Las crisis económicas son puntos que cambian el transcurso de la historia para siempre. Un ejemplo de esto fue la crisis del 2008 en Estados Unidos, que fue considerada la peor después del crac de 1929.
Sin embargo, hubo un caso excepcional que pudo flotar en esas aguas turbulentas. Se trata de Stephen Diggle, un empresario que, a diferencia de muchos expertos, encontró la forma de ganar dinero en uno de los momentos más complicados de la historia del país norteamericano.
Cómo hizo Stephen Diggle para ganar 2.700 millones de dólares en la crisis del 2008
Todo fue una gran apuesta. Diggle llegó a ganar la increíble cifra de 2.700 millones de dólares para los inversores de su hedge fund, luego de jugársela por la volatilidad entre 2002 y 2009. Él había lanzado Atradis Fund Management, con 4 millones de dólares en 2002.
En ese contexto, la burbuja inmobiliaria estadounidense estalló, los mercados se desplomaron y se produjo una crisis financiera mundial, por lo que Atradis decidió cerrar sus puertas y devolver todo el dinero de sus inversores en 2010.
Cómo fue la crisis financiera del 2008
El gobierno estadounidense apostó por una serie de medidas económicas, entre las que destacaban la desregulación de los mercados, la expansión del crédito y la baja de impuestos e intereses.
Por otra parte, primaron las hipotecas desproporcionadas en comparación con la capacidad de pago de los clientes. Sin embargo, los precios de las viviendas dentro del mercado inmobiliario subieron, millones de personas tuvieron que dejar de pagar sus hipotecas y los bancos perdieron confianza y ganaron problemas de liquidez.
La crisis llegó a su punto más alto el 15 de septiembre de 2008, cuando el banco Lehman Brothers se declaró oficialmente en quiebra. En momentos de especulación y colapso del sistema financiero, los índices bursátiles se desplomaron, el banco dejó una deuda de 691.000 millones de dólares y a 25.000 empleados en la calle. Esta crisis fue considerada la peor desde la Gran Depresión en 1929.
La solución devino en bajas de las tasas de interés y un programa de compra de deuda pública para aliviar los costos que debía pagar la población, así como también trasmitir confianza al sistema financiero. Debido a la inyección de liquidez para reflotar la economía, la deuda pública mundial creció notoriamente, y el mercado logró estabilizarse en 2010, aunque tuvo repercusiones hasta el 2015.