En el marco del Foro de Salud Mental “Entramados que transforman narrativas”, que se realiza en el Centro Cultural Conte Grand y es organizado por la Dirección de Salud Mental, dependiente de la Secretaría Técnica del Ministerio de Salud, se reunieron diversos actores con el propósito de propiciar acciones orientadas al fortalecimiento de la salud mental.
Entre los participantes estuvieron responsables y usuarios de los servicios de salud mental que asisten al Centro de Día Comunitario de 25 de Mayo, dependiente de la Zona Sanitaria II, Área Programática 25 de Mayo.
En la oportunidad, las psicólogas Romina Bustello y Carina Claro, responsables del Centro de Día, explicaron el trabajo que se realiza en la institución y los objetivos de este dispositivo intermedio en el acompañamiento de personas con padecimientos mentales graves y crónicos.
Romina detalló: “Un dispositivo intermedio es una institución que aloja a personas con padecimientos mentales y realiza intervenciones psicosociales que sirven de soporte a los tratamientos de salud mental de los usuarios, como los servicios de psicología, psiquiatría, trabajo social y enfermería”.
¿Qué es un dispositivo intermedio?
Se denomina intermedio porque se ubica entre el tratamiento ambulatorio y la internación por un padecimiento agudo. Es un espacio de sostén y acompañamiento para personas con problemas de salud mental graves y crónicos, de más de dos años de duración, que presentan principalmente dificultades en el vínculo o en el lazo social.
El dispositivo acompaña la vinculación
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Entre los usuarios, y entre éstos y la comunidad.
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Con los familiares o referentes afectivos, ya que en algunos casos no se trata de la familia directa sino de personas en quienes confían y encuentran un sostén emocional o psicosocial.
Los pacientes asisten de lunes a viernes a este dispositivo, que cuenta con dos psicólogas responsables de las áreas organizacional y terapéutica, una administrativa, un enfermero y una trabajadora social, Karina Tobares, a cargo de las prestaciones de servicio social. Además, se trabaja en articulación intersectorial con la Escuela Agrotécnica de Casuarinas, cuyos alumnos de último año realizan prácticas preprofesionalizantes, y con la colaboración ad honorem de Sebastián Claro, profesor de cocina.
Las profesionales explicaron que: “El dispositivo Centro de Día es una oferta de tiempo y espacio para que los sujetos puedan ordenar su cotidianeidad. Para ello, se ofrecen diferentes actividades grupales: de lunes a jueves se realizan talleres de cocina, canciones, arte y huerta —este último en conjunto con la Escuela Agroindustrial de Casuarinas—. Los viernes los destinamos a entrevistas de seguimiento, tratamientos ambulatorios individuales y visitas domiciliarias a los usuarios del Centro de Día”.
Actualmente, el Centro cuenta con veinte usuarios y usuarias. Las admisiones se realizan mediante una entrevista en la que se evalúa si el dispositivo será beneficioso tanto para la persona como para su entorno, y también si su incorporación favorecerá al grupo existente.
Sobre el progreso de los usuarios, las especialistas destacaron: “Al ser un acompañamiento sostenido, el principal objetivo es evitar internaciones. Cuando evaluamos descompensaciones, incluso leves, articulamos con los equipos médicos o de psiquiatría y psicología. Todos los usuarios están en tratamiento y cuentan con un equipo tratante con el cual trabajamos coordinadamente para lograr la estabilización y evitar internaciones. Si bien trazamos líneas terapéuticas individuales, nuestro eje central es la estabilización y el fortalecimiento del lazo social, promoviendo la vinculación de los pacientes con su entorno y sus comunidades. Nuestro dispositivo es netamente clínico, con intervenciones contextualizadas, orientadas por las prácticas y los usos comunitarios de los usuarios”.
En cuanto a las expectativas a futuro, las profesionales señalaron: “Trabajamos con el deseo de que esta institución crezca, que podamos recibir más usuarios —ya que algunos quedan fuera por cuestiones de distancia—, ampliar las prestaciones y la cobertura de intervinientes, y promover la idea de que la salud mental no es un campo exclusivo de la psiquiatría o la psicología. Somos muchos los y las intervinientes y los responsables de la salud mental en nuestras comunidades”.
