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Algunos expertos comparan el plan del ministro de Defensa israelí con «un crimen contra la humanidad».
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, anunció este lunes que Tel Aviv planea construir una «ciudad humanitaria» en el sur de la Franja de Gaza para confinar a todos los gazatíes.
El proyecto se construiría sobre las ruinas de la ciudad de Rafa y alojaría inicialmente a unos 600.000 palestinos que han estado viviendo en el área de Mawasi, pero solo después de ser investigados para evitar el ingreso de miembros de Hamás. El asentamiento estaría bajo control de las Fuerzas de Defensa de Israel y, una vez allí, sus habitantes no podrán salir.
Según Katz, organismos internacionales administrarían el lugar, aunque no se ha especificado cuáles. También se establecerían puntos para la distribución de ayuda humanitaria. La construcción de la «ciudad humanitaria» podría comenzar durante un alto el fuego.
Las críticas al plan
El plan ha sido objeto de fuertes críticas, ya que implica el desplazamiento masivo y concentración de la población bajo estricta vigilancia militar. «No es ni humanitario ni una ciudad», dijo Amos Goldberg, historiador del Holocausto en la Universidad Hebrea de Jerusalén, en declaraciones a The Guardian. «Una ciudad es un lugar donde tienes posibilidades de trabajo, de ganar dinero, de establecer conexiones y la libertad de movimiento», agregó el profesor, señalando que «no será un lugar habitable».
En la misma línea se expresó Michael Sfard, uno de los principales defensores de derechos humanos en Israel, para quien Katz «presentó un plan operativo para un crimen contra la humanidad«. «No es menos que eso», añadió.
Previamente, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró en una reunión con el presidente estadounidense, Donald Trump, que tanto EE.UU como Israel buscan países que puedan dar a los palestinos un «futuro mejor».