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La aplicación de mensajería solo revela direcciones IP y números de teléfono de presuntos delincuentes si hay una orden judicial.
La plataforma de mensajería Telegram optaría por abandonar el mercado antes que socavar el cifrado mediante ‘puertas traseras’ y violar así los derechos humanos básicos, escribió Pável Dúrov, cofundador de la aplicación, en su canal de esa red.
«A diferencia de algunos de nuestros competidores, no cambiamos privacidad por cuota de mercado. En sus 12 años de historia, Telegram nunca ha revelado un solo byte de mensajes privados», afirmó.
Con ese comentario aludió a un proyecto de ley que se está discutiendo en Francia, que contempla la instalación de ‘puertas traseras’ que permitirían obviar los sistemas de seguridad del algoritmo para así acceder a las aplicaciones cifradas.
«Una vez introducida, una puerta trasera puede ser explotada por otras partes, desde agentes extranjeros hasta piratas informáticos. Como resultado, los mensajes privados de todos los ciudadanos respetuosos de la ley pueden verse comprometidos», afirmó el cofundador de la aplicación.
En ese orden, Dúrov precisó que Telegram coopera con los servicios de inteligencia de distintos países solo si hay una orden judicial válida. Además, en tales casos proporciona únicamente la dirección IP y los números de teléfono de los sospechosos, pero no su correspondencia.