¿Qué tiene de interesante la historia? ¿Porque Friedrich List ponía el acento en la filosofía, la política y la historia? Vamos por parte, lo interesante de la historia es que siempre se repite de alguna forma, ¿por qué? Porque la matriz de pensamiento para razonar el momento presente, no ha cambiado desde 1890 o ha subsistido en las cátedras en la periferia ¿Debe ponerse en cuestionamiento esa matriz de pensamiento? Sí, sin ninguna duda, se hace más que necesario porque también juegan las “blancas” en el tablero de la política y la economía.
La universidad forma técnicos para la conducción burocrática o empresas y no son personas neutrales sino que están entrecruzadas por intereses de diversa índole y una matriz de pensamiento que utilizan para resolver diversos problemas, en este caso los dilemas nacionales: pobreza, desigualdad, distribución, intercambio comercial, desarrollo tecnológico, financiamiento externo, ocupación y riqueza.
En este caso el plan de reforma de estudios de la carrera de Lic. en Economía de la UBA no va en la dirección de poner en cuestionamiento la matriz de pensamiento “neoclásica”, que según Keynes se caracterizó por el: Darwinismo económico, libre comercio e individualismo. Previamente al economista inglés autores como List propusieron, dejando un ejemplo claro “un sastre no es la nación, ni la nación es un sastre” y que si bien todos tenemos buenos deseos sobre el futuro como “la unión universal o la libertad absoluta del comercio internacional que a la sazón no es sino una idea cosmopolita, acaso solo realizable con el transcurso de los siglos, es considerada como algo susceptible de realización actual. Desconociendo las exigencias de la actualidad y la naturaleza de la nacionalidad, ignora incluso la existencia de la nación y, a la vez, el principio que se propone educar a la nación para la autonomía. Íntegramente cosmopolita atiende sólo a la humanidad entera, al bienestar del género humano en su conjunto, nunca a la nación y al bienestar nacional; aborrece la política y considera la experiencia y la práctica como rutinas reprobables (Sistema Nacional de Economía Política, 1841). El Estado como organizador y planificador de los sectores productivos y el principio que se propone educar a la nación para la autonomía.
Las políticas económicas actuales no tienen nada de novedoso, siguen la matriz de pensamiento económico que fracasó en 1929 y que dio paso a la centralidad del Estado para resolver algunas cuestiones sociales y que fue cambiando según sean cuestiones de los países centrales y periféricos. Porque entre estos países y sus economías existen estructuras productivas diferentes.
El intercambio comercial entre las distintas economías periféricas y centrales no solucionaron los distintos problemas sociales y productivos. Por ello el siglo XX fue de tensiones y convulsiones. Desarrollo y subdesarrollo, desarrollo combinado, mientras los países centrales se desarrollan, los países de la periferia mantienen niveles de subdesarrollo. Lo que encubre también una relación colonial. Pero luego de eso, retomar las ideas pre-1929 para resolver los problemas actuales, también fue un error. En el caso argentino podemos encontrar eso.
Por un lado escuchamos algunos economistxs decir “¿y si sale bien?” y otros que dijeron “esto si ganaba Massa había que hacerlo”, lo que marca que están consustanciados en una matriz de pensamiento cercano a las políticas económicas adoptadas a partir de diciembre de 2023. En cambio otras voces, pocos, planteamos que esto es lo mismo que ajuste clásico liberal parecido a la Revolución Argentina, Ongania (1966-1970). Proscripción del peronismo.
Para ejemplificar eso vamos a tomar dos autores, uno es Gerardo Duejo, que es el anagrama de Eduardo Jorge. Un economista que realizó una serie de aportes como el clásico libro “Industria y Concentración Económica”. Estos dos autores debatían en Cristianismo y Revolución y las Fichas de Investigación Económica y Social.
Tomando en primer instancia las “Fichas” encontramos un texto de Félix J. Weil que en su artículo “Argentina en vísperas al Peronismo» (Vol. II. N° 7 – Oct. de 1965), cuenta que la estratificación social de la Argentina puede describirse en una pequeña y rica clase alta, poseedora de una influencia totalmente desproporcionada a su tamaño relativo. Los estancieros, unos pocos miles de viejas familias terratenientes, constituyen esta clase alta. Ellos mandan sobre las masas de obreros pobres e ignorantes, sobre arrendatarios rurales, y también sobre una pequeña pero rápidamente creciente clase media, compuesta de chacareros, algunos obreros calificados, artesanos, empleados, industriales y profesionales.
Otro artículo que complementa esta idea es el “De Krieger Llerena a Moyano Vasena” (Nro. 25 Septiembre de 1970) escrito por Gerardo Duejo que tuvo como protagonista al economista Federico Pinedo -abuelo del Pinedo ex Senador del PRO- y su devaluación de 1962 del 60%. Ese fue el primer acto, devaluación, el segundo fue la reducción de aranceles ¿Derechos de exportación? No, los derechos de importación. Según analizó Duejo no hubo razones para una devaluación (en nuestro caso lo pidió el FMI pero siempre pide lo mismo desde 1945). La promoción de las exportaciones no era una excusa para hacerlo ni tampoco para generar ingresos al Estado.
El autor continúa su análisis y describe cómo Kriger Vasena en 1967 continuó esta idea de reducción de aranceles que siguió afectando a la industria. Los sectores agroexportadores se beneficiaron de las devaluaciones. Se aseguró ingresos del Estado, en aquel momento, ahora también para cubrir las obligaciones externas. Por ello el ajuste recae sobre jubilaciones, provincias y obra pública.
Lo que nos plantea el autor es que esto estaba previsto en las conversaciones del GATT en 1966, momento en el Kriger Vasena asume la cartera de Economía. La decisión fue devaluar y bajar los derechos de importación porque acá estaba la cuestión de fondo: Para continuar aumentando sus importaciones de carnes, cereales y forrajeras los europeos exigen una mayor participación en el mercado argentino. Por lo tanto el monopolio frigorífico, actualmente encabezado por Adalbert Krieger Vasena, está vitalmente interesado en permitirles esa mayor participación. Por otro lado, el sector industrial que va a ser afectado por la reciente baja de aranceles en herramientas y bienes de capital, el ministro Krieger Vasena en uno de sus viajes a Europa gestiono una línea de créditos vía el Banco Industrial para estos sectores importadores.
Traemos estos artículos para para analizar la devaluación (dic23), baja de aranceles en las importaciones y tipo de cambio con microajustes (1967-1970) porque si o si hay que garantizar el pago de intereses a los acreedores internos y externos, los ingresos para los sectores exportadores, darle salarios baratos a los industriales concentrados y que los capitales extranjeros ganen terreno, vía importaciones, lo que implica una industria más concentrada y otra que no le queda otra que cerrar
¿Es novedoso en su política económica este gobierno del PRO-UCR y LLA? No, aspiran a un Argentina pre peronismo. El anhelo de los sectores agroganaderos vinculados a la exportación que no requieren de una producción industrial nacional sino asegurarse el consumo de primer mundo por vía de importaciones y para ello la industria concentrada se asocia al capital extranjero -en una convivencia pacífica- para asegurar los negocios del Litio y Vaca Muerta. Porque no tienen un proyecto de nación muy diferente al del sector agroganadero. Un paralelismo es que se nota en la búsqueda de proscripciones políticas como en el ajuste presupuesto universitario (noche de los bastones largos), evitar lo que llaman “infiltración marxista” como decía Onganía.
Este proceso sólo cierra con los sectores productivos vinculados al mercado interno en emergencia. El ajuste de salarios fue parte de esta vieja idea ultraliberal de los sectores históricos del país con la misma matriz de pensamiento económico para resolver los problemas nacionales: saldos exportables, hambrear al pueblo para enviar toda la carne, cereales, oleaginosas y derivados a la mesa de los trabajadores de las potencias económicas. Por todo esto es relevante retomar autores como List que nos plantearon una construcción de la Política Nacional en base a la historia, la filosofía inconclusa de Latinoamérica (Kusch) y la política (estructuralismo latinoamericano) como herramienta de transformación de la estructura productiva. Y evitar caer en debates “cosmopolitas” como el “tecnofeudalismo”.
Este artículo se escribió con esta canción.