La baja del riesgo país le trajo al Gobierno un alivio inmediato en el frente cambiario, pero la caída en la actividad y el apretón monetario previo a las elecciones golpeó duro las cajas de las empresas y de la administración pública. La gran pregunta es si el veranito financiero puede trasladarse al plano de la economía real. Los sectores más perjudicados muestran un deterioro similar al de la pandemia y en la industria se multiplican las voces que piden una baja en el costo del financiamiento. Provincias y municipios advierten por dificultades para pagar el medio aguinaldo de diciembre.
Como anticipó Ámbito, la baja del riesgo país desató una carrera entre grandes empresas y estados subnacionales para acceder a dólares que, en parte, se vuelcan al mercado local y alivian la presión cambiaria que acosó al techo de la banda en los últimos dos meses. Esa mayor oferta y el cambio en las expectativas le permitió al equipo económico soltar más pesos en la economía y acelerar la baja de tasas.
Sin embargo, desde el sector productivo advierten que el proceso se debe profundizar. “Toda la economía sufrió un freno muy importante por la suba de tasas. Es importante que comience la reactivación, que bajen las tasas y que arranque la actividad”, dijo un alto referente de la Unión Industrial Argentina (UIA) en las últimas horas. El mayor interrogante por estas horas es si el veranito financiero que trajo el sorpresivo triunfo de La Libertad Avanza puede traducirse en una reactivación en el plano de la economía real.
En el caso de la industria, la retracción de la actividad se junta con el crecimiento de las importaciones y genera un combo explosivo. Los datos del sector metalúrgico son impactantes. Según ADIMRA, la actividad cayó 4,6% interanual en octubre y el uso de la capacidad instalada apenas supera el 44%, un nivel similar al del peor momento de la pandemia.
En el rubro sostienen que la cadena de valor se está acortando y hay algunos segmentos que reflejan caídas de dos dígitos. Elio Del Re, presidente de la entidad, advirtió que “los niveles de actividad son excepcionalmente bajos” y remarcó: “Necesitamos una política industrial seria, como la que están impulsando numerosos países. Detrás de cada producto que fabricamos hay empleo y consumo local”.
Las tasas y la necesidad de más financiamiento
El reclamo por mejor acceso al financiamiento es una constante entre quienes producen en Argentina. “Si vos estás en un país en donde el acceso al crédito es cuatro o cinco puntos del PBI y competís con un país como Brasil que tiene 70% sobre el producto para los privados, es muy difícil», dijo Tomás Karagozian, CEO de la textil TN & Platex y referente del Movimiento Industrial.
«Nosotros deberíamos poder invertir con préstamos a largo plazo a tasas razonables”, sostuvo el joven empresario y remató: «Para pagar las tasas que se cobraron este año, tenés que vender drogas; es absolutamente imposible».
La sed de pesos y el aguinaldo
La sed de pesos se profundiza de cara a fin de año. Las fiestas, las vacaciones y el aguinaldo incrementan la demanda de la moneda local en las personas, las empresas y también la administración pública. El vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, dijo que la entidad comprará dólares sin esterilizar los pesos en la medida que la recuperación de la actividad lo justifique: ¿será la luz al final del túnel?
Lo dicho, las tasas están bajando pero todavía desde niveles muy elevados y la situación se choca con las cajas de los distintos sectores, que quedaron muy golpeadas. No solo en el universo de las empresas, también en algunos estamentos del Estado se encienden señales de alerta para el pago de los aguinaldos.
Hay al menos unos seis municipios bonaerenses que declararon la emergencia económica y otros tantos que manifiestan en privado tener dificultades para enfrentar los pagos de fin de año. Las complicaciones llegan también a algunas administraciones provinciales que buscan alternativas para hacer frente a los compromisos, como Río Negro que emitirá letras por entre $40.000 millones y $50.000 millones.
En las empresas, el mayor impacto sobre las cajas se dio por el lado de la baja en las ventas, como consecuencia, en el caso de los estados subnacionales se vio una caída de la recaudación. Sucede que, además, Nación adeuda fondos a las provincias que pareciera no estar dispuesta a saldar. En efecto cascada, los municipios también ven sus cajas golpeadas.
Como alternativa habitual, algunos bancos públicos y privados ya empezaron a ofrecer líneas a seis meses para financiar el pago del aguinaldo, pero las tasas son bien positivas. Rondan entre el 35% y el 50% nominal anual en la mayor parte de los casos, mientras que la inflación proyectada por el el relevamiento de expectativas del mercado (REM) para los próximas doce meses ronda el 20,8%.
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