Alejo Ramos Padilla, el juez federal con competencia electoral, explicó los fundamentos de su fallo original, que ubicó a Karen Reichardt en el primer lugar de la lista tras la vacancia creada por la salida de Espert y defendió su decisión bajo el criterio de aplicar la ley de paridad y las normas judiciales con enfoque de género.
El magistrado, durante una entrevista radial, remarcó que la resolución no se tomó de manera individual, sino que estuvo respaldada por el pedido formal de la fiscal María Laura Roteta, quien sugirió que, ante la salida de un candidato hombre el sitio fuera ocupado por la siguiente mujer en el orden de la lista, ascendiendo en bloque los postulantes. “Así lo pidió la fiscal de primera instancia y también lo sostuvo el fiscal de Cámara”, subrayó.
El sábado la Cámara Nacional Electoral dictó una resolución en sentido contrario que no tuvo en cuenta ni los dictámenes de la fiscalía ni los argumentos presentados previamente. Para Ramos Padilla, el debate sobre la correcta aplicación de la paridad de género sigue abierto y advirtió que, con la resolución actual, “dieciséis mujeres quedaron postergadas por los quince hombres que ascendieron a lugares de mayor expectativa”.
La causa reviste complejidad adicional, ya que, además de la vacancia de Espert, se produjeron otras dos renuncias de mujeres (Lucía Elizabeth Benardoni y María Gabriela Gobea). Ramos Padilla puntualizó que ese decreto nació para evitar fraudes con la ley de cupo femenino, una situación que ocurría en México donde candidatas mujeres debían renunciar y eran reemplazadas por varones.
El juez explicó: “Las leyes de género, paridad y acción positiva no pueden ser usadas en contra de las mujeres. En este caso, dieciséis hombres pasaron a mejores listas que diecisiete mujeres, o sea, ocurrió lo contrario a lo que la norma buscaba reparar”. A su vez, remarcó que la fiscalía consideró llamativa la renuncia conjunta de Espert y dos mujeres sin explicación formal.