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El bloque europeo considera la posibilidad de recurrir a un decreto de guerra aprobado en 1944 que permite al rey Felipe bloquear la transferencia de los activos rusos que se encuentran congelados en el país.
Funcionaros de la Unión Europea estarían buscando alternativas de emergencia, que incluyen el uso de una ley de más de 80 años de antigüedad que debe ser firmada por el rey de Bélgica, para mantener las sanciones del bloque contra Rusia, después de que Hungría se negara a extender las restricciones, recoge Financial Times.
Aunque desde la UE afirman que su principal objetivo es convencer al primer ministro húngaro, Viktor Orbán, de aprobar la extensión de las sanciones impuestas contra empresas y activos congelados rusos en la UE, están trabajando en medidas que puedan salvaguardar al menos una parte de las limitaciones sin necesidad de realizar un acuerdo con Orbán.
Dado que alrededor de 190.000 millones de euros (más de 195.200 millones de dólares) de activos estatales rusos se encuentran congelados en la central de valores Euroclear con sede en Bélgica, una opción alternativa sería recurrir a un decreto de guerra aprobado en 1944 que permite al rey belga Felipe bloquear la transferencia de este dinero fuera del país.
Sin embargo, Bélgica se ha resistido durante mucho tiempo a aplicar medidas nacionales en relación con los activos rusos congelados en el país, ya que teme quedar expuesta a impugnaciones legales por parte de Rusia. Además, el uso de poderes extraordinarios, como este decreto de guerra, infringiría el tratado bilateral de inversión que mantiene con Rusia.
En este sentido, el Palacio Real belga aseguró que la responsabilidad de aprobar este decreto recaía en el Gobierno, aunque, para entrar en vigor, la ley tendría que ser firmada por el monarca. Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores aseguró que continuarán trabajando para garantizar que se llegue a un acuerdo sobre la renovación de las sanciones junto con los demás miembros de la UE.
Un funcionario europeo advirtió que, si se levantan las sanciones, no solo terminarían las restricciones comerciales, las sanciones sectoriales y la prohibición de importar petróleo ruso, sino que, además, el dinero congelado «estaría en Rusia al día siguiente». Por su parte, un alto diplomático de la UE que mantiene conversaciones regulares con Hungría aseveró que «hay muchas posibilidades de que Orbán no se doblegue».
- En una entrevista, Orbán expresó que, con la entrada en funciones del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, llegará el momento en que los países de la UE levanten las sanciones antirrusas. Anteriormente, el primer ministro húngaro se negó a avanzar hacia una nueva extensión de las sanciones durante una cumbre del bloque europeo, que requieren ser prolongadas cada semestre, alegando que prefería esperar a la investidura de Trump, a quien considera su aliado.