Desde ya, el mercado está expectante también y las tensiones de las últimas semanas podrán calmarse o agitarse, según sea el resultado para el Gobierno, que insiste en sostener un esquema de bandas que solo sostuvo la inédita intervención del Tesoro de los EEUU, dispuesta a pesificar sus dólares.
El peronismo, en tanto, se revitalizó y asoma con chances real de imponerse, más por los errores ajenos que por virtudes propias. Mientras que el frente Provincias Unidas buscará consolidarse como una alternativa moderada que se catapulte al 2027.
Polarización y escenario de paridad
Unos 36,5 millones de electores votarán 127 diputados en todo el país. A su vez, ocho provincias renovarán sus tres bancas de senadores.
Será en Buenos Aires donde, por el peso del padrón, habrá más bancas en disputa. Serán 35 en tierras bonaerenses. Allí, Fuerza Patria espera repetir la victoria del 7 de septiembre. Pero, esa ganancia se estima que será compensada por los libertarios en distritos como Córdoba, Mendoza o CABA, donde Milei parte como favorito. Así, todo parece indicar que será un comicio parejo, con ausentismo récord y con la incógnita de la Boleta Única Papel (BUP), que debuta con una campaña de difusión austera, acorde a los tiempos libertarios, y por lo tanto son mayorías los hombres de a pie que desconocen los vericuetos del sistema.
De todos modos, a priori, aun si LLA redondeara una elección mejor de la esperada, no alcanzaría el tercio propio en ninguna de las dos cámaras. Podrá más que duplicar su presencia en Diputados, pero a costa de sus aliados y no de comerle representación al PJ, donde estiman que sostendrán el volumen en torno a la centena de escaños propios. Un bloque que se mantuvo homogéneo en este lapso de internas feroces y que le permitió al peronismo consolidar su identidad opositora a Milei. Un capital que ahora, de consagrarse la polarización, será cosechado por el PJ, aunque no haya saldado en este trance sus cuitas en torno a los liderazgos.
Es decir, un primer fatalismo para Milei, insalvable, es que estará obligado a negociar en el segundo tramo de Gobierno para alcanzar, de mínima, el tercio que le permita blindar vetos y evitar un juicio político. De máxima, conseguir consensos más amplios para avanzar con las reformas que consagren un modelo económico más flexible, el propósito más ambicioso de Milei para la etapa que viene. La reforma laboral y la tributaria puede tener apoyos, siempre y cuando el Gobierno tienda de una vez los puentes con los actores que están en una sintonía similar.
No obstante, también será un ejercicio de interpretación pintar el hemiciclo el domingo por la noche. Para entenderlo, por caso: ¿A Diego Santilli en Provincia o a Fernando De Andreis en CABA se los debiera pintar de violeta, como el color de la lista que integran, o de amarillo, como el color del partido del que provienen? Se pueden mencionar tres decenas de casos “grises”, para seguir con los colores, entre el PRO, los radicales “peluca” o las fuerzas de los espacios federales. 127, Modelo para armar.
Sí surgirá un nuevo bloque de centro, Provincias Unidas, que oscilará entre los 20 y los 30 diputados. Aunque no será mayoría, se consolidará como un árbitro de votaciones clave, en equilibrio constante entre los proyectos oficialistas y opositores. Esta fuerza de gobernadores de distinto origen aparece en 14 distritos, aunque las dos batallas principales serán Santa Fe y Córdoba.
En la primera, había un escenario de tercios, pero el gobernador Maximiliano Pullaro se entusiasma con levantar el brazo de su vice Gisela Scaglia, cabeza de la lista. El principal rival: el peronismo, que no estaba KO como parecía. El hecho de haber resuelto la interna con una candidata joven referenciada en el progresismo de Ciudad Futura, Caren Tepp, alejada de las fracciones en pugna, y la aparición de LLA para partir el voto a Pullaro volvió a poner al PJ en una posición competitiva.
En Córdoba, por su parte, el llamado “cordobesismo” ve una posibilidad de romper la polarización que los marginó desde siempre de las nacionales de medio término. La figura de Juan Schiaretti se erige como llave para una compulsa mano a mano con LLA. Para el exgobernador, la aparición de Natalia de la Sota con una lista propia es una piedra en el zapato porque le divide votantes. La hija del exaliado histórico de Schiaretti emerge como una posible renovación para el peronismo, que necesita un proyecto propio en una provincia donde el kirchnerismo tiene guarismos pobres, un escollo cuando hace falta.
Será, como fuera, un Congreso multicolor, en movimiento, con fichas que podrán desteñirse rápidamente, y con dos bloques mayoritarios: el peronismo hoy conocido como Unión por la Patria, y LLA. En el medio, un puñado de espacios que harán valer su poder de fuego en un contexto ajustado.
Desafíos del lunes
La irrupción de Donald Trump al frente de la campaña libertaria reconfiguró la agenda. El escándalo de la presunta financiación narco a José Luis Espert o las posibles coimas en ANDIS que salpican a la hermana Karina Milei salieron de la conversación pública. Se reemplazó la agenda por los tuits de Scott Bessent, el precio del dólar y la interna del Gobierno. Volvió Milei a poner los términos y condiciones, mas no sea a los tumbos.
Pero, aunque Espert esté menos presente en las conversaciones estará en el hecho impreso de la boleta, ya que su cara sigue figurando en el papel. Quien quiera votar a LLA o a Santilli deberán poner la cruz en la cara de Espert. ¿Influirá en el voto del distrito más populoso? Imposible hacer futurología. Jorge Taiana, el candidato de Fuerza Patria, puesto en ese lugar por ser inocuo en la pulseada entre Axel Kicillof y Cristina Kirchner, podría verse beneficiado. Y, el gobernador, fortalecido en sus aspiraciones para encarrilarse a un salto nacional para 2027.
Asimismo, pese a retomar el dominio de la agenda, Milei deberá adaptarse a los pedidos de “gobernabilidad” que llegan desde el Norte, sea cual sea el resultado. ¿Se apoyará en Mauricio Macri, que añora con poblar el gabinete? ¿Será con los gobernadores, que no soportan más el ahogo financiero de la motosierra? Asoma como una de las disyuntivas que Milei deberá afrontar el lunes 27.
En el plano interno, ni a días de las elecciones aflojaron las tensiones entre Las Fuerzas del Cielo de Santiago Caputo, cuyo precio subió las últimas semanas, y las tropas terrestres de Sebastián Pareja, abrazadas por Karina, y con más lugares en las listas que los primeros. Las salidas esta semana de Gerardo Werthein de Cancillería y la renuncia firmada por Mariano Cúneo Libarona al cargo de ministro de Justicia son otras muestras del descontrol interno que deberá acomodar Balcarce 50. No se esperó al lunes, día propuesto por Milei para mover el Gabinete, y los portazos fueron estruendosos, con cuestionamientos a todo el armado político que subyace detrás del Presidente.
Pablo Quirno, exejecutivo de JP Morgan, fue confirmado en Cancillería y deberá decidir entre continuar siendo un tuitero ácido y socarrón o representar al país ante la diplomacia global. Ahora, Milei tiene que resolver otros nombres de reemplazo, incluidos los de Seguridad y Defensa, lugares que dejarán vacantes los hoy candidatos Patricia Bullrich y Luis Petri. El vocero Manuel Adorni tiene que asumir su banca de legislador porteño en diciembre, y quizás ese cargo sea reconfigurado. La tensión entre Caputo y Guillermo Francos deja otros interrogantes en la jefatura de Gabinete.
Así, los resultados también determinarán el calibre de los cambios. Pero, sobre todo, la masividad del respaldo definirá si es viable la construcción de un “mileísmo”, una fuerza de leales que respondan sin atajos al proyecto del Presidente. Una fuerza que fue errática en el primer tramo de gestión y que es necesaria para consolidar un rumbo de poder.
