Ecuador volvió a estremecerse por una nueva masacre carcelaria. En menos de 24 horas, la prisión de Machala, en la provincia de El Oro, fue escenario de dos masacres que dejaron un saldo de 31 reclusos muertos y 34 heridos, según confirmó el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de la Libertad (SNAI). Las víctimas, en su mayoría, fallecieron por asfixia provocada entre los mismos internos.
El primer motín se registró cerca de las 03:00 de la madrugada del domingo, cuando se reportaron disparos y explosiones dentro del penal. Más de 250 agentes de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas fueron desplegados para retomar el control, lo que se logró tras siete horas de enfrentamientos, reportó El Universal. Ese episodio inicial dejó cuatro muertos y 34 heridos, de acuerdo con el comunicado oficial del SNAI.
Sin embargo, al caer la tarde, cuando se realizaba el conteo de rutina, se produjo un segundo y más letal episodio. Hacia las 18:30 horas, las autoridades hallaron los cuerpos sin vida de 27 internos, que según el SNAI, «entre ellos cometieron asfixia, lo que produjo muerte inmediata por suspensión».
Traslados y tensión
Los peritos forenses trasladaron los cadáveres a la morgue local mientras los familiares se agolpaban a las afueras del penal para exigir información sobre sus parientes, consignó la prensa local.
El organismo penitenciario explicó que los disturbios ocurrieron en el marco de una reorganización interna vinculada al traslado de reclusos hacia la Cárcel del Encuentro, una prisión de máxima seguridad ubicada en Santa Elena. Este proceso, que busca reducir la sobrepoblación carcelaria y mejorar la seguridad, ha generado tensiones en distintos centros del país y una seguidilla de hechos violentos.
La cárcel de Machala, uno de los distritos que está bajo el estado de excepción, decretado por el presidente Daniel Noboa, amaneció este lunes bajo fuerte resguardo policial. Mientras las autoridades prometen esclarecer los hechos, la crisis penitenciaria ecuatoriana vuelve a evidenciar la fragilidad del sistema. La semana pasada, doce personas fueron halladas sin vida en tres cárceles del país, donde la sobrepoblación, el control de bandas y la falta de seguridad ponen en riesgo a los reclusos.
