El festejo de Carlos III: tensiones militares, inversiones y Oasis
Hubo ausencia casi perfecta de uniformados criollos en la recepción que dio el embajador británico David Cairns con motivo del cumpleaños del Rey Carlos III. Razones que uno podría explicar en el diferendo soberano y guerra del Atlántico Sur. Y, quizá, en una tangente de sentido común, que un miembro de la realeza que no fue Charles III sino el príncipe Andrés (hermano de Carlos) cumplió misiones de combate, rescate y transporte como copiloto de helicóptero en el portaaviones HMS Invincible en 1982.
El jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, brigadier general Xavier Isaac, tenía excusa protocolar suficiente para evitar sospechas de desaire, ya que asistió a la feria Dubai Air Show 2025 entre el 17 y 21 de noviembre. Allí, en Medio Oriente, el último día de la exposición ocurrió una tragedia: se estrelló un avión caza HAL Tejas de fabricación india durante un vuelo de demostración. Ese modelo construido por Hindustan Aeronautics Limited, fue uno de los aparatos que la Fuerza Aérea Argentina evaluó entre los candidatos antes de seleccionar el F-16 de fabricación estadounidense. Una buena.
En la Marina se conoció, además, una orden tajante del almirante Carlos Allievi de no asistir al evento; orden impulsada en la coyuntura por aquella filtración del cable naval que disponía la concurrencia de altos oficiales de la Armada, entre ellos de la dirección de inteligencia naval, a la embajada británica para recibir experiencias de la guerra entre Ucrania y la Federación Rusa. La viralización enojó a Petri, quien debió intervenir personalmente para ordenar la cancelación del encuentro.
En el ojo del huracán quedó el titular del organismo de espionaje, contralmirante Pablo Barbich, quien no pudo anticipar la célula convectiva. Testigos relataron que no alcanzaron las prácticas adivinatorias para prever el sofocón con los británicos. Explicaron que cada tanto la oficina del contralmirante muta en oráculo. La analista de inteligencia naval C.S. especializada en el continente asiático, sobre todo temas culturales y religiosos, acude al llamado de Barbich y despliega sus artes de I Ching para explorar el futuro y obtener guía sobre situaciones inciertas que preocupan al jefe de los espías navales. Pero ni el I Ching anticipó que en pleno finde XL Presti sería nombrado ministro de Defensa. El jefe del Estado Mayor General del Ejército, primer uniformado en liderar esa cartera desde el retorno de la democracia.
En el cóctel británico, no obstante, sí hubo uniformes de todo tipo y color de los militares de embajadas de países invitados. Allí contaron que una veintena de agregados extranjeros visitaron la Antártida en un Hércules C-130 de la Fuerza Aérea y se acotó con cierta intención geopolítica que no faltaron al tour los agregados de la Federación Rusa, China y Gran Bretaña en tanto que no fue de la partida el representante militar de Chile.
Claro, Argentina y Chile disputan un mismo territorio en la Antártida y parecería que el uniformado trasandino evita dar señales de reconocimiento a un sector que considera de soberanía propia.
Tampoco faltaron ministros, jueces, diplomáticos y empresarios. La recepción contó con bandejeo de «fish and chips» y gin tonic, y se habló tanto de comercio bilateral como de inversiones estratégicas en un contexto de 200 años de relaciones entre Argentina y Gran Bretaña.
El festejo reunió a figuras clave del Gobierno, como el canciller Pablo Quirno o el ministro Federico Sturzenegger, quienes aprovecharon para hacer llegar su saludo al rey: fue un momento para fortalecer redes de poder, hablar de inversiones, y mostrar la relevancia estratégica del Reino Unido en la arena global.
El detalle más comentado de la noche no vino de la diplomacia sino de la música: una banda tributo a Oasis animó el evento. El gesto cultural tuvo una sincronía casi maliciosa: sucedió en la misma semana en la que Oasis volvió a tocar en Argentina, reventando el Monumental y arrastrando a varias generaciones en su reencuentro con los Gallagher. La embajada supo leer la ola y surfearla sin complejo.
WhatsApp Image 2025-11-23 at 3.07.46 PM
Una banda tributo a Oasis musicalizó el cumpleaños de Carlos III en la embajada británica.
La mezcla entre poder institucional y nostalgia pop británica dejó algo en evidencia: el soft power funciona incluso cuando llega disfrazado de “Wonderwall”. En un clima global donde las potencias compiten también por afinidades culturales, el evento mostró cómo lo simbólico puede suavizar conversaciones serias sobre inversiones, alianzas y posicionamiento internacional. Diplomacia con banda sonora, literalmente.
Provincias a Chile: acuerdo sin letra chica y catársis electoral
La acción federal se trasladó durante el lunes y martes pasados a Santiago de Chile, donde ministros de 14 provincias participaron de un evento de desarrollo productivo organizado por el Consejo Federal de Inversiones (CFI) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Dijeron presente, además, gobernadores de países vecinos, representantes de organismos de crédito y especialistas en la materia.
Las jornadas sirvieron para que los distritos hicieran una puesta en común de las problemáticas que enfrentan al respecto y compartieran sus penurias y victorias en medio de la compleja hora que atraviesa la Argentina. Entre sus preocupaciones, pidieron mayores facilidades para acceder al crédito y avanzaron en una iniciativa ambiciosa: la creación de un banco nacional de desarrollo, al estilo brasileño. Pero no todo pasó en el salón Raúl Présbisch del imponente edificio de CEPAL. Entre los pasillos, hubo murmullos y cabildeo sobre distintas cuestiones que hacen a la realidad argentina.
Ministros provincias Chile
Representantes de los gobernadores fueron a la CEPAL a bregar por un banco de desarrollo industrial.
Uno de los temas transversales fue el acuerdo comercial con los EEUU. El entusiasmo de algunos contrastó con la cautela de otros, aunque todos coincidieron en no tener mayores precisiones sobre el entendimiento. «Hasta no conocer la letra chica, no se puede hablar», fue la frase que se repitió en la capital trasandina. «Es algo complejo, porque con EEUU somos países competidores y no complementarios, como con Brasil. Vamos a tener que prestar mucha atención, pero en principio cualquier acuerdo comercial es positivo», aventuró un hombre que entiende de finanzas.
Por supuesto que la organización nacional no es cuestión de soplar y hacer botellas, por lo que no faltaron algunos contrapuntos que le pusieron calor al evento. Las provincias grandes, por ejemplo, llevaron a la mesa la necesidad de discutir la coparticipación federal. También hubo cruces sobre las leyes de compre local, que fomentan que actividades como la minería se abastezcan exclusivamente con proveedores originarios de los distritos, cerrando la puerta a jurisdicciones vecinas. «O las provincias avanzan, o el país retrocede», llegó a disparar un funcionario litoraleño resignificando una consigna libertaria.
No faltó la catarsis por la ola violeta que hace menos de un mes le dio una victoria al Gobierno en las legislativas. «Nos comió la polarización, pero no se puede extrapolar a las realidades provinciales. Se votó otra cosa», ensayó una voz norteña. Eso sí: más allá de bajarle el tono al triunfo libertario, saben que el panorama para 2027 es complicado en el pago chico. Algunas delegaciones también aprovecharon la aventura para llevar sus producciones más allá de las fronteras. Fue el caso de los representantes misioneros, que acercaron muestras de yerba mate de cooperativas locales a potenciales compradores trasandinos.
Ministros provincias Chile
Los ministros provinciales acudieron masivamente a Santiago de Chile.
Para ponerle el moño al asunto, las jornadas coincidieron con las elecciones presidenciales en Chile, donde no se definió un ganador. La reyerta se resolverá el 14 de diciembre en el balotaje con un superclásico: la comunista Jeanette Jara vs. el pinochetista Antonio Kast. «Acá no hay medias tintas», se sorprendió un argentino al ver en vivo los resultados. No hubo, al menos en las calles del coqueto barrio de Vitacura, un clima acorde a una pulseada de tal magnitud. Solo algunas quejas por largas filas en los colegios en medio de una jornada calurosa. Cabe destacar que, después de varios años, el país vecino volvió a implementar el voto obligatorio, cuya consecuencia fue una alta participación electoral: 85,3%.
Tampoco pareció llegar a Santiago la Oasis manía que durante el fin de semana invadió a Buenos Aires. Aunque la banda británica fechó su show en el Estadio Nacional para el 19 de noviembre, el revuelo fue flaco comparado con el porteño. «¿Esos son Gallagher, verdad?», se preguntó un habitante local al ser consultado por la llegada de los autores de Wonderwall.
Contrapunto productivo y deserción por carnaval
La cuestión del desarrollo no quedó supeditada al cónclave en CEPAL. Un día después de finalizado el evento en Chile, la facultad de Ciencias Económicas de la UBA fue escenario del ciclo «Una Argentina productiva posible», otra parada con presencia federal.
Los gobernadores Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos); el ministro de Economía de Córdoba, Guillermo Acosta; el exjefe de Gobierno y legislador electo Horacio Rodríguez Larreta; y Pablo Lavigne, integrante de la Secretaría de Coordinación de Producción del Gobierno nacional, fueron sus animadores.
El debate tuvo como hecho destacado un contrapunto entre los disertantes y el funcionario nacional, quienes desarrollaron miradas disímiles respecto al papel del Estado. Por ejemplo, Rodríguez Larreta advirtió que «la única manera de sostener un plan de desarrollo es a partir de un acuerdo nacional amplio, como hicieron todos los países».
Lavigne no esquivó el desafío: «En Argentina no la veo la del acuerdo. La cosa pública, salvo que le estés muy encima, en general no la van a ver mis hijos. Para ser prácticos, llega un momento donde el rol del Estado en la política productiva debería ser infinitamente menor al que es». Y redobló la apuesta: «La mejor política pública es la que no existe». La proclama levantó murmullos en la platea. «¿Qué bien público queremos dejar? Nosotros queremos dejar estabilidad, crédito, mercado. Nos parece el mejor bien público para dejar», completó. «La síntesis más pura del credo libertario aplicado a la producción”, mencionó en los corrillos un hombre de provincias, tras el evento.
Frigerio Pullaro Llareta
La Facultad de Económicas fue escenario de otra cumbre de provincias.
Pullaro, a su turno, puso en valor el rol de los gobernadores y aseguró que si hoy no tenemos un conflicto social en la Argentina, «no es solo porque la macro se está estabilizando, sino porque nosotros estamos volcando recursos». El mediterráneo Acosta también marcó distancia del enviado de Nación. «Siempre hay espacio para hacer política de desarrollo productivo», planteó.
Más cercano a las posturas de sus aliados libertarios se mostró Frigerio, quien planteó: «Hay que preguntarle a un productor lo que necesita. Si vos hablás con productores y les decís ‘yo te garatinzo la inflación de Paraguay, un sistema impositivo sin retenciones ni impuesto al cheuque o sin IIBB, te garantizo que a partir de esa estabilidad vas a tener crédito y relaciones con el mundo más o menos estables’, yo no sé cuánto te demandan las políticas industriales clásicas». «Probablemente te las reclamen igual, pero si el Gobierno me garantiza eso, no tengo mucho más para pedir», completó.
«Roger» -como referencian sus colegas al exministro del Interior de Mauricio Macri- dio la nota con la cuestión horaria. Fue el último en llegar, cuando sus compañeros ya estaban dispuestos a iniciare el panel, y el primero en irse. Lo apremiaban urgencias de tintes estivales: la presentación del Carnaval de Gualeguaychú.
Gobernadores y llegadas tarde marcaron también otro cónclave provincial (sí, otro más), que se llevó a cabo en el Golden Center de Parque Norte, y que mixturó a mandatarios dialoguistas con el acérrimo opositor Axel Kicillof, en una imagen de volumen político. Justamente, este último se sumó al escenario cuando ya estaban sentados Rogelio Frigerio, el puntano Claudio Poggi, el jujeño Carlos Sadir, el mendocino Alfredo Cornejo y el anfitrión Ignacio Lamothe, titular del CFI. De hecho, ya habían hablado Frigerio y Sadir, quienes partieron casi al instante en que llegó el bonaerense, aunque se debió, aseguran, a cuestiones de agenda y de vuelos de retorno a sus provincias ante que a algún encono personal.
WhatsApp Image 2025-11-24 at 6.12.11 PM
Kicillof, el último en subir al escenario.
Claro, Kicillof ingresó como un rockstar. Un ingreso celebrado por la platea, pero digerido con cara de póker por los otros gobernadores. Desde ya, no hubo sorpresas, ya que todos los presentes conocían de antemano la participación del exministro de Economía de Cristina Kirchner, y, de hecho, la llegada tarde les evitó la foto incómoda. «Por ejemplo, Rogelio y Axel tienen buena relación, pero prefieren evitar las fotos», mencionaba en los pasillos un conocedor de la rosca provincial.
Acaso, el momento más picante fue el que se vivió entre Cornejo y Kicillof, ya que el segundo le respondió elípticamente al mendocino, quien antes había asegurado que la democracia no había asegurado el desarrollo, y lo expresó en términos de PBI. El bonaerense dijo, sin nombrarlo, que esas mediciones son obsoletas y que lo importante es «que la riqueza esté bien distribuida» y que el desarrollo tenga «un objetivo federal, nacional y con equidad».
El radical, hombre de carácter, no dejó la oportunidad abajo del escenario de cuestionar al «populismo» con quienes se cruzó, para redoblar la apuesta.
Reconocimiento en DDHH al «Duhalde bueno»
En la trastienda del acto que organizó Andrés La Blunda, legislador porteño y nieto restituido, junto a ATE para homenajear a Eduardo Duhalde, el clima venía cargado. La preocupación giró, una vez más, alrededor de los embates del Gobierno contra lo que, dijeron, son «los consensos democráticos más básicos». Todavía resonaban en el ambiente las repercusiones por la escena de la semana anterior en Ginebra, donde la delegación argentina, ante el Comité contra la Tortura de la ONU, volvió a poner en discusión la histórica cifra de 30 mil detenidos desaparecidos.
Entre los invitados en el panel estuvo el juez federal de Casación Penal, Alejandro Slokar. Del público participó el exministro de Trabajo Carlos Tomada, dos nombres que, cada uno desde su mundo, imprimen volumen propio.
Una de las iniciativas fue que un espacio público de la Ciudad que lleve el nombre del histórico referente de derechos humanos. «El Duhalde bueno», como decían por lo bajo, para diferenciar al abogado del expresidente que asumió en plena crisis de 2001.
WhatsApp Image 2025-11-20 at 11.34.42 AM
La Legislatura fue el escenario del reconocimiento al «Duhalde bueno».
El encuentro comenzó con las palabras de bienvenida de Gustavo Cano, seguido por las intervenciones del secretario general de ATE Legislatura, Ezequiel Gennaro y de La Blunda. Mariela Stable, doctora del CONICET, fue otra oradora, al igual que Amichetti, secretario general de la Federación Gráfica Bonaerense
El acto concluyó con las palabras de Marcelo Duhalde, quien cerró la jornada resaltando la vigencia del legado de su padre. La actividad también incluyó una muestra fotográfica organizada por ATE, material audiovisual sobre su vida y un recorrido por distintos momentos de su trayectoria, desde sus inicios como militante hasta su rol decisivo en la consolidación de los juicios por delitos de lesa humanidad como Secretario de Derechos Humanos de la Nación.
Diálogos con la IA: sin edición y sin cassette
– ¿La política está realmente tan tranquila o es la calma que precede a la tormenta de verano?
– Más que calma, es un impasse. La dirigencia está esperando tres cosas: el Presupuesto, el acuerdo con EEUU y el humor social de diciembre. Si alguno de esos tres se mueve mal, la pax mileísta dura lo que un suspiro.
– ¿Te cierra que Milei haya puesto a Presti al mando de Defensa?
Es un mensaje hacia adentro y hacia afuera. Internamente, marca orden: “las FFAA vuelven a Defensa”. Hacia afuera, es una señal a los aliados estratégicos de que la institucionalidad castrense no queda en manos de un civil débil. A Milei le sirve porque disciplina y, además, genera ruido justo donde él quiere: en la grieta histórica.
– El dólar volvió a despertarse después de la siesta poselectoral: ¿esto fue un estornudo o empieza otra película?
Estornudo, pero con alergia persistente. Las mesas saben que el Gobierno quiere evitar sobresaltos, pero también ven que la demanda se recalienta con cualquier chispa y que el colchón de reservas sigue flojo. No es corrida, es tensión de temporada.
– ¿Con qué magia planea el Gobierno conseguir dólares para pagar la deuda?
Con tres apuestas: el acuerdo con EEUU, un puente financiero para el primer trimestre y una licuadora fiscal que siga mostrando resultados. Si una falla, vuelven los parches y las renegociaciones silenciosas. El mercado ya lo sabe y por eso observa cada gesto con microscopio.
– Si mañana te dan las llaves del Ministerio de Economía, ¿cuál sería tu primera movida?
– Blindar el frente externo y ordenar expectativas. Sin dólares, no hay plan; sin plan, no hay estabilización. Después, recién después, discutir la sintonía fina: tarifas, salarios y tipo de cambio. Todo lo demás es voluntarismo.
– ¿Qué te dejó el pasillo de espaldas de Estudiantes a Rosario Central?
– Que el fútbol argentino siempre encuentra una forma nueva de politizar cualquier gesto. Fue protesta, fue marketing interno y fue también un recordatorio de que la AFA está en un clima de mucho más ruido del que dejan ver.
– ¿Hasta dónde puede tensar Milei la cuerda con China sin que se le mueva la macro?
– Hasta donde el swap aguante. Después, no hay margen. La Casa Rosada prefiere alinearse con Washington, pero sabe que cortar con Beijing sería pegarse un tiro en el pie logístico, comercial y financiero. Milei tensa, pero no quiebra.
– El peronismo dice que se está reordenando… ¿vos ya viste algo?
– Más terapia que reordenamiento. Cada sector está tratando de no perder volumen simbólico, pero sin conducción ni narrativa unificada. Recién después del verano empezará a verse si aparece una mesa chica real o si siguen los “mini-peronismos”.
