La reunión entre el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, y su homólogo de China, el director de la Oficina de la Comisión de Asuntos Exteriores del Comité Central del Partido Comunista Chino, Wang Yi, se ha convertido en «una reunión de confrontación», según cita a los funcionarios estadounidenses el periódico ‘The New York Times’.
En la reunión durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, Blinken recordó a Wang Yi el incidente con el globo chino que voló sobre EEUU durante varios días, al declarar que la situación «no debe volver a repetirse». El secretario de Estado también abordó el supuesto «apoyo material» a Rusia por parte de Pekín en el conflicto de Ucrania al creer que las autoridades chinas estaban estudiando tal posibilidad.
Entretanto, el periódico señala que casi no hay información sobre la respuesta de Wang Yi. Se conoce que existe un breve resumen de este «intercambio agudo» en los medios de comunicación oficiales chinos, según el que Wang Yi instaba a EEUU a «resolver los daños causados por el uso indiscriminado de la fuerza» cuando derribó el globo frente a Carolina del Sur.
La publicación incluye los comentarios de Blinken a NBC. Ahí afirmó que había hablado «muy clara y directamente» con Wang Yi sobre el incidente del globo y que no había habido «ninguna disculpa» por parte del Wang Yi durante la reunión.
«Fue otro recordatorio de que las relaciones chino-estadounidenses han caído quizá a su punto más bajo desde que Richard Nixon abrió un canal de comunicación con los dirigentes chinos hace medio siglo», precisan los autores de The New York Times.
Estas dos descripciones, en su opinión, sugieren que ambas partes sienten una tensión grave en sus relaciones ya a dos semanas del episodio que pospuso la visita del secretario de Estado de EEUU a China. La nueva fecha tampoco está anunciada. Además, notan, que los asistentes a la Conferencia de Seguridad de Múnich también expresaron su preocupación, como «la gestión del episodio del globo no hiciera sino poner de relieve el fracaso de los dos países en la reducción de las tensiones, aun cuando no se perdieran vidas».
Se añade aquí que unas horas antes de la reunión con Blinken, Wang Yi se pronunció de nuevo por el denominado globo, que siguiendo la posición china, era solo un objeto de investigación «civil». El ministro chino calificó de «absurda e histérica» la decisión estadounidense de derribarlo y la calificó como un intento de «desviar la atención de sus problemas internos». Agregó que el derribo del globo había sido «un abuso del uso de la fuerza al 100%», añadiendo que Estados Unidos había violado una convención internacional que regula el espacio aéreo.
Entretanto, durante la conferencia de Múnich, Wang Yi aseguró a los líderes y diplomáticos europeos que su país estaba dispuesto a estrechar lazos con la UE después de levantar las restricciones estrictas de COVID-19 y pretendía desempeñar un papel en la resolución del conflicto ucraniano, al declarar que Pekín propondría pronto un plan de arreglo pacífico.
Pero en otro acto, la publicación indica, que Blinken siguió advirtiendo que China no debe ayudar a Rusia, incluso mediante el suministro de imágenes por satélite a Rusia o en la construcción de equipo militar. En su entrevista con NBC, Blinken afirmó que EEUU ofrecería pronto nueva información para demostrar que Pekín estaba «considerando seriamente proporcionar ayuda letal a Rusia.»
«Aunque el Departamento de Estado trató de presentar el tono de Blinken como duro, su declaración oficial sobre la reunión decía que había subrayado a Wang ‘la importancia de mantener el diálogo diplomático y las líneas de comunicación abiertas en todo momento’, y que ‘no queremos conflictos con la RPC [China] y no buscamos una nueva Guerra Fría'», subrayan los autores la diferencia de la retórica de Blinken estos días.
Esta frase «fue especialmente notable», plantean los autores, después de que Wang haya afirmado en la conferencia que la mentalidad de la Guerra Fría había vuelto a los asuntos mundiales.
El 3 de febrero de 2023, Estados Unidos culpó a China de enviar un globo espía a lugares sensibles de su territorio para recopilar datos y convertirlos en inteligencia con fines militares. Sin embargo, Pekín negó las acusaciones. Informó que el aerostato sí le pertenecía y precisó que en realidad se trataba solo de un globo meteorológico que se desvió hacia territorio estadounidense por causas de fuerza mayor.
Con todo, Washington derribó el globo, propiciando el incremento de las tensiones bilaterales. Incluso, el 14 de febrero, el Gobierno de Xi Jinping afirmó que artefactos aéreos estadounidenses han sobrevolado «ilegalmente» el espacio aéreo chino en 10 ocasiones en un año.
El caso de Taiwán
Asimismo, tras la reunión con el secretario de Estado estadounidense en Múnich, en la página web oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores chino publicaron las declaraciones de Wang Yi en torno de la situación en Taiwán.
«Para preservar la estabilidad en el estrecho de Taiwán, es necesario oponerse firmemente a la independencia de Taiwán y adherirse sinceramente al principio de una sola China«, declaró Wang Yi.
Subrayó que Washington debe «respetar los hechos históricos», cumplir sus compromisos políticos y seguir su postura de que EEUU no apoya «la independencia de Taiwán».
La situación en torno a Taiwán se agravó tras la visita de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, a la isla el pasado 3 de agosto, pese a las protestas de China que vio en ese viaje el apoyo de Washington a los independentistas taiwaneses y efectuó en este sentido ejercicios militares de gran escala.
Los vínculos entre China y la isla de Taiwán se rompieron en 1949, después de que las fuerzas del partido nacionalista Kuomintang sufrieran una derrota en la guerra civil contra el Partido Comunista y se trasladaran a ese archipiélago. Las relaciones se restablecieron solo a nivel empresarial e informal a finales de la década de 1980. La política fundamental de China respecto a Taiwán es la reunificación pacífica bajo el principio de «un país, dos sistemas».
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