«Fueron contra Cristina por mujer y peronista» | El diputado de Unión por la Patria, Máximo Kirchner, en diálogo con Página/12


Máximo Kirchner pasa todas las mañanas a visitar a su madre en San José 1111, el nuevo mojón del peronismo. «La peleo un poco para que no pierda forma», bromea tratando de procesar la condena y proscripción de Cristina Fernández de Kirchner. Una movilización multitudinaria la abrazó el miércoles pasado y marcó el punto de partida de una fuerza electoral que tiene que rearmarse con su principal dirigente imposibilitada de participar de la elección. En una mesa de café, habla y fuma. Evita confirmar su propia candidatura, describe la necesidad de unidad y deja ver los recelos que jalonan el proceso. «Conformar solamente un frente anti Milei no nos va a servir de mucho», advierte. Pero sí menciona la posibilidad de generar acuerdos amplios en base a puntos de consensos, el primero, la revisión del acuerdo con el FMI y la necesidad de ir a un desendeudamiento. Recuerda que fue en Parque Lezama donde el presidente Milei arengó: «Escuchen los jueces» cuando su miltancia clamaba por cárcel a Cristina y advierte que fue “la verdadera casta”, la del poder económico, la que fue contra la ex presidenta. También comenta el apoyo que recibió desde que se conoció el fallo y señala que “la sociedad está invitando en su movilización por Cristina a otros dirigentes a parecerse más a ella que a De la Rúa, que a Macri y a tantos otros traidores que le hicieron tanto daño a la gente”

–Antes del fallo, en el peronismo había una discusión interna ¿ahora se frenó ese proceso y se va a la unidad, como pareció verse estos días?

–Desde algunos sectores se llevó la discusión a niveles personales, pero hay que discutir las políticas, porque la tarea no solo es que el 10 de diciembre de 2027 asuma una argentina o un argentino con ideas diferentes a las de este gobierno, sino que el día que termine su mandato se vaya como se fue Cristina, porque si no pareciera que fuera solo una carrera para llegar a la Casa Rosada. En mi caso lo dije en marzo del 23 en Avellaneda, que era un error conformar otro frente anti Macri –por que en ese momento no estaba Milei en la agenda para muchos, aunque si para Cristina. El debate tiene que ver con cuáles son las políticas que le vamos a ofrecer a la sociedad. Aquellos que quieren que este este gobierno y su plan económico se terminen y vivir otra realidad no tienen que ponerse mal si hay un debate de ideas. Claro que cuando los cuestionamientos son personales ya cambia. Conformar solamente un frente anti Milei no nos va a servir de mucho. Cuando fue la discusión del Fondo Monetario una de las argumentaciones centrales de quienes defendían el acuerdo era que no votarlo generaría un gobierno ultraderechista. Sin embargo, se hace el acuerdo con el Fondo y llega un gobierno de las características actuales. Entonces estas cosas hay que debatirlas y discutirlas.

–¿Pero eso no se había discutido antes internamente? El acuerdo con el Fondo.

–Claro, hubo una una larga discusión sobre el tema. Estaba el sobrecargo de tasas, cómo se hacía. Y antes del acuerdo del Fondo Monetario se hace el acuerdo con los acreedores privados. Entonces una cosa era refinanciar, otra cosa era reestructurar. Además, en el marco de que era un préstamo absolutamente político. Por lo tanto, su resolución debía ser de características no económicas, no financieras. Encima después toca algo que no estaba en el menú, como es la pandemia. Estos organismos multilaterales de crédito obvian los contextos. Es más una actitud de utilizar la incapacidad de nuestro país de afrontar el préstamo para establecer condiciones económicas totalmente diferentes a los intereses del conjunto. Esa parte, que es dura, hay que discutirla. Tienen capacidad de daño, es cierto, pero es como no irte de un lugar porque lo vas a pasar mal. Hay que salir de ese círculo vicioso de sometimiento, de violencia. No es fácil salir de eso, pero hay que hacer el esfuerzo y hay que hacerlo de manera ordenada. Aparte, nuestro país ha demostrado que lo puede hacer. El problema que tenemos es que este préstamo está por sobre cualquier otro que hayan dado a la Argentina en su historia.

–Y Milei, con Caputo, pide más plata. ¿Qué se hace en caso de recuperar el poder?

–Hay decretos que han habilitado formas de endeudamiento que estaban prohibidas por la Ley de Administración Financiera. Se corrió al Congreso de la facultad que se establece a partir de la llegada del Frente de todos al Gobierno, que es que el endeudamiento pase por el Congreso. Nuestro país está hace dos años sin presupuesto, se gobierna a plena birome. Creo que ahí tenemos las fuerzas políticas la obligación de pensar entre todos diez o cinco puntos básicos de un acuerdo y que haya un compromiso, llueva o truene. El poder económico, que no es un actor menor dentro de la vida de los argentinos y genera trabajo, debe entender también que de diez años para acá, el mundo del trabajo en la Argentina ha relegado casi diez puntos de participación en la distribución del ingreso en función de la concentración del mismo en pocas manos.

–¿Esos cinco puntos entre quiénes se acordarían?

Entre todos aquellos que entiendan que es una cuestión racional y pragmática el desendeudamiento. Muchas veces ellos han logrado desde un simplismo muy chabacano comparar al Estado como una casa. Todos sabemos que el Estado no es como una casa, pero siguiendo esa lógica de que no se puede gastar más de lo que ingresa, una familia que debe ajustar en su vida diaria no hace que un hijo viva con un dormitorio solo para él, con tres televisores y cuatro camas y el otro duerma en el patio. Entonces, si vamos a ir a estas analogías forzadas y vivir como se vive en una casa donde no se gasta más de lo que entra, debe ser parejo. Y acá lo que se está viendo es cada vez más gente en situación de calle, cada vez más gente en los semáforos, en lugares que antes nunca los había. Si va a ser como una casa, bueno, perfecto, parejo.

–¿Pero quiénes podrían acordar?

–Creo que se van a ir animando. Me he acostumbrado a ser prudente con las expectativas para evitar desilusiones profundas. Pero sí tengo mucha expectativa en sectores de nuestra sociedad, en muchos compañeros y compañeras y también la tengo en muchos secretarios generales de gremios que realmente están a la altura de la situación. Algunos hablan del dedo de Cristina. El problema es el dedo de Kristalina Georgieva y el Fondo Monetario. Un buen punto de acuerdo es que coincidamos, por ejemplo, en que el presidente o la Presidenta que tenga la Argentina en el 2027 no sea un delegado del Fondo Monetario Internacional. Ahí está el primer punto. A Milei le dieron 12 mil millones de dólares. Bueno, la Argentina pagó de intereses por el préstamo de Macri-Caputo 13 mil millones. O sea, nos terminaron prestando nuestra plata, nos prestaron los intereses que pagamos durante siete años y festejan. Eso no termina bien. Están transformando nuestro país en un casino. Y todos los que creen que las inversiones financieras tienen que tener muy en cuenta que cuando uno va al casino y apuesta y pierde cuando sale, no le devuelven las fichas.

–Con el fallo de la Corte y la proscripción de Cristina se vio la reacción de la sociedad ¿Sentís que les sorprendió a quienes motorizaron este fallo?

–Está visto que les sorprendió. Porque ellos leen sus propias operaciones de prensa y se las creen. Después de repente llega la realidad y se sienten perdidos.

–¿Esperaban ver a Cristina quebrada?

Seguro, por eso se enojan con el balcón. Hay gente que tiene mucho poder, un poder que no ha dejado votos, que no le gusta perder a nada y, cuando ve que va a perder, busca cómo te puede sacar de la cancha. A esto la sociedad reaccionó en conjunto, porque no todos los que fueron a Plaza de Mayo quizás votaban a Cristina, había partidos de izquierda, había movimientos sociales, que tuvieron una actitud solidaria en tanto entienden que la proscripción es un elemento que debilita las bases de cualquier tipo de democracia y que este tipo de abusos de poder se puede desplegar sobre ellos cuando protesten por diferentes razones.

–Algunos gobernadores, como el de Catamarca o de Tucumán, conderaron el fallo ¿lo ven como una posibilidad de acercamiento?

–Pero cómo no lo iban a hacer con lo que ha hecho Cristina por esas dos provincias. Estos gobernadores, más allá de las diferencias coyunturales, actuaron de acuerdo también a lo que los ciudadanos y ciudadanas y militantes de sus espacios políticos piensan en su provincia. Muchas veces termina pasando que algunos dirigentes terminan totalmente alejados de la base y así se terminan fagocitando a sí mismos. O sea, terminan con muchas invitaciones a los programas, pero con poco voto en las urnas.

–Hubo marchas en Córdoba…

Cristina hace eje sobre Córdoba también cuando denuncia los números de desocupación. Entonces creo que poco a poco y con mucho trabajo, con mucho debate la discusión va a ser sana. Hay muchos que se apalancan sobre los estigmas que han generado las batallas por la distribución del ingreso, la batalla para tener más universidades públicas. Ahí hay algunos vivillos ¿no? Que pretenden hacer política desde los estigmas generados por adversarios o enemigos políticos, como cada uno de los quiere clasificar y calificar.

–¿Entonces estos movimientos que se ven a partir de la proscripción de Cristina pueden terminar en un acercamiento político?

Ojalá. ¿Por qué no? Siempre lo hemos buscado. A mí me tocó durante el 2019 -18, mientras Cristina tenía que pasar gran parte de sus días acompañando a mi hermana en el tratamiento para la recuperación de su salud en Cuba. Con instrucciones muy claras nos sentamos a hablar con todos y todas, con algunos con más éxito, con otros con menos éxito. Pero fue puntal y basal para ir conformando el frente de todos.

–Destacaste algunos secretarios generales de gremio. ¿Qué pasa con la CGT?

Me hubiera encantado que los tres que la conducen vinieran y acercaran su solidaridad. Por más que ellos no la quieren a Cristina o no les guste como dirigente o no los represente, cuestión que es absolutamente válida. No me molesta, no me enoja y a nadie debe enojarlo o molestarlo que no se sientan representados por Cristina. Pero me parece que les hubiera hecho bien a ellos en su relación con la sociedad.

-Más allá de la relación con Cristina, ¿cómo ves a la CGT en esta coyuntura?

–Es un mundo particular. Tiene su propia lógica, sus propios tiempos. Están en un proceso de cambio de conducción. Nosotros tenemos representación política, pero también ese mundo tiene una lógica propia y está bien que así sea. No quiero opinar desde afuera. Pero sí creo que hay algo que los excede. El otro día pensaba, reformulando un viejo chiste: “qué es un esqueleto en un ropero”. Lo reformulé: es un tiempista que jugó a las escondidas y ganó.

– El gobierno se sostiene en buena medida sobre la expectativa del supuesto control de la inflación

— Nosotros estamos a favor del equilibrio de los números. A nosotros se nos han puesto en un lugar que pareciera como que festejamos el déficit. Y de hecho, el proceso más largo de superávit fiscal lo tiene Néstor Kirchner y este proceso político el de Néstor y Cristina. Pero con caída del consumo es como que nos pongamos contentos si queremos bajar de peso porque lo logramos cortándolos una pierna. Sí, vas a pesar menos, pero te falta una pierna. Y esta paz de los cementerios que empieza a desarrollarse en la economía argentina no es buena.

A la vez hay un sector de la sociedad consumiendo en el exterior

Claro, se ve en el mundial de clubes. Bueno, los que puedan viajar y tienen la oportunidad…pero se empieza a ver dos sociedades o algunas más. Eso estaba en el 2001 también. Hasta que se le quedan con los ahorros a la clase media. También hubo una subestimación del poder al pueblo. Piensan que se aguanta cualquier cosa y un día la gente no se aguanta cualquier cosa. Ojalá no lleguemos a ese extremo y nuestra sociedad reaccione antes, porque levantar desde ahí es complejo y necesitas personas que estén dispuesto a hacerlo. Creo que lo que está haciendo la sociedad cuando acompaña y protege a Cristina es que está invitando a que otros dirigentes se animen a hacer lo que hizo ella. Es lo más sano que está pasando, que pueda haber dirigentes, mujeres y hombres que digan “mira, la gente te cuida, si te animás, también la vas a pasar medio mal, te la van a hacer pagar. Pero está el amor de un sector del pueblo “. La sociedad está invitando en lo su movilización por Cristina a otros dirigentes a parecerse más a ella que a De la Rúa, que a Macri y tantos otros traidores que le hicieron tanto daño a la gente.

–Cristina fue muy crítica con Bullrich por el operativo policial en San José. Vemos la operativos represivos que ya han tenido víctimas ¿temen una escalada en ese sentido?

–Viene así desde el principio de este gobierno. Una cosa es la exageración de una herramienta, que sucedió, como el piquete continuo, que molesta a toda la sociedad y la carencia de masividad y de objetivos muchas veces en esos momentos. La movilización no es un fin en sí mismo. Cuando vos las desvirtuas, las herramientas se terminan fatigando y la sociedad se termina alejando. Dicho esto, lo que le sucede a jubilados y jubiladas que quieren dar una vuelta al Congreso y que son tratados de la peor manera, abusivamente, es una prepotencia y abuso con el que Bullrich empuja a una parte de las fuerzas de seguridad. Porque hay una parte de ellas que está muy incómoda con lo que está sucediendo y creo que las familias de ellos también. Una de las cosas que hace Néstor Kirchner formidable fue sacar el arma a los policías en las manifestaciones. Y eso tuvo dos cosas positivas. Primero, que ningún manifestante muera abajo o termine el soldado con balas de plomo y la segunda, que ningún policía quede a la interperie después de haber hecho eso y pueda seguir disfrutando a su familia. Ahora los usan como carne de cañón. Y están sometiendo a un progresivo desprestigio de las fuerzas de seguridad ante su pueblo. Porque una cosa es cuidar las manifestaciones y otra cosa es la política de abuso de gasear a una nena de ocho años. Cuando uno ve lo que pasa con Con Grillo, como dispara el gendarme sabiendo lo que está haciendo. Son demostraciones de una señora que, como dijo Cristina, es nefasta y tiene un afán de protagonismo que los votos nunca le dieron. Es una persona que no tiene nada bueno para ofrecer. Y creo que va terminar siendo un gran dolor de cabeza para el Presidente.

–¿Como jugó el gobierno de Milei en la condena, en la en la rapidez con la que la Corte decide la la inhabilitación y la condena?

Es un gobierno parcelado. Recuerdo que un acto de Lezama, cuando la gente le empieza a cantar o decir Cristina presa y él contesta “Teléfono, señores jueces”. Los resultados los tenemos a la vista, pero creo que ahí es más el poder económico, las presiones del propio Fondo Monetario Internacional, en una Cristina que plantea de manera muy seria que ahí hay algo a revisar. Y obviamente Macri, el odio que le genera porque la que le birla la reelección y lo transforma en el único presidente en Argentina que se presentó una reelección y no fue elegido. Creo que es la casta, la verdadera casta, la que fue contra Cristina.

–¿Cómo se dialoga con ese poder económico para llegar a recuperar el poder?

–Tragando saliva y sabiendo que estás sentado ahí porque la gente te votó. Uno va a representar intereses y lo puede hacer de manera muy respetuosa y firme también. Lo que pasa es que ellos ven cualquier atisbo de disenso o de crítica como una afrenta a su poder. Mala suerte se van a tener que acostumbrar a que la sociedad elige a sus representantes y no ellos, por más que hacen ingentes esfuerzos. A veces achican el menú, no se va a poder elegir a Cristina y después veremos quienes siguen en esa lista de quienes no pueden ser elegidos o elegidas por la sociedad, porque hay proscripciones que las construye el poder económico y el Poder Judicial. Yo creo en empresarios que inviertan, que aparte se animen a competir por fuera de las fronteras de nuestro país, que ganen mercados en otros lugares y eso no sucede.

–¿Cómo imaginás el día a día tras la condena de Cristina?

–Que sea firme como es, que sea decidida como es, no hace que esto no tenga un impacto. Estamos hablando de una persona, no de una superheroína de Marvel. Es una peronista hecha y derecha y aparte creció y militó en momentos muy difíciles y violentos y donde la vida estaba en juego en Argentina. Y creo que aparte también hay algo en ella que decide su destino. De haber traicionado las convicciones que la llevaron a militar, esto no sucedería. Hace un rato estaba con ella y por ahí se ríe porque pasan los autos tocan bocinas o gente que va pasando por ahí, le grita ‘Yo te amo’, gracias por esto, por lo otro.

–¿Estabas cuándo habló con Lula?

–Sí pero hablaron ellos. Si la Justicia y Bullrich lo dejan la va a visitar. Pensemos las cosas que le hicieron a Lula… no dejaron ir a velatorio de su nieto. Y la entereza de Lula para seguir y no vengarse de ese tipo de situaciones.

 



Fuente: www.pagina12.com.ar

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