Hay mucho en juego en la nueva carrera geopolítica por África. Mientras las potencias compiten por la influencia en el continente, los 54 países de la Unión Africana aspiran al crecimiento y la prosperidad. Se está reconociendo la importancia de África para el mundo, y China se perfila como un factor clave como motor de crecimiento.
La economía africana ha experimentado un crecimiento sin precedentes en las dos primeras décadas del siglo XXI, impulsada por la demanda de petróleo, gas natural y alimentos. Sin embargo, aunque algunos países del continente mostraron tasas de crecimiento comparables a las de China durante este periodo, los 30 países con el Índice de Desarrollo Humano (IDH) más bajo del mundo están en África. Además, en algunas regiones falta acceso a agua potable, electricidad y servicios de higiene.
Pero hasta con este escenario contrastado, el continente entra en 2023 con buenas perspectivas, señaló el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Brasilia (UnB) Aninho Mucundramo Irachande, quien comentó que el mundo mira a África, en este momento, «como a una gran vaca lechera».
El especialista explicó que hay un nuevo escenario geopolítico en curso, «con China, en particular, apareciendo como la principal economía del mundo» y remodelando las discusiones sobre política internacional. Además, agregó que «Rusia busca alternativas de cooperación ante las dificultades que plantean las sanciones occidentales». En particular, Moscú está interesada en ampliar la participación de los africanos en el BRICS.
Frente a estos factores, África espera crecer, y para entender lo que le espera al continente en 2023, Sputnik también habló con el jurista y analista internacional en Angola Paulo Gamba. Ambos expertos anotaron que la industrialización en curso en la región debe servir de palanca a las nuevas potencias, que tendrán peso económico y geopolítico en las futuras decisiones mundiales.
Gamba afirmó a Sputnik que, en este sentido, Argelia es un buen ejemplo a ser observado, ya que también es un fuerte candidato a unirse a los BRICS en los próximos años, ya que es un país de renta media-alta con un IDH medio alto y tasas de pobreza decrecientes.
«Al estar en el norte de África, Argelia se destacó por el crecimiento económico, demográfico y está ahí porque resistió la Primavera Árabe», precisó, agregando que el país, «desde el punto de vista político y militar, se está consolidando como una potencia regional».
Además, según él, Argelia «tiene una política de vecindad importante por su posicionamiento geográfico cercano a la Unión Europea», mientras abre su mercado de exploración de gas y petróleo a las empresas chinas.
Desafíos para el crecimiento en 2023
En un mundo que demanda cada vez más fuentes de energía, África posee el 10% de las reservas mundiales de petróleo y el 8% de las de gas, así como grandes riquezas minerales. Con la maduración de sus recientes democracias, se espera que el continente desempeñe un papel cada vez más activo en la economía mundial.
Para ello, no obstante, será necesario superar uno de los grandes problemas históricos de la región, la baja industrialización, responsable de que el continente se haya convertido en un exportador de materias primas. Como afirmaron ambos analistas, este panorama está cambiando a medida que las potencias mundiales buscan aliados en África y financian la aparición de nuevas cadenas de producción.
Según el informe del Banco Africano de Desarrollo publicado en noviembre del año pasado, 37 países africanos se industrializaron en la última década. La publicación destaca que la construcción de una industria productiva será parte integrante del desarrollo de África en los próximos años, ofreciendo una vía para acelerar la transformación estructural. Para Aninho Mucundramo Irachande, «el reto de los países de la Unión Africana es crear independencia económica y buscar una mayor participación en la escena internacional como actor económico fuerte».
«El reto consiste en actuar como actor estratégico global también en política, aprovechando la remodelación del reparto de poder en el sistema internacional, con China llevando a remolque a los países africanos», afirmó.
El especialista puntualizó también que África está representada en este escenario con una cuota muy grande de territorio, recursos y población, y países como Rusia, China, la India o Japón la usan gracias a esos factores. Defendiendo los avances del reciente proceso de industrialización, Gamba añadió que «es hora de que los dirigentes africanos consideren los recursos del continente como un medio de transformación«.
En la opinión del jurista angoleño, «lo que falta son estructuras de poder que puedan blindar estos recursos para el desarrollo de sus países». Cree que hubo problemas para formar estas estructuras republicanas debido a las consecuencias del proceso de colonización africana y al tipo de financiación que ha tenido el continente, basada en la explotación.
En una crítica a la financiación del Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras organizaciones financieras occidentales, Mucundramo Irachande subrayó que a estas organizaciones no les interesa que los países africanos tengan una organización política y militar capaz de controlar sus recursos. A continuación, prosiguió que estas cuestiones «nunca interesan al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas», lo que refuerza la necesidad de una reforma.
Factor China como el motor de África
Paulo Gamba expuso que la presencia china tiene un aspecto interesante. «No está relacionada con una serie de normas de transparencia y cumplimiento en los fondos en los que invierte. Lo importante para China es la firma del contrato«, declaró.
Según el analista, esta es una diferencia importante en la financiación china, sobre todo si se compara con la realizada por las instituciones europeas y occidentales a lo largo de los años ochenta y noventa, «como el FMI, cuyas normas de transparencia y supervisión están subordinadas a los controles de austeridad».
«El FMI no tuvo éxito en los países africanos, especialmente en lo que respecta a sus préstamos, porque siempre van ligados a medidas de austeridad que ahogan las condiciones socioeconómicas de los países africanos», afirmó.
China, según datos recientes, ha sido el mayor socio comercial de África durante 13 años. Entre 2000 y 2020, el Gobierno chino ha ayudado a los países africanos a construir más de 13.000 km de vías férreas, casi 100.000 km de autopistas, cerca de 1.000 puentes, casi 100 puertos y más de 80 centrales eléctricas a gran escala.
Aninho Mucundramo Irachande entiende que hay varias razones para la presencia de China en la región, pero son principalmente económicas y forman parte de una agenda de estrategia geopolítica. En sus palabras, Pekín aprovecha esta presencia financiera en África para el ámbito de los debates multilaterales, como en la ONU.
«Se está reconociendo la importancia de África para el mundo«, dijo, concluyendo que el continente africano reúne actualmente las condiciones necesarias para seguir creciendo un 4,5%, como indica el Banco Africano de Desarrollo, y desarrollándose en la esfera internacional.
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