El líder del partido Rusia Unida y vicepresidente del Consejo nacional de Seguridad, Dmitri Medvédev, celebró la decisión de Argentina de terminar un acuerdo suscrito con Reino Unido sobre las islas Malvinas.
«Un papelucho de 2016, relativamente reciente en el plano histórico, pero pasado y hediondo en lo político [por cierto, como todo lo que Londres haya tocado con su mano pestilente]», señaló Medvédev en un artículo publicado en el sitio web de su partido.
El artículo se titula Junto con otros países, podemos clavar el último clavo en el ataúd de las pretensiones neocoloniales del mundo occidental.
Para el político que ejerció la presidencia rusa de 2008 a 2012 y fue primer ministro de 2012 a 2020, «la determinación de Buenos Aires de continuar una lucha justa por recuperar la soberanía del territorio bajo disputa pone de manifiesto que los Estados tienden a afianzarse como sujeto del derecho y combatir las vergonzosas prácticas neocoloniales que aún hacen sufrir a numerosos países«.
El pasado 2 de marzo, el ministro argentino de Relaciones Exteriores, Santiago Cafiero, le informó a su par de Reino Unido, James Cleverly, la cancelación de un pacto firmado con el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) que contemplaba la posibilidad de que los británicos explotaran los recursos naturales de las disputadas Islas Malvinas (sur).
«El Comunicado Conjunto del 13 de septiembre de 2016, conocido como Foradori-Duncan, y sus efectos, se dan por terminados«, anunció la Cancillería argentina en su comunicado del pasado jueves.
En base a ese documento, que nunca pasó por el Congreso, los entonces vicecanciller argentino Carlos Foradori y su par británico Alan Duncan se manifestaron abiertos a la posibilidad de establecer vuelos directos entre Malvinas y terceros países, con escala en territorio argentino, así como profundizar el desarrollo económico de las Islas Malvinas en relación al «comercio, pesca, navegación e hidrocarburos«.
Según Cafiero, ese pacto es incompatible con la Resolución 31/49 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que recomienda a las dos partes que se abstengan de adoptar decisiones que entrañen modificaciones unilaterales en la disputa de soberanía que mantienen ambos países sobre el archipiélago.
El canciller argentino le propuso a su par británico iniciar un nuevo proceso de negociaciones, en el espíritu de la Resolución 2.065 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, de 1965, «que permitió el abordaje de todos los temas de interés mutuo, entre ellos la cuestión de la soberanía». Argentina reclama la soberanía de las islas Malvinas desde 1833, año en que Reino Unido pasó a ocupar el archipiélago.
Desde entonces ambos países mantienen un litigio por la soberanía de la región, que llevó a que en abril de 1982 la dictadura argentina (1976-1983) intentara recuperarlas por medio de una guerra que culminó el 14 de junio con la derrota argentina y con casi 1.000 muertos entre ambos bandos sólo durante el conflicto armado. Reino Unido y Argentina retomaron sus relaciones diplomáticas en febrero de 1990, durante la gestión del expresidente Carlos Menem (1989-1999).
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