Argentina es un país que tuvo que aprender a salir adelante ante cualquier situación adversa que se presente. Tras haber atravesado golpes y crisis económicas que perjudicaron profundamente el bolsillo de los trabajadores, se pueden escuchar muchas historias de resiliencia y superación.
Sin embargo, no todos los casos terminan con un negocio saliendo a flote, o con una empresa millonaria que supo cultivar sus ganancias en espacios que necesitaban atención. Este es el caso del ex futbolista José “El Chino” Pereda Maruyama, que jugaba en Boca Juniors y tuvo que dejar su antigua vida atrás para salir adelante después del Corralito.
Contexto histórico
En 1991, Argentina implementó la Ley de Convertibilidad, que fijaba el valor del peso argentino al dólar estadounidense a una tasa de 1:1. Esta política tenía como objetivo controlar la hiperinflación que había afectado al país en la década de 1980. Aunque inicialmente fue exitosa en estabilizar la economía, con el tiempo, la falta de flexibilidad monetaria y la dependencia de la financiación externa comenzaron a generar problemas
Así, llegó la crisis y la hiperinflación de 1989. La economía se había estancado, el desempleo era alto y la pobreza aumentaba. La política de convertibilidad, que fijaba el valor del peso al dólar, había generado una deuda externa significativa y una dependencia del financiamiento extranjero. En ese contexto, fue que el 3 de diciembre de 2001 el gobierno de De la Rúa, siguiendo el plan del entonces Ministro de Economía Domingo Cavallo, anunció el Corralito.
Qué fue el Corralito
El corralito fue una medida económica implementada en Argentina en diciembre de 2001 por el entonces presidente Fernando de la Rúa y su ministro de Economía, Domingo Cavallo. Esta medida restringió severamente la cantidad de dinero que los ciudadanos podían retirar de sus cuentas bancarias, limitándolo a 250 dólares semanales. El objetivo era evitar una corrida bancaria y la salida masiva de capitales del sistema financiero.
Las restricciones financieras afectaron gravemente a la economía informal, provocando el cierre de pequeños comercios y un aumento del desempleo. La pobreza aumentó significativamente, y muchos argentinos perdieron gran parte de sus ahorros debido a la devaluación del peso y la conversión de depósitos en pesos. Las protestas y disturbios sociales se intensificaron, lo que llevó a la caída del gobierno de Fernando de la Rúa en diciembre de 2001.
La historia de José Pereda Maruyama
El «Chino» Pereda jugó en Boca Juniors entre 1998 y 2001, destacándose por su versatilidad en el mediocampo. Durante su carrera en Argentina, el futbolista peruano ganó seis títulos importantes, incluidos dos Copas Libertadores y la Intercontinental contra el Real Madrid en Japón. A pesar de no marcar goles en sus 72 apariciones, su contribución al equipo fue valiosa y muy apreciada por Carlos Bianchi.
Sin embargo, el corralito de 2001 tuvo un impacto devastador en su vida financiera. Pereda perdió una cantidad significativa de dinero debido a las restricciones bancarias y la devaluación del peso, lo que lo llevó a tomar la difícil decisión de regresar a Perú. Ahí jugó en Universitario de Deportes por cinco años y luego en Cienciano, donde finalmente se retiró.
Tras su carrera como jugador, Pereda trabajó durante diez años como coordinador de divisiones menores en el club Universidad César Vallejo. No obstante, la pandemia lo dejó sin empleo en 2020, obligándolo a buscar nuevas oportunidades y proyectos personales relacionados con el fútbol. Asegura que está constantemente en búsqueda de trabajo, porque quiere pagarle los estudios a sus hijos y asegurarles un mejor futuro.