Según el relevamiento del IIF, la deuda global aumentó en más de u$s12 billones en los tres primeros trimestres de 2024 a un máximo histórico de casi u$s323 billones. En cuanto a las perspectivas para 2025 plantea serios desafíos y vientos de cambio en el mercado de deuda soberana.
La deuda en los mercados emergentes se está acercando rápidamente a un nuevo máximo de 105 billones de dólares, que representa un 245% del PBI, frente a los u$s99 billones del cuarto trimestre de 2023, señala el último relevamiento del Institute of International Finance (IIF). Mientras que a nivel global, la cota de endeudamiento registra un incremento de más de u$s12 billones, en los tres primeros trimestres del 2024 lo que implica alcanzar un récord histórico de casi u$s323 billones.
En cuanto a las perspectivas, el informe del IIF titulado “Vientos de cambio” de los economistas Emre Tiftik, Khadija Mahmood y Raymond Aycock, considera que las crecientes tensiones comerciales y las perturbaciones en las cadenas de suministro amenazan el crecimiento económico mundial, “aumentando la probabilidad de mini-ciclos de auge y caída en los mercados de deuda soberana a medida que resurgen las presiones inflacionarias y se ajustan las finanzas públicas”. Un dato no menor para el Gobierno argentino que planea cuanto antes poder volver a los mercados voluntarios de deuda internacionales. En tal sentido, los expertos del IIF proyectan que los niveles de deuda pública aumentarán más de un tercio para 2028, acercándose a los u$s130 billones. Además, en el caso de que cumplan plenamente los objetivos de reducción de emisiones, el gasto relacionado con el clima y la naturaleza para los objetivos de cero emisiones netas podrían sumar u$s38 billones adicionales.
Respecto a lo que está aconteciendo en el último cuatrimestre del 2024, los datos de alta frecuencia del IIF indican un ligero descenso del valor en dólares de la deuda global en el cuarto trimestre, impulsado principalmente por los efectos de valoración de un dólar más fuerte frente a los principales socios comerciales. “Aun así, se espera que la deuda global alcance los u$s320 billones este año, lo que son más de u$s8 billones más que en 2023. De cara a 2025 y más allá, se proyecta que la deuda global aumentará, impulsada por el endeudamiento público”, pronostican desde el IIF.
¿Qué otros datos brinda el relevamiento del “think tank” de la banca internacional?
- Con relación al aumento de la deuda global de u$s12 billones en los primeros tres trimestres de 2024 que hizo marcar un nuevo stock total récord, el IIF explica que la disminución de los costos de endeudamiento y la reducción de los diferenciales soberanos y corporativos respaldaron esta rápida acumulación de deuda, en particular en el tercer trimestre. “De hecho, el aumento de la deuda global durante el tercer trimestre de 2024 marcó el tercer aumento trimestral más grande registrado, después de los fuertes aumentos durante el segundo y el cuarto trimestre de 2020, cuando la pandemia del coronavirus impulsó aumentos de más de u$s11 billones en la deuda global en cada trimestre”, recuerda.
- En tal sentido, destaca que un factor clave de este endeudamiento reciente fue el excepcional caso estadounidense cuya fortaleza de crecimiento del PBI, reforzó el sentimiento de riesgo global y contribuyó a la disminución lenta, pero constante, de la deuda global en relación con el PBI. Según el IIF, el ratio de deuda global, que se sitúa en torno al 326% del PBI, es ahora más de 30 puntos porcentuales inferior a su máximo histórico en el pico de la pandemia en 2020. Sin embargo, no todos los países han experimentado descensos sustanciales de sus ratios de deuda.
- Por un lado, el IIF destaca los ejemplos de Grecia y Turquía que experimentaron descensos notables de sus ratios de deuda total, mientras que a contramano Hungría, Irlanda, Nigeria, Suecia y Brasil registraron los mayores aumentos durante los tres primeros trimestres de 2024.
- Fuera del sector financiero, el aumento fue más pronunciado en Nigeria, China y México, impulsado en gran medida por el endeudamiento público, que representó alrededor del 40% de la acumulación de deuda global este año. Mientras tanto, Grecia, Pakistán, Turquía y Japón fueron testigos de la caída más pronunciada de los ratios deuda pública/PBI durante este período.
- Si bien el ritmo de acumulación de deuda gubernamental mundial entre 2020 y 2024 fue mucho más lento que en los cuatro años anteriores, los grandes déficits presupuestarios gubernamentales sugieren una rápida aceleración del endeudamiento en los próximos cuatro años. “Se proyecta que los niveles de deuda gubernamental mundial se acercarán a los u$s130 billones en 2028, alrededor de un 35% más que el nivel actual de alrededor de u$s95 billones”, estima el «think tank» de la banca y de los fondos internacionales.
- El IIF advierte que, dada la subestimación crónica de las necesidades reales de gasto público en las estadísticas oficiales de deuda pública, los niveles de deuda podrían aumentar aún más, en particular si se tiene en cuenta el gasto relacionado con el clima necesario para cumplir con los objetivos de cero emisiones netas y los compromisos climáticos nacionales. En ese escenario, los niveles de deuda gubernamental mundial podrían alcanzar los u$s170 billones en 2028, y se espera que los mercados emergentes registren una marcada acumulación de deuda externa a medida que los esfuerzos mundiales por movilizar u$s1,3 billones de financiación externa anual a los mercados emergentes para 2035 ganen impulso tras la COP29 en Bakú.
- En cuanto a los riesgos futuros, la entidad señala que si bien las últimas proyecciones del FMI indican una desaceleración continua del crecimiento potencial del PBI mundial en los próximos años (que en parte refleja una disminución continua de la productividad en los principales países del G20), el rápido aumento del endeudamiento público puede tener un impacto inmediato relativamente limitado en los coeficientes de deuda, en particular a nivel de país. “Esto se debe a que se espera que un mayor número de países experimente un crecimiento superior a la tendencia hasta 2028, lo que subraya la creciente importancia de los factores idiosincrásicos a la hora de evaluar las perspectivas de crecimiento de los países, lo que podría ayudar a aliviar parte de la presión asociada al aumento de los niveles de deuda”.
- Sin embargo, aplicar políticas fiscales expansivas en una era de creciente fragmentación geoeconómica puede resultar difícil, de ahí que adviertan que el aumento de las tensiones comerciales podría socavar las perspectivas de crecimiento y desencadenar mini-ciclos de auge y caída en los mercados de deuda soberana, en particular a medida que resurjan las presiones inflacionarias en medio de una posible escalada de las perturbaciones de la cadena de suministro y el ajuste de las finanzas públicas.
- Por otro lado, el aumento de los gastos de intereses del gobierno podría exacerbar las tensiones fiscales, haciendo que la gestión de la deuda sea cada vez más difícil en un entorno volátil. “Con amortizaciones significativas que vencen en 2025 y 2026, particularmente en los mercados emergentes, la creciente volatilidad podría dejar a algunos soberanos vulnerables a cambios repentinos en el sentimiento de los inversores, lo que subraya el riesgo de crisis de liquidez”, alerta.