcelo Martínez de Giorgi, Julián Ercolini y Daniel Rafecas, diciendo que era el nuevo apoderado del organismo y que quería información de cuatro causas judiciales en las que se había investigado a Macri y a funcionarios del área de Inteligencia de su gestión.
Desde el círculo íntimo del Presidente, sin embargo, se defendieron. Dicen que «nada de esas versiones es cierto», y que «la acusación de que la SIDE pidió cuatro expedientes es completamente falsa». En Casa Rosada justifican su accionar: dicen que hay contacto entre la SIDE y el Poder Judicial «respecto a infinidad de causas», y cuentan que se está haciendo «una revisión» de la totalidad de los agentes de la secretaría.
«Lo que se hizo fue pedir a la justicia federal que nos informe sobre todas las causas –y avances en las mismas– en las que hubo involucrados agentes de la SIDE, con el objetivo de evaluar la performance de cada uno», subrayan para disimular que habría habido un intento de extorsionar a Macri para que sus diputados no voten en contra de la asignación de los fondos reservados. Por último, insisten con que «es todo mentira», y que Neiffert no le pidió perdón a Macri. «Macri movió esa versión, pero haga lo que haga no le vamos a dar nada», disparan.
Sobre la cena del martes en Olivos, cerca del mandatario dicen que los pedidos de Macri «son los mismos de siempre». La lista incluye su deseo de que el juez Ariel Lijo no sea miembro de la Corte; quedarse con la concesión de la hidrovía; también con la secretaría de Transporte y con Vialidad, con la Aduana, con la Afip y hasta con la concesión de la represa de Yacyretá. También con la presidencia de la Cámara de Diputados, algo con lo que habría insistido particularmente en este último encuentro. «Ese no es un pedido nuevo, pero no la vamos a ceder», aseguran confiados cerca de Milei.
La tarde del miércoles, de hecho, en Casa Rosada se reunieron el jefe de gabinete, Guillermo Francos, la secretaria general de la presidencia, Karina Milei y Santiago Caputo con los hermanos Menem: Lule, mano derecha de Karina, y Martín, presidente de la Cámara de Diputados. Luego del revuelo que hubo en la cámara baja con la expulsión de Lourdes Arrieta, el bloque oficialista se quedó con 37 bancas y perdió el lugar de segunda minoría, que ahora compartirá con el PRO. En Balcarce 50, sin embargo, no se muestran preocupados por la debilidad parlamentaria: a última hora del miércoles también expulsaron del bloque del Senado a Francisco Paoltroni.
Consideran que, más allá de que son pocos, no necesitarán de manera excluyente al PRO en el Congreso porque confían que el año que viene tendrán más diputados después de las elecciones de medio término. Por otro lado, espetan: «se ve que el acompañamiento incondicional que prometían desde el PRO se volvió condicional», pero sopesan: «si por obtener cargos, es decir, cajas, el PRO vota en contra del gobierno van a pagar un costo social altísimo con su propio electorado».
Sobre el no acompañamiento en la votación de los fondos reservados para la SIDE, Macri le habría dicho a Milei que mandó a sus diputados a votar en contra porque Lousteau quedó a cargo de la comisión bicameral de Inteligencia. En el entorno del Presidente dicen no entender esa explicación y agregan que Milei quedó insatisfecho con la justificación. Por otro lado, dicen que no les queda claro, tal como lo dijo Milei en una entrevista la semana pasada si el expresidente maneja o no maneja el bloque.
El el oficialismo, mientras sigue la pelea con el PRO, están trabajando en buscar mejores interlocutores entre la Casa Rosada y el Congreso porque entienden que, si bien Santiago Caputo cumplió en parte ese rol durante el tratamiento de la Ley Bases y también Guillermo Francos, ahora quizás sea momento de reforzar esa área tras las tres derrotas de la semana pasada. Otro de los que está trabajando en ese nexo es el vicejefe de gabinete, José Rolandi, pero, dicen, tiene un perfil más técnico.
Por ahora, desde la Jefatura de Gabinete avanzan en la reforma política y quieren comenzar con el tratamiento del proyecto de boleta única para el que tendrían el consenso necesario y que finalmente no podrá ser tratado este jueves. También quieren la eliminación de las PASO. Deberán poner el pie en el acelerador porque todo eso debería ocurrir antes del año electoral.
Por otra parte, entre el jueves y el viernes de esta semana saldrá de manera oficial el veto a la ley de la nueva fórmula de movilidad jubilatoria, que fue aprobada con amplio consenso en ambas cámaras. El veto será total. Sin embargo, es necesario ver qué hará el PRO y, también diputados que responden a gobernadores, para ver si la oposición puede o no insistir. En Casa Rosada, en tanto, están negociando para que los opositores no logren conseguir los dos tercios necesarios. En caso de que lo hagan, el gobierno judicializará el tema.