El Gobierno esperaba un fast track en la segunda revisión del Fondo, que habilitase el desembolso de más de u$s1.000 millones en enero. Sin embargo, distintos problemas contables alejan esa posibilidad.
El presidente Javier Milei y el ministro Luis Caputo enfrentan un comienzo de año desafiante en materia de obligaciones externas, con vencimientos de deuda por aproximadamente u$s4.300 millones concentrados el 9 de enero, principalmente amortizaciones e intereses de bonos soberanos reestructurados en 2020.
Fuentes oficiales y privadas coinciden en que el Tesoro cuenta con recursos parciales para afrontarlos —alrededor de u$s1.800 millones ya disponibles—, mientras evalúa alternativas como operaciones de repo con bancos privados y colocaciones locales en dólares, descartando por el momento emisiones en mercados internacionales. En este contexto, se esperaba un desembolso del Fondo Monetario Internacional (FMI) por cerca de u$s1.050 millones, correspondiente a la aprobación de la segunda revisión del programa de Facilidades Extendidas, originalmente prevista para la tercera semana de enero. Sin embargo, ese desembolso deberá esperar varias semanas más.
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Reuters
Waiver, metas y la burocracia del FMI vs el Tesoro de Scott Bessent
El FMI evalúa por estas horas el segundo waiver consecutivo por inobservancia de la meta de reservas netas internacionales (RIN), tras el concedido en la primera revisión. El waiver, o dispensa, es un mecanismo que permite al FMI eximir al país del cumplimiento estricto de una meta cuantitativa clave del programa —en este caso, la acumulación de reservas netas—, habilitando igualmente el desembolso de fondos. Argentina incumplió dicha meta al cierre de 2025 por un desvío estimado en torno a los u$s12.000 millones, pese a las flexibilizaciones previas. Fuentes en Washington dan por descontado que se concederá este segundo waiver consecutivo, considerando el cumplimiento de metas fiscales y monetarias, aunque ello implicará probablemente un sendero más ambicioso de acumulación de reservas para 2026.
Pero el problema, relatan las fuentes, se encuentra en otro lugar. Desde Washington indican a Ámbito que la misión técnica que validaría esta revisión no viajará a Buenos Aires hasta contar con una certificación firme y opinión favorable de los estados financieros del Banco Central de la República Argentina (BCRA) al 31 de diciembre de 2025, actualmente en elaboración. A ello se suman interrogantes sobre la registración contable de ciertas operaciones, incluyendo el tratamiento de las inversiones transitorias asociadas a desembolsos previos del FMI.
scott bessent y Javier Milei
Problemas con el swap y la forma de contabilizarlo
Otro punto en discusión es cómo se contabiliza en términos formales el acuerdo de estabilización cambiaria por hasta u$s20.000 millones suscripto con el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Aunque este swap representa una línea de liquidez significativa para fortalecer las reservas y atender compromisos externos, para el FMI presenta limitaciones operativas: hasta el momento solo se han habilitado alrededor de u$s2.540 millones, debido a la falta de autorización explícita del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal. Esta «situación irregular» —como la describen fuentes del mercado— impide su incorporación plena a las reservas oficiales según criterios del FMI, quedando fuera de las opciones prioritarias para el corto plazo y generando incertidumbre en la evaluación técnica de la revisión. Paralelamente, persisten observaciones sobre irregularidades en el uso de encajes bancarios —o efectivo mínimo— para atender compromisos internacionales del Gobierno.
Según las fuentes, estas operatorias se reflejan en el activo del Estado de Situación Patrimonial del BCRA bajo el rubro «Otras Partidas Pendientes de Imputación», con contrapartida en los pasivos por cuentas corrientes en dólares de los bancos comerciales. Tales prácticas, junto con la falta de precisiones en la clasificación de ciertos flujos, contribuirían a postergar la revisión hacia la primera o segunda semana de marzo.
En las oficinas de la calle Reconquista se registraron intensas negociaciones en las últimas semanas para resolver estas cuestiones contables y técnicas. Una fuente del FMI consultada remarcó: «Vamos a viajar al menos cuando haya una certificación firme con opinión favorable de los estados financieros», en referencia a la misión que convalidaría la segunda revisión y habilitaría el desembolso, junto con el waiver por las metas de RIN.
El retraso en la revisión no altera por el momento los compromisos inmediatos del Tesoro, pero reduce el margen de maniobra en divisas para el pago de enero, en un escenario donde las reservas brutas del BCRA han mostrado mejoras recientes, aunque las netas permanecen bajo presión.
