Uno de los principales problemas que atravesaron las economías de las grandes potencias del mundo, fue el aumento de la deuda mundial, a raíz de la pandemia de Covid-19. Al respecto, los expertos creen que «existen graves riesgos», pero ven improbable que los responsables políticos permitan que se salga de control y desencadene «una gran calamidad».
Uno de los que habló sobre la situación actual de la deuda global, es Holger Schmieding, economista jefe de Berenberg. Para él, la salida a la inflación que se disparó por la pandemia fue la suba de de los tipos de interés por parte de los bancos lo que podría «haber asustado fácilmente» al mercado de los bonos, algo que finalmente no sucedió.
«Salvo algunos casos aislados en algunos mercados emergentes y un breve episodio de turbulencias en Gran Bretaña tras el Brexit, los inversores siguieron comprando cantidades récord de bonos durante todo este periodo. Ahora que los bancos centrales están recortando los tipos nuevamente, hemos superado el riesgo máximo«, dijo.
Y añadió: «No parece inminente una crisis de deuda. Aunque, por supuesto, persisten graves riesgos«-
Pese a esto, en Berenberg consideran que «la política fiscal estadounidense es insostenible», y que mantener déficits del 7% del PIB mientras la economía crece a buen ritmo, como ocurrió en los últimos tres años, es una señal de que «se avecinan grandes problemas».
A pesar de ello, creen que el mercado de bonos de EEUU sigue siendo el refugio seguro preferido por los inversores globales.
Del mismo modo, Schmieding afirma que en tiempos de elevados riesgos geopolíticos, las entradas de capitales a refugios seguros permiten al país norteamericano «salirse con la suya con sus locuras fiscales» durante más tiempo que casi todos los demás países.
«A menos que Estados Unidos se embarque en una nueva orgía de recortes (o gastos) de impuestos después de las elecciones, los vigilantes de los bonos probablemente lo dejarán pasar con tranquilidad durante los próximos tres años», enfatiza.
Calma: ¿hasta cuándo?
Para este experto, la calma puede no durar mucho más si la «disfuncional» política estadounidense no ofrece esperanzas de un retorno a la prudencia en el futuro.
«En algún momento, los mercados probablemente obligarán a Estados Unidos a ajustar su postura fiscal por las malas. Casi por definición, la política no puede seguir siendo insostenible para siempre», señala el analista germano.
Además, hay otros conflictos laterales como que los mercados emergentes no paguen sus deudas en los próximos años y que se estén gestando serios problemas en los rincones «menos transparentes» de los mercados globales de deuda y derivados.
«Aunque los responsables políticos de gran parte del mundo aprendieron una lección clave de la forma catastrófica en que Estados Unidos manejó la crisis de Lehman en septiembre de 2008″, agrega.
«Son conscientes de los riesgos de contagio y saben cómo contenerlos. Por lo tanto, parece improbable que la actual generación de responsables políticos permita que alguna de las crisis de deuda aisladas que parecen probables en los próximos años se salga de control y desencadene una gran calamidad mundial», concluye Schmieding.