La devaluación en Brasil enciende alarmas en la industria local y el Banco Central. El triunfo de Donald Trump pone más presión al proceso de depreciación del real que acumula una caída cercana al 20% interanual. Los fabricantes de manufacturas del país vecino ganan competitividad mientras los argentinos la pierden. Las agencias de turismo ya hablan de un “boom” de argentinos en Río de Janeiro. El riesgo para la estrategia cambiaria de Javier Milei.
A partir del triunfo del candidato republicano en las elecciones presidenciales, el mundo espera un dólar más fuerte. Los países emergentes tomaron nota y en ese grupo Brasil es nuestra principal referencia. Luego de un salto al comienzo de la rueda, con intervención de la autoridad monetaria, pudo revertir la caída sobre el final y cerrar la jornada sin cambios.
Al margen de la foto del día, la película muestra otra historia. Esta semana se aceleró el pulso de la devaluación y el dólar ya equivale a 5,7 reales. La moneda del país vecino acumula una caída del 20% interanual . “La fluctuación se debe a la situación fiscal y a la expectativa de que crezcan las tasas de interés en Estados Unidos”, explicó a Ámbito un ex integrante del equipo económico de Lula.
El escenario enciende las alarmas en la industria local. Brasil es el principal socio comercial de Argentina, el primer origen de nuestras importaciones y principal destino de las manufacturas de origen industrial. Seis de cada diez dólares que se exportan al país vecino son productos con alto valor agregado.
La devaluación en Brasil se suma a un cóctel peligroso para los fabricantes argentinos: caída de la demanda local, suba de costos, apreciación cambiaria. Por si fuera poco, en los próximos días el presidente Lula da Silva anunciará un fuerte ajuste del gasto para achicar el déficit fiscal.
Los industriales argentinos temen que la caída de la demanda en Brasil redunde en una “invasión” de manufacturas del país vecino. Todo se da en un contexto de apertura comercial y eliminación de controles aduaneros. Textiles, autopartes, alimentos, químicos, electrodomésticos, acero, maquinaria agrícola, son algunos de los sectores que podrían verse afectados en caso de que se de una nueva oleada importadora.
El “boom” de argentinos en Río
El turismo es uno de los sectores que más rápido reacciona a los cambio de coyuntura cambiaria. Una de las agencias más relevantes, le dijo a este medio que este año creció fuerte el interés por destinos del exterior. “El boom por Brasil no para de crecer, Río de Janeiro va a estar invadido de argentinos”, especificó la fuente del sector.
Según datos de Despegar, las búsquedas a nivel internacional aumentaron un 108% en comparación con el segundo trimestre del año. El ranking de destinos lo lidera Río de Janeiro y luego le sigue Florianópolis. Mientras tanto, las búsquedas de turistas extranjeros para visitar Argentina cayeron un 15% entre junio de 2024 y el mismo mes del 2023.
“El interés de los viajeros sigue creciendo. Es impulsado por el cambio favorable, los paquetes, las cuotas sin interés y la posibilidad de adquirir vuelos directos a más de 11 destinos de Brasil”, explicó Alejandro Festa, Gerente de Hospedajes y Servicios Turísticos de Despegar.
El riesgo para la estrategia cambiaria de Javier Milei
La cuenta de servicios comienza a transformarse en un problema para el Banco Central. De exhibir un superávit de u$s 84 millones en enero, luego del salto cambiario del 118%, pasó a tener un rojo de u$s 650 millones en septiembre. Todo esto, a pesar de que el dólar turista está casi $500 por debajo del financiero.
El deterioro de la cuenta corriente siembra preguntas sobre la estrategia cambiaria. El Gobierno dice que la apreciación del peso llegó para quedarse. Pero economistas de distintas orientaciones plantean reparos a esa idea: los controles cambiarios continúan y el escenario internacional no ayuda.
El más contundente fue el ex economista jefe del Instituto Internacional de Finanzas y estratega jefe de divisas Goldman Sachs, Robin Brooks: “Los argentinos aún no se han dado cuenta, pero la victoria de Trump, sí implica aranceles estadounidenses a China y otros países, ejercerá una gran presión devaluatoria sobre el peso. Eso no está en el precio actual”.