La irrupción de Milei en la presidencia argentina sin duda representó un cambio en la escenografía mundial. Mientras los líderes de las distintas ultraderechas nunca podrían ocultar del todo su origen rancio y reaccionario, el señor que intenta gobernar la Argentina encarnaba una figura novedosa a la hora de remodelar el casting mundial de las derechas. Por fin se podrían reunir en un mismo personaje bizarro el rock star y el individuo ultraconservador.
Lo que se ocultaba en toda esta situación es que la novedad no era tal. Se reducía absolutamente a un fenómeno mediático, porque al fin y al cabo las condiciones de posibilidad de lo nuevo en la historia no son precisamente frecuentes, ya que las inercias históricas son muy poderosas. Después de su contundente derrota en las últimas elecciones, surge ahora una nueva perspectiva en el mundo cargada de interrogantes.
Esa nueva perspectiva inaugura una serie de cuestiones para las izquierdas y los movimientos nacionales populares en el mundo occidental. A la ultraderecha se le puede ganar democráticamente, a pesar de los intentos que incansablemente lanza ella misma contra la misma democracia. Se le puede ganar sin una gran presencia en las redes, sin el apoyo de poderosos grupos mediáticos, y lo que es más importante, sin adoptar ninguna de sus estrategias políticas. Una vez más, se trataba -como lo supo Maquiavelo- de la combinación entre la contingencia de la fortuna y el rigor de la virtud. ¿Qué hizo posible el triunfo de Axel Kicciloff? ¿La unidad del peronismo y su capacidad de actualizar su permanente resignificación política? ¿La reacción de la población castigada por un poder político que pretendía que el excedente de capital no fuera nunca más distribuído? ¿Las nuevas formas de la lucha de clases en un capitalismo financiero que, si bien ha fragmentado en gran parte a la sociedad, no ha logrado destruir la vocación transformadora de los explotados? ¿Los encadenamientos lógicos del riguroso y luchador Axel que surgen sin duda como un fenómeno que excede el marco del antagonismo histórico peronismo/antiperonismo?
Ninguna de estas preguntas pueden dar con la respuesta. Más bien la respuesta es una cuidadosa culminatoria de las anteriores, donde todavía está por verse cuáles son sus verdaderos alcances. De allí los distintos debates en la izquierda o en los proyectos nacionales y populares que circulan en distintos foros internacionales alrededor de lo sucedido con la derrota de Milei en las últimas elecciones. Sería un error privilegiar y sostenerse en una sola de estas vías abiertas…
No tenemos, por ahora, certezas; pero somos y tenemos confianza en la apuesta. Porque una verdadera jugada no se construye con pruebas empíricas, sino con fidelidad a la causa.