Ahora Rusia tiene una nueva entrega de nuestro periodista enviado por Ahora San Juan para participar del “Programa de pasantías InteRussia para periodistas de América Latina”, Gabriel Saquilan Ruffa, nos cuenta en un nuevo reporte cómo transcurrió su domingo de fútbol en Moscú.
Los locos del Lokomotiv
Esta mañana, luego del triunfo de ayer de la selección Argentina frente a la de México, se sintió fuerte el silencio de mis colegas mexicanos del programa InteRussia.
Es interesante que cuando uno se levanta pasan algunos momentos en los que uno tiene que acordarse de que está en Moscú. De alguna forma puede que el frío nos termine de despertar y suponga más problemas que el suave invierno sanjuanino, comparado con el moscovita.
Por más que afuera tengamos una temperatura de -13°C , al entrar a cualquier lugar sobran los abrigos y los ambientes cálidos. Todo está completamente calefaccionado, desde el metro hasta el local más pequeño. Esto supone cierto problema para definir cómo vestirse.
Muchas capas pueden sonar como el mejor de los abrigos, aunque el problema de la estrategia de la cebolla es que luego hay que estar sacándose todas las prendas cada vez que entras a un lugar. Lo mejor es un buen abrigo y no mucho abajo.
Hay demasiadas cosas que nos interesan a los latinoamericanos del programa para ver en Rusia, además de los sitios turísticos, acercarnos a cuestiones culturales o que sean de interés para el pueblo en general. Entre ellas el deporte, su forma de vivirlo, sus preferencias. Hoy nos dirigimos a ver un partido de fútbol, de la Copa de Rusia. Entre el Lokomotiv de Moscú y el FC Nizhni Nóvgorod.
Teníamos ganas de ver algún partido, creo que no “por casualidad” surgió hoy esa necesidad por parte de mis compas del Tricolor mexicano, seguramente para sacarse el amargo de la boca.
Tal vez no fue “otra casualidad” que la camiseta del Lokomotiv lleve los mismos colores que su selección, lo más probables es que querían ver al menos a alguien de verde meter un gol. Bromas aparte, nos fuimos a buscar el RZD Arena.
El frío redujo el grupo a tan sólo tres valientes, un servidor y los mexicanos Antonio y Marco. No estábamos muy lejos así que el trayecto fue corto. La cancha no estaba repleta, suponemos que será la mezcla entre frío y que no sea el juego más importante del año. La gente viene abrigada al máximo. Muy pocos se sientan en las sillas de plástico, están llenas de nieve. Aunque las limpies, no quedan precisamente calentitas. El suelo está cubierto de hielo, a pesar de las botas te va comiendo los pies.
No tarda mucho en llegar el primer gol. Por suerte mis amigos tuvieron la oportunidad de disfrutar uno. Lo cantamos todos como hermanos hinchas del Lokomotiv de toda la vida. Se acabó del todo la rivalidad y ahora nos une la pasión por el club de Moscú.
Tiempo después llego el 2-0, también festejamos con todos los rusos, que aunque no sean muchos le ponen sentimiento. Cada vez que marcan un gol desde los laterales de la cancha salen tres chorros de humo, al igual que una locomotora. El Lokomotiv de Moscú fue fundado en 1922 como Club de la Revolución de Octubre (debido a la Revolución Rusa). Antes de que empezara la liga soviética en Moscú la cosa se repartía así: el CSKA era el equipo del Ejército, el Dynamo era la representación del Ministerio del Interior, el Torpedo era el de los trabajadores del sector automotor y, finalmente, el Lokomotiv era fruto del gremio de los trabajadores del ferrocarril de la ciudad.
Después llega el tercer gol de nuestro equipo, toda una fiesta. Cada vez que saltamos en algún gol intentamos calentarnos un poco. Ya los pies empiezan a doler, el frío se hace difícil. Muchos de los locales también sufren el frío, incluso el arquero de nuestro equipo no para de saltar para mantener el calor.
Casi al final marcan un penal, y el Nóvgorod anota su único tanto. Algunos de los que están cerca nuestra lo celebran, pensamos que sarcásticamente. De tiempo añadido el árbitro da cuatro minutos, pero ya no damos más, estamos desesperados por encontrar calor. Encima van a revisar una jugada al Var. Se alarga, pero aguantamos hasta el final. Luego un grito de ¡Aguante Lokomotiv! y salir rápido.
Toda una experiencia completa, intentaré ver otros eventos deportivos en este tiempo y también les contaré.
Por suerte pudimos festejar juntos los tres. Yo me cansé el fin de semana de gritar goles y los mexicanos al menos tuvieron la oportunidad de cantar alguno. Lo que unió el Lokomotiv que no lo separe el mundial.