Vale destacar que el Tesoro compró la semana pasada u$s220 millones, que se suman a los fondos que acumula el Gobierno para afrontar el vencimiento con bonistas privados el próximo 9 de enero.
Después del regreso de la Argentina al mercado internacional de deuda, el Tesoro apretó el acelerador y compró este lunes otros u$s320 millones en el mercado oficial de cambios, según confirmó el presidente del Banco Central (BCRA), Santiago Bausili, en conferencia de prensa.
Vale destacar que el Tesoro compró la semana pasada u$s220 millones. De esta manera, el Gobierno continúa juntando fondos para afrontar el vencimiento con bonistas privados el próximo 9 de enero.
El equipo económico tiene vencimientos por u$s4.200 millones en enero, por lo cual requiere dólares adicionales, teniendo en cuenta que el Tesoro cuenta (según los datos disponibles hasta el 5 de diciembre), con apenas u$s210 millones depositados en el Banco Central (BCRA). Hasta el momento, por los canales mencionados, tiene en su haber cerca de u$s1.500 millones.
Cambios en la política monetaria
De cara a 2026, el Gobierno modificó su programa monetario. El Banco Central (BCRA) anunció este lunes a la tarde que las bandas cambiarias pasarán a actualizarse en base a la inflación de dos meses previos. Vale destacar, que, hasta el momento, el techo y el piso se ajustaban al 1% mensual.
«A partir del 1 de enero de 2026, el techo y el piso de la banda de flotación cambiaria evolucionarán cada mes al ritmo correspondiente al último dato de inflación mensual informado por INDEC (T-2)», anunció en un comunicado la autoridad monetaria. De esta manera, el 1° de enero la banda se ajustará 2,5%, en base al IPC de noviembre.
Además, se implementará un programa de recompra de reservas para acumular hasta u$s17.000 millones en 2026, que dependerán del crecimiento de la demanda de dinero y la liquidez mercado cambios. «Una vez más el gobierno debe ceder y acepta lo que el consenso del mercado reclamaba», destaca Buteler.
Ante este plan de compra de reservas, el BCRA anunció que prevén mantener tasas reales positivas y flexibilizar los encajes bancarios, que siguen en niveles muy elevados.
