Sin dudar, Josué Plevich asegura que no es cierto que la juventud se volvió de derecha. Con su gruesa voz de locutor, este joven de 27 años, candidato cordobés del Frente de Izquierda Unidad (FIT-U), reivindica al socialismo como proyecto político para el país y la región y afirma que el gobierno de Javier Milei se está quedando cada vez más solo. No se conocen, pero seguramente coincidiría con Malén Martínez González, de 18 años, oriunda de Ramos Mejía, es parte de la juventud del PTS y estudiante de arte. Es la candidata más joven de La Matanza y el FIT-U la designó como quinta postulante a consejera escolar, en la lista que encabeza Natalia Hernández. «Somos parte de esa juventud que se rebela y dice alto al fuego al genocidio de Isreal en Gaza, este sistema no va más, no nos vamos a resignar entre trabajar o estudiar, y a no poder tener pasatiempos porque necesitamos tres trabajos por día, queremos una vida que merezca ser vivida con pleno disfrute», plantea la joven postulante.
Con una foto en su moto y la mochila de reparto en la espalda, Josué Plevich anunció hace algunas semanas su candidatura a diputado nacional como segundo en la lista del Frente de Izquierda Unidad en la provincia de Córdoba. Además de trabajar como delivery en un local gastronómico, estudia Cine en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba, milita en el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) y participó activamente de las marchas universitarias de 2024 en su provincia. «Siempre estuve cercano a las ideas de la izquierda, en el secundario leí a (Carlos) Marx y me gustó mucho, participaba en el Centro de Estudiantes, en las elecciones hice pegatinas con gente del PTS en Río Cuarto en 2015. Pero me empecé a involucrar más en la universidad, cuando el macrismo intervino el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) me sumé a una asamblea en la Facultad de Artes donde estudio y entré a la agrupación del PTS», describe. «En 2018 mi facultad fue la primera que se tomó, ahí afiancé mi relación con la militancia, (Christian) Chipi Castillo me terminó de convencer, hay un video que hizo sobre la revolución permanente en YouTube, que me entusiasmo con las ideas del trotskismo», recuerda.
«Soy hija de militantes, la militancia siempre estuvo presente en mi familia, de hecho mis abuelos fueron exdetenidos desaparecidos por la dictadura y se tuvieron que exiliar, mi mamá militó en su secundaria y a mí me pasó algo parecido, empecé con la lucha por el aborto legal, seguro y gratuito que dimos las mujeres, fue un momento bisagra, sentí que tenía que encontrar mi espacio porque entendí que no tendríamos más conquistas feministas y que el patriarcado no se iba a caer sin tirar abajo al sistema capitalista». Así sintetiza Martínez González su acercamiento al trotskismo. «Estoy estudiando para el ingreso a la Universidad Nacional de las Artes, acá en el conurbano cuesta encontrar oferta de carreras, elegí ir ahí porque desde chica me gustó el teatro, y me pasa que como un montón de otros pibes que viajamos mil horas, la SUBE está carísima, muchos tienen que trabajar para pagar sus estudios y a veces terminan trabajando más que estudiando», resume sobre su situación.
Precarizados y troskos
Página/12 conversó con ambos para comprender qué está sucediendo en el universo de los sub 20 y los sub 30, que se pronunció mayoritariamente a favor de La Libertad Avanza la última vez que tuvo que acudir a las urnas. «Hay un sector de pibes que votaron a Milei por desencanto con los partidos tradicionales y la política, por el desastre que fue el gobierno de Alberto Fernández cuando vieron a sus viejos partirse el lomo y que la plata no alcanzaba. Creyeron que Milei era lo nuevo que iba a ir contra todo, pero se están dando cuenta que no fue contra la casta, que al final es un gatito mimoso del poder económico, como dice Myriam, que el verdadero 3 por ciento son ellos, al final son coimeros y corruptos como los anteriores gobiernos, que siguen sosteniendo la deuda con el FMI y gobernando para los ricos», afirma Martínez. «Además el peronismo tampoco ofrece nada nuevo, acá en La Matanza el candidato es Fernando Espinoza, que gobierna desde antes de que yo naciera. Con todas las leyes que fue haciendo contra contra el pueblo, las mujeres, los estudiantes y los trabajadores, se le cayó la careta y los pibes que antes lo bancaban, ahora ya empiezan a desencantarse con este gobierno», agrega.
Hace un año que Plevich trabaja fijo en un local gastronómico haciendo delivery, y ahora se relaciona con sus compañeros de cocina, que también son informales precarizados como todos en el universo de las apps. «Antes hice Uber y estoy en un grupo muy numeroso acá en Córdoba. Hay mucho descontento porque la tarifa de la aplicación no te deja llegar a fin de mes, pesa más el enojo que la defensa del gobierno, más con los escándalos de ahora. La mayoría no coincide con lo que hizo Milei con el sector de las personas con discapacidades, incluso el núcleo duro más termo defiende las universidades y la educación pública, y a los jubilados porque todos tenemos cerca a alguien que cobra la mínima y no puede vivir con esa plata», cuenta.
A su criterio, está bajando el entusiasmo con Milei en la juventud. Se nota en el día a día porque el gobierno al principio planteó que hay que resignar muchas cosas, como nuestro salario o juntarse con amigos a comer un asado, ir a ver una banda o al cine con tu familia, y eso era para que viniera una mejoría. Pero no está llegando esa mejoría y cada vez más la gente se da cuenta que todo va para peor, lo cual abre una brecha sobre la cual a nosotros nos interesa dialogar», analiza.
Juventud que no se resigna
En la mirada de Martínez, hay un sector que ni siquiera tiene ganas de ir a votar. «A ellos les decimos que no se queden en sus casas masticando bronca, que vayan a votar porque hay una lista conformada por trabajadores, mujeres, estudiantes, que conozcan las ideas de la izquierda, que nosotros no les decimos que los vamos a representar y defender y después nos vendemos por dos mangos cuando hay votar leyes. A ese sector le pedimos que nos conozcan, que en la lista hay trabajadores precarios como la mayoría de la juventud de hoy, a esos pibes los invito a que sepan que siempre estamos en las calles, que la salida no será el voto pero es importante tener en el Congreso y en los Consejos tener gente que los represente de verdad porque son como ellos», propone. La joven apunta que «la invitación es amplia, también a militar contra este sistema que nos obliga a elegir entre estudiar o trabajar, y en el cual las mujeres somos doblemente explotada».
Plevich enuncia que desde la izquierda planten todo lo contrario. «No nos tenemos que resignar nuestras condiciones de vida y hemos sido consecuentes en defender los derechos de los laburantes. Sabemos que el descontento se puede expresar como abstención electoralmente pero queremos instalar la idea de que sin resignarse hay que organizarse para pelear mejorar nuestras condiciones de vida», dice. Sobre la situación en su provincia, cree que «quizás el gobierno haga una buena elección igual en Córdoba, pero es cada vez más difícil encontrarse a alguien que lo reivindique abiertamente. Cada vez es más notorio que se están quedando solos».
Las ideas de León
Malén Martínez tiene una frase de Trotsky que le encanta: «La vida es hermosa, que las futuras generaciones la libren de todo mal, opresión y violencia». Para ella, a pesar de que pasaron algunos siglos, está más vigente que nunca. «Este sistema nos ofrece genocidios, guerras, gobiernos de ultraderecha que avanzan contra todos los derechos conquistados, destruyen nuestro planeta cuando no hay un planeta B, somos una juventus a la que solamente le ofrecen trabajos precarios». En su análisis, «ahí cobran vigencia las ideas de Trotsky, cuando decimos que tenemos que recuperar nuestros lugares de organización, los sindicatos que están tomados por las burocracias, que los centros de estudiantes coordinen con las luchas en curso, sean lugares de debate, creación y lucha por otro futuro».
La candidata a consejera en La Matanza por el FIT-U considera que «con esas herramientas en nuestras manos podremos luchar por un gobierno de los trabajadores, en el capitalismo la mitad de la comida que se produce se tira, somos parte de esa juventud que se rebela y dice alto al fuego al genocidio de Isreal en Gaza, este sistema no va más, no nos vamos a resignar entre trabajar o estudiar, y a no poder tener pasatiempos porque necesitamos tres trabajos por día, queremos una vida que merezca ser vivida con pleno disfrute. Eso proponía Trotsky y está más vigente que nunca, queremos un futuro mejor y no merecemos lo que nos ofrece el capitalismo».
Por su parte, Plevich comparte que «frente a un personaje como Milei que ataca permanentemente a los zurdos y a los comunistas, reivindicamos al socialismo como proyecto político para el país, pero la teoría y la estrategia de Trotsky son internacionalistas. En ese sentido pensamos en la región América Latina, con países dependientes, la clave es romper con el capitalismo porque todas las clases dominantes de esos países están subordinadas al capital internacional, por eso se aplican los planes del FMI». Según expresó, «para romper con esa dependencia y recuperar el control de nuestros recursos, de los puertos, del sistema financiero, es imposible confiar en las fuerzas que gobiernan para esas clases dominantes, como lo es incluso el peronismo en nuestro país. Por eso es fundamental construir un partido de los trabajadores que agrupe a los obreros industriales y también a la juventud precarizada que no tenemos ningún derecho». Plevich considera que «el gran aporte de Trotsky es poder pensar una alternativa política en momentos de crisis, como los que estamos atravesando en Argentina, que pueda levantar un programa de una economía planificada desde abajo por la población».
Mientras agradece poder hablar sobre la vigencia, o no, de las ideas del revolucionario ruso, el joven cordobés, segundo en la lista tras Liliana Olivero, explica que «es urgente frente a la degradación de las condiciones de vida de las mayorías, que la riqueza social que producimos cada día no se la apropien cada vez más un grupo de empresarios poderosos». Sin embargo, como lo urgente no debe tapar lo importante, afirma: «También tenemos como objetivo la construcción de un partido internacional que pelee por la transformación radical de la sociedad, por eso somos socialistas, somos comunistas y por eso nos sumamos a impulsar movilizaciones internacionales, por ejemplo, contra el genocidio en Gaza, parte de la barbarie que impulsan los países imperialistas. Cuestionamos el carácter imperial y colonialista del sistema, con expresiones tan extremas como la hambruna como arma de guerra, amparado por la complicidad de muchos estados, como el nuestro actual y en gobiernos anteriores, que no han sido capaces de romper relaciones con el Estado de Israel».