Se trata de Mayra Marisol Mansilla Cuadros. Para la fiscal Gabriela Baigún, mintió al asegurar que era pareja de Gabriel Carrizo.
Por tercera vez la fiscalía pide que un testigo sea acusado por falso testimonio en el juicio por el atentado a Cristina Kirchner. Se trata de Mayra Marisol Mansilla Cuadros, quien dijo ser la actual pareja de Gabriel Carrizo.
Para la fiscal Gabriela Baigún y la querella de la expresidenta, la joven mintió en su declaración durante la etapa de instrucción y este miércoles incurrió en evidentes contradicciones.
La sospecha de la acusación es que en realidad el acusado y Mansilla nunca fueron novios. Lo que advirtió Baigún al Tribunal es que esta testigo había sido convocada al principio de la investigación, porque fue la que ofreció prestar su domicilio para que Carrizo, eventualmente, ante el pedido de su defensor, estableciera ese lugar para una prisión domiciliaria. Y, si bien hoy Mansilla Cuadros intentó demostrar que eran pareja, la fiscal y los abogados de la víctima advirtieron que faltó a la verdad al confundir fechas y no poder definir ni si quiera exactamente a qué se dedicaba su supuesto novio. “La convivencia, si hubo, fue cuatro días después del atentado. No existió vínculo”, afirmó la representante del Ministerio Público.
Además, señaló que los chats que le leyeron a la testigo en la audiencia de este miércoles demostraron que no eran diálogos típicos de una pareja. “No existe una sola foto de la señora y de Carrizo en el celular de Carrizo, contrariamente a lo que dice la señora (…) “Yo no creo que alguien pueda con tanta impunidad mentir como mintió esta chica hoy al frente del Tribunal, tratando de sostener una relación que nunca existió porque lo hemos podido determinar”, agregó Baigún. Y remató: “no sabía ni siquiera de qué trabajaba (Carrizo), cuántos hijos tenía, si eran varones o mujeres… Obviamente, cuando fue a lo del fiscal Rívolo (en la etapa de instrucción) fue con una declaración preparada para el efecto y acá se demostró que no era”.
La hipótesis de la acusación es que buscaban fijar domicilio en la casa de Masilla porque no era un lugar seguro y podía permitir una eventual fuga del acusado.
Otros dos testigos complicados por mentir
No es la primera vez que un testigo en esta causa es acusado de falso testimonio durante el juicio. El primero fue Miguel David Robles, quien conoció a Brenda Uliarte por las redes y por la venta de contenido sexual. El mismo día del atentado le transfirió mil pesos a la imputada y habló con ella en varias oportunidades luego del ataque.
El otro testigo que complicó su situación fue el primo de la acusada, Martín Alejandro Uliarte. A él le pertenecía un manuscrito con la regla de Tueller hallado en la casa de Uliarte durante un allanamiento. En el juicio negó haberle enseñado a disparar a Brenda.
Ambos testigos exhibieron flagrantes contradicciones y una llamativa falta de memoria durante sus declaraciones.