El presidente Javier Milei se apresta a dejar a la Argentina afuera del concierto de acuerdos del G-20. Mientras los jefes de Estado de las principales potencias, países en desarrollo y organismos internacionales reunidos en Brasil cierran filas en políticas que apunten a combatir el hambre y fomentar el desarrollo sostenible, el gobierno nacional dejó entrever que el mandatario no firmaría el pacto que aún se está negociando.
El frío saludo entre Milei y Lula
Para Milei, todo comenzó bajo tensión. Debió hacer de tripas corazón y saludar cara a cara a Luis Inacio Lula Da Silva, el presidente al que había calificado de “corrupto”, “comunista” y “zurdito” con “el ego inflamado”. Como nunca le pidió las disculpas que el brasileño le había exigido, el saludo fue de lo más neutral por parte del anfitrión.
Milei llegó a la sede del cónclave que tiene lugar en Río de Janeiro acompañado por su hermana Karina, subió la alfombra roja desplegada en la rampa para los mandatarios y llegó hasta donde estaban Lula y su esposa, Rosángela Da Silva, para cumplir con el protocolo.
Sin gestos, el brasileño le estrechó la mano con gesto adusto, Milei esbozó una sonrisa que no fue correspondida, zozobró para ubicarse en la foto, posó con una carpeta entre las manos (fue el único presidente en llegar con una carpeta) y fue invitado a irse sin más hacia el ingreso del edificio donde tiene lugar la cumbre.
Lula: «Hoy el mundo está peor»
Durante el comienzo de la reunión, Lula desplegó los ejes del acuerdo que se firmará y al que la Argentina rechazará, según los indicios que dieron los asesores de Milei. Se trata de un conjunto de temas detrás de los cuales avanzan todos los países en desarrollo y que con argumentos poco claros el gobierno argentino rechaza.
Frente al presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, y al de China, Xi Jinping, las dos potencias que lideran el concierto internacional, Lula formalizó el lanzamiento de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, una iniciativa que nace con 147 miembros fundadores, entre los cuales hay 81 países y 24 organizaciones internacionales.
«Hoy el mundo está peor. Tenemos el mayor número de conflictos armados desde la II Guerra Mundial y la mayor cantidad de desplazamientos forzados jamás registrada. Los fenómenos climáticos extremos muestran sus efectos devastadores en todos los cantos del planeta», dijo Lula en su discurso inaugural.
La Alianza contra el hambre
Confirmaron su adhesión a esa alianza todos los miembros del G20, salvo la Argentina. Milei rechaza la agenda de desarrollo sostenible que busca poner fin al hambre, empoderar a las mujeres y frenar el cambio climático, entre otros objetivos.
Lula también denunció que las brechas sociales han aumentado tras la pandemia de la covid-19, que dejó unos 15 millones de muertos y un mundo con 733 millones de personas hambrientas, según datos de la FAO.
«Es como si las poblaciones de Brasil, México, Alemania, Reino Unido, Sudáfrica y Canadá sumadas estuvieran pasando hambre», alertó.
Entre los miembros fundadores de este nuevo mecanismo hay nueve instituciones financieras internacionales, como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y 31 organizaciones filantrópicas, como las fundaciones Rockefeller y Bill & Melinda Gates.
La Alianza prevé que cada país beneficiado
diseñe su propio plan y defina sus metas de combate al hambre y a la pobreza, y
que los otros socios, los organismos internacionales y los bancos
multilaterales ayuden a cumplirlas tanto con aportes financieros como de
experiencias, tecnologías y conocimientos.