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El entorno del Shanay-timpishka se adapta, pese a lo ardiente de sus aguas.
Alrededor de 10 años han pasado desde que un geólogo confirmó la existencia del Shanay-timpishka o río hirviente, por sus aguas que pueden superar los 90 grados de temperatura. Ahora investigadores han detallado los cambios que genera en su ecosistema, así como los peligros que afronta.
Su inusual temperatura, que puede alcanzar hasta los 100 grados, limita la diversidad de organismos, reseñó el portal especializado Ambientum. En febrero de 2016, cuando se hizo público el hallazgo, su descubridor relató los efectos que le causa a las especies.
«He visto todo tipo de animales caerse», contó Andrés Ruzo a la cadena BBC. «Lo primero que pierden son los ojos que, aparentemente, se cocinan muy rápido: adquieren un color blanquecino (…) así que van perdiendo fuerzas hasta que finalmente llegan al punto en el que el agua caliente entra en su boca y se cocinan por dentro«, agregó.
El Shanay-timpishka, ubicado en la región de Mayantuyacu, en la selva amazónica del Perú, es un río que se calienta por fuentes geotérmicas en las profundidades del subsuelo. Por lo tanto, solo permite sobrevivir a especies termo-resistentes.
Por sus condiciones únicas también promueve el desarrollo de microorganismos especializados. De hecho, las plantas aledañas deben tolerar vapores constantes, por lo cual su «entorno funciona como un laboratorio natural de evolución», destacó Ambientum.
Como otras zonas del Perú y de la Amazonía en general, enfrenta la deforestación, la minería ilegal e incluso la afluencia de turistas que no cumplen con medidas estándar de cuidado del lugar.