Los dirigentes del PRO Cristian Ritondo y Diego Santilli tuvieron un nuevo encuentro con Sebastián Pareja para intentar avanzar en las negociaciones para una lista común en las elecciones bonaerenses de septiembre y en las nacionales de octubre. Más allá de que la confirmación de la sentencia a Cristina Fernández de Kirchner podría modificar el panorama, lo cierto es que quedaron sobre la mesa las condiciones de la negociación y no hay sorpresas: no son buenas para el PRO. Los negociadores escucharon que tendrán un porcentaje menor de las listas bonaerenses y en las nacionales hasta un máximo de cinco diputados. Además, Karina Milei dejó trascender que quiere que el frente electoral lleve el nombre de La Libertad Avanza.
La mesa de negociaciones sigue abierta pero, a medida que pasan las reuniones, las definiciones de la Rosada comienzan a ponerse más duras. En realidad, están dentro de lo que viene planteando Karina Milei y sus voceros desde comienzos de este año: el PRO es un socio menor, a nivel electoral es residual y debe conformarse con lo poco que le ofrezca LLA. La derrota aplastante en la Ciudad de Buenos Aires, cuyo simbolismo no se puede exagerar, curiosamente no exacerbó la posición de la Rosada sino que simplemente la ratificó. Lo que le están ofreciendo a los macristas es, número más número menos, lo que tenían pensado ofrecerles desde siempre.
En el encuentro, además de Pareja, estuvieron Diego Santilli y el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro. Pareja les explicó que en términos electorales para septiembre está en consideración formar un frente electoral, pero que el nombre más competitivo para ese frente es La Libertad Avanza. Si bien los negociadores escucharon sin grandes sobresaltos -saben bien que gran parte de los intendentes PRO están dispuestos a ir con esa escudería- de seguro la novedad será un sapo particularmente grande para tragar para Mauricio Macri. Pero lo cierto es que el expresidente está completamente corrido de las instancias de esa negociación y las pocas apariciones públicas que hizo hasta ahora lo mostraron resignado a ese rol de socio menor. Habrá que ver si, negociación mediante, logran colar algo al final del nombre, del estilo La Libertad Avanza – PRO. Hoy, está en duda que puedan lograr siquiera eso.
La discusión de los lugares no es mejor: para septiembre, Ritondo ya había ido con una lista de nombres y la idea de dividirse 50 y 50 los lugares, pero se encontró con que la posición de la Rosada es que el PRO debe tener un 25 por ciento de los lugares. Para las listas nacionales, lo que ofrecen es todavía menos: 5 lugares de los 35 de la lista. El objetivo de Karina Milei es sumar 15 diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires, de los cuales al menos 10 sean incondicionales de los Milei. Entre ellos, habrá que ver si le dan lugar al adlater de Patricia Bullrich, Gerardo Milman, que debe renovar su banca.
Desde el PRO, tienen que intentar renovar 12 bancas de diputados provinciales y otras tantas de senadores, pero los números no están cerrando. Y en la elección nacional ponen en juego 7 bancas por la provincia, por lo que la oferta de 5 los deja con -de mínima- una pérdida neta de dos diputados. Eso si tienen suerte: también puede ser que les den menos.
Después de la reunión con Pareja -que en un momento estuvo por pasarse por la posible condena a CFK pero finalmente se concretó según fuentes macristas-, los emisarios del PRO estuvieron particularmente silenciosos. Señal de cómo vienen las cosas en la negociación que, por supuesto, sigue y donde siempre las posiciones se extreman antes de acordar. El problema es que la elección porteña dejó al PRO en una posición de debilidad desde la cual les cuesta a los negociadores tener un contrapeso en las discusiones. Lo más que vienen exhibiendo es el despliegue territorial que pueden aportar, con sus 13 intendentes y sus fiscales. En la Rosada dicen que es poco, pero lo cierto es que LLA tiene todavía menos.
