La época de sequía en México no solo es tema que preocupa en materia ambiental, sino que también concierne al aspecto económico del país, que en los últimos meses ha experimentado un encarecimiento principalmente en los alimentos. El académico José Ignacio Martínez Cortés explica en una entrevista cómo afectará el fenómeno al bolsillo.
De acuerdo con datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), con datos actualizados hasta el 28 de febrero, la mitad del territorio mexicano (50,16%) se encuentra afectado con algún grado de sequía.
Cifras oficiales apuntan que un total de 1,295 municipios mexicanos sufren de este fenómeno climático, mientras que solamente 452 se encuentran sin afectación alguna. Michoacán, Hidalgo, Tamaulipas, Nuevo León —donde será instalada la nueva gigafábrica de Tesla— y Tlaxcala son las entidades con un mayor grado de sequía.
Se espera que la temporada de sequía duré alrededor de 16 semanas, empezando en la primera semana del mes de marzo. A pesar de que el tema suele analizarse desde una perspectiva ambiental, lo cierto es que este problema también afectará el bolsillo de los mexicanos, comenzando por los que menos tienen.
En una entrevista, José Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indicó que la sequía afectará el cultivo y la producción de los alimentos en México, lo que impactará directamente la economía de los ciudadanos que de por sí ya han visto un encarecimiento constante de los productos.
«Esto principalmente va a impactar en los precios de la comida, tanto de alimentos frescos como procesados; es decir, frutas, hortalizas, legumbres, principalmente […] Esto, por supuesto, va a afectar, la siembra, cosecha y producción de este tipo de productos», sentenció.
Además, la sequía coincide con la Semana Santa, durante la cual suele aumentar el precio de los productos del mar debido a la vigilia que una parte de la población mexicana, en su mayoría católica, sigue.
«Entonces esto estará provocando que incremente la tasa de interés durante la próxima reunión del Banco de México sobre el tema, que será el 30 de marzo», prevé el experto en temas económicos.
El hecho de que sean los alimentos lo que más se encarecerá, pegará directamente a las personas de menor ingreso, pues su gasto principal recae justamente en la adquisición de comida.
De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la razón de esta desventaja para los hogares con menos recursos se debe principalmente a que es este sector el que destina una mayor proporción de su gasto a la adquisición de productos cuyo precio se ha elevado en el último año y su canasta de consumo se concentra en alimentos y bebidas.
En tanto, los hogares con más ingresos enfocan una buena parte de sus recursos al pago de servicios como educación, cuidado de vehículos y comunicaciones, rubros en los que la inflación se ha reflejado en menor medida.
«La sequía, inflación y tasa de interés disminuyen el poder adquisitivo de los hogares considerando que la canasta básica mensual en zonas rurales es de 1.644 pesos (82,2 dólares) y en las zonas urbanas de 2.144 pesos (107,2 dólares)», apuntó el experto.
En febrero de 2023, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró una variación de 0,56 % con respecto al mes anterior. Los productos que más inciden en la inflación subyacente son alimentos, bebidas y tabaco (0,68%) y servicios de vivienda con 0,35% y educación (colegiaturas) 0,82%.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) al cierre de febrero, los productos con mayor incidencia en precios para el consumidor son: huevos, 9,04%; pollo, 3,77%; leche pasteurizada y fresca, 1,04%; gas doméstico LP, 4,06%, lo cual impacta en los precios en loncherías, fondas, torterías y taquerías que tuvieron un aumento del 0,85%.
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