En una jornaad en la que el Tesoro se quedó prácticamente sin dólares para sostener el tipo de cambio dentro de la banda, el dólar oficial mayorista ahora baja $10 a $1.420 tras subir en mayor parte de la rueda y alcanzar los $1.470 (+2,7%). Si bien el organismo comenzó a vender para que la divisa no continúe acercándose al extremo superior del régimen -en $1.485,14 (+1%)- «en estos niveles comenzó a aparecer oferta privada, que vendió unos 10 pesos por debajo del nivel donde vende el Tesoro», reveló un operador.
Al Tesoro le quedan apenas u$s353 millones en sus arcas para mantener el dólar en su valor intrabanda.
«La estabilidad cambiaria de esta semana le habría costado al Tesoro entre u$s320 y u$s327 millones en ventas el miércoles, tras haber desprendido u$s1.721 millones en las cinco ruedas anteriores. Por lo tanto, las ventas acumuladas del Tesoro en lo que va de octubre habrían alcanzado los u$s2.040 o u$s2.050 millones, agotando casi por completo los dólares comprados al campo en el marco de las retenciones cero (el 92% de los u$s2.228 millones)», reveló PPI.
El dólar oficial opera este jueves a $1.441,493 para la compra y a $1.496,505 para la venta en el promedio de las entidades financieras que publica el Banco Central (BCRA) este viernes. En tanto, en el Banco Nación (BNA), el billete cotiza a $1.420 para la compra y $1.470 para la venta.
En cuanto a los financieros, estos descomprimen: el MEP se ubica a $1.496,83, mientras que el CCL cae a $1.520,27. Dentro de los paralelos, además, el blue cotiza en $1.475.
En el sector de dólar futuro, los contratos caen este jueves con excepción del contrato a diciembre. Pese a la intervención del BCRA para dar cobertura ante la creciente expectativa de un giro en el esquema cambiario después de las elecciones, el mercado ya pricea un tipo de cambio mayorista a $1.580 para fin de año.
«Se observó una suba en el volumen operado en la jornada previa, que avanzó en u$s193 millones hasta u$s1.038 millones, mientras el interés abierto se incrementó en u$s79 millones. El mayor aumento de volumen se registró en el contrato de diciembre, en tanto que la suba en el interés abierto correspondió al contrato de noviembre», revelaron desde Cohen.
Si el Tesoro se queda sin dólares: qué caminos quedan
Cabe resaltar que, los depósitos en dólares que tiene el Tesoro en el BCRA, aquellos que el Gobierno usa para intervenir dentro de la banda, al lunes se encontraban en u$s949 millones, mientras que ahora se estima que se sitúan en u$s350.
Desde PPI, aseguran que ahora el equipo económico deberá decidir si el Tesoro recomprará dólares al Banco Central con los pesos que tiene, revirtiendo el reciente proceso de “saneamiento en su hoja de balance”, o si permitirá que el propio Banco Central intervenga en el MULC.
En este sentido, la liquidez que tiene el Banco Central, contabilizando los Derechos Especiales de Giro (DEGs) al lunes se estimaba alrededor de los u$s19.500 millones.
La suba de tasas, otra complicación
En el marco de las tensiones cambiarias y en la antesala de las elecciones legislativas nacionales, las tasas en pesos se volvieron a recalentar. Los operadores sostienen que ya lleva varios días la falta de liquidez en el sistema y que esto podría reeditar la extrema volatilidad que se vio en la salida de las LEFIs.
Cabe resaltar que el Banco Central estaba poniendo un «piso» a las tasas de interés en la rueda de simultáneas de BYMA, desde donde absorbe pesos al 25% TNA (nivel al cuál llegó después de las elecciones en PBA en un intento de bajar los altos rendimientos que afectaban el sistema).
«La tasa de caución continúa por encima de lo que venía operando y la única explicación más o menos convincente para las subas tiene que ver con las expectativas de suba del dólar post elecciones y la incertidumbre respecto de la continuidad del esquema actual«, explicaron, en esta jornada, desde Outlier.
Más allá de las novedades que puedan surgir desde Estados Unidos, el mercado da por hecho que la demanda dolarizadora seguirá firme, sin importar el colchón financiero que logre construir el ministro de Economía en Washington. Esta convicción se apoya en la percepción generalizada de que el esquema de bandas cambiarias ya está agotado y que, tarde o temprano, será necesario un cambio en la política monetaria. Ese giro implicaría un tipo de cambio más alto, condición indispensable para acumular los dólares que la economía necesita.