El pueblo de luto y un país en agonía | A 51 años del fallecimiento de Juan Domingo Perón


Era una sola palabra, en grandes letras que ocupaban la mayor parte de la portada, para describir una noticia que todos ya conocían, pero que igual el diario debía informar. «DOLOR» decía la tapa del diario Noticias (vinculado a Montoneros) el 1 de julio de 1974, día en que murió el presidente Juan Domingo Perón. Horas antes, con la voz quebrada, Isabel Perón había dicho que había pasado a la inmortalidad «un verdadero apóstol de la paz y la no violencia». Trágicamente, ella ocuparía su lugar en la presidencia en un recrudecimiento de la violencia política que culminó en el golpe de Estado de marzo de 1976. «Este viejo adversario despide a un amigo», dijo el radical Ricardo Balbín en el funeral en el Congreso, que se extendió con colas de gente que se acercó masivamente a despedirlo. 

En realidad, la viuda de Perón venía ejerciendo la presidencia desde unos días antes, dado que el tres veces presidente estaba ya sin condiciones de conducir al país que tantos años había esperado su retorno. Eran tiempo de violencia: Montoneros había abandonado la Plaza de Mayo ante su enojo y su promesa de que «iba a tronar el escarmiento». Pero también había tenido una última plaza el 12 de junio de 1974, donde dio su último discurso: «Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que es para mí la palabra del pueblo argentino”.

El parte médico de su muerte lo firmaron, entre otros, Jorge Taiana (padre), Pedro Cossio y Pedro Eladio Vázques y decía: “El señor teniente general Juan Domingo Perón ha
padecido una cardiopatía isquémica crónica con insuficiencia cardíaca,
episodios de disritmia cardíaca e insuficiencia renal crónica,
estabilizadas con el tratamiento médico. En los recientes días sus enfermedades es agravaron como consecuencia de una
broncopatía infecciosa. El día 1º de julio, a las 10.25, se produjo un
paro cardíaco del que se logró reanimarlo, para luego repetirse el paro
sin obtener éxito todos los medios de reanimación dispone. El teniente general Juan Domingo Perón falleció a las
13.15”.

Apenas se conoció la noticia, las centrales sindicales llamaron a un cese de tarea en señal de duelo y el país se paralizó. Perón fue vestido con su uniforme de general y tuvo un primer velatorio en la Quinta de Olivos, luego se lo trasladó a la Catedral donde hubo un oficio masivo y finalmente lo llevaron al Congreso, donde es difícil de describir para quienes no lo vivieron la afluencia popular a despedirlo. Para las generaciones actuales, lo más parecido podría ser el velatorio de Néstor Kirchner o el de Diego Armando Maradona. Filas y filas de personas, mayormente de clase baja, llorando, esperando bajo la lluvia torrencial para poder entrar a rendirle homenaje. 

Basta decir, para el relato de los hechos, que Perón murió el 1 de julio y el velatorio continuó sin detenerse hasta el 4 de julio de 1974 por la mañana. Basta decir que pasaron frente a su féretro aproximadamente 135 mil personas en las 46 horas que pasó en el Congreso. Además de Balbín, en nombre de todos los gobernadores, le tocó despedirse de él a un muy joven gobernador riojano Carlos Saúl Menem.

Basta contabilizar que viajaron a la Argentina unos dos mil periodistas extranjeros para dar cuenta la noticia, que recorrió el mundo y que llevó a las condolencias de todos los líderes mundiales. «En el momento en que otros se habrían contentado con retirarse de la
vida política, él aceptó el desafío de regresar a su país para guiar a
los argentinos», consideró el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, que interrumpió un rato el diálogo que mantenía con el secretario general de la Unión Soviética, Leonid Brézhnev, para expresar sus condolencias. «La noticia me hizo mucho daño. Tuve una terrible sensación de
abatimiento y tristeza… Surgió en mi memoria la ruptura del bloqueo a
Cuba que concretó el gobierno popular del general Perón. Jamás será
olvidado por el gobierno y el pueblo de mi patria. Siempre será
recordado aquí como un patriota latinoamericano y un amigo de Cuba y de
su pueblo», afirmó el líder cubano Fidel Castro.

Luego vendría su entierro y los tiempos oscuros que siguieron a la Argentina. En junio de 1987, su cuerpo sería profanado por desconocidos, al igual que había pasado con el de Eva Perón, en una muestra de un odio que sigue hasta nuestros días. 



Fuente: www.pagina12.com.ar

Entre Patriotas y traidores

La confianza en el gobierno de Javier Milei saltó 17,5% en noviembre tras la victoria electoral

Con el viento de cola por el resultado de las elecciones, el Índice de Confianza en el Gobierno que elabora la Escuela de Gobierno de la Universidad Di Tella reflejó un incremento del 17,5% en noviembre respecto al mes anterior, el segundo mes consecutivo de crecimiento tras un inicio de año con fuertes caídas ante […]

Más info
Entre Patriotas y traidores

De Cristina Kirchner hasta Axel Kicillof y Alberto Fernández, el peronismo lamentó la muerte de Juan José Mussi

Mussi desarrolló una extensa trayectoria política en Berazategui, municipio que gobernó en seis oportunidades y donde inició su carrera pública. Médico formado en la Universidad Nacional de La Plata, comenzó su actividad institucional como concejal antes de dar el salto al Ejecutivo local. Su primer mandato como intendente llegó en 1987, de la mano de […]

Más info
Entre Patriotas y traidores

Gobierno cerró la FNS con 80 inscriptos en los sorteos de Matrimonios Emblemáticos

La última jornada de la Fiesta Nacional del Sol 2025 tuvo una notable cantidad de parejas anotadas en el stand de Matrimonios Emblemáticos, propuesta del Ministerio de Gobierno, la cual invita a las personas a conmemorar su unión en escenarios identitarios de la provincia, marcados por su historia, paisaje y tradición. Estos matrimonios se desarrollan […]

Más info