La entidad encabezada por Roberto E. Silva, aseguró que el foco del organismo está en simplificar procesos y presentaciones, manteniendo la protección a los inversores.
A través del dictado de la RG CNV N° 1027 la Comisión Nacional de Valores (CNV) resolvió reducir la exigencia de presentación de estados contables de los fideicomisos financieros únicamente a una periodicidad anual y posibilitar que el fiduciario financiero ejerza, por sí mismo, las funciones atenientes al control y revisión del activo subyacente.
El presidente de la CNV, Roberto E. Silva destacó que “estamos trabajando para simplificar procesos y presentaciones, teniendo como prioridad la ampliación del mercado de capitales y la protección de los inversores”.
En relación con la información de los bienes cedidos y del propio comportamiento del fideicomiso durante su vigencia, a partir del dictado de la RG N° 992, los inversores y el público en general tienen a su disposición en el sitio web de esta Comisión Nacional de Valores información estandarizada y mensual relativa al devenir de cada estructura fiduciaria.
Mediante esta normativa se pone en cabeza de los Fiduciarios ejercer la opción de presentación de estados contables trimestrales, siendo únicamente exigible la presentación de estados contables anuales. Cabe aclarar que la presentación de estados contables trimestrales continuará siendo exigible para aquellos fideicomisos financieros que se constituyan bajo la forma de “Fondos de Inversión Directa”, en atención a las particularidades de estructuración que poseen dichos vehículos.
Por otra parte, la nueva regulación posibilita a los Fiduciarios Financieros llevar a cabo las tareas propias de control y revisión en el entendimiento que tratándose de una sociedad específicamente inscripta en el registro respectivo de esta Comisión Nacional, cuenta con la capacidad para llevar a cabo tales tareas con las obligaciones y responsabilidades intrínsecas a su desempeño.
Qué es un fideicomiso financiero
El fideicomiso financiero es un instrumento que le permite al inversor participar de un proyecto o de un cobro futuro determinado a través de una colocación de deuda o una participación de capital.
De esta forma, comprando valores representativos de deuda de un fideicomiso, el inversor le presta dinero al fideicomiso con el fin de adelantar fondos a un proyecto o a un flujo futuro de pagos. Durante el período de vigencia y hasta el vencimiento del título, el inversor va recibiendo la devolución del dinero aportado más una tasa de interés pactada.
Si el inversor quiere asumir un riesgo mayor y participar de las ganancias del proyecto, puede invertir en certificados de participación del fideicomiso. Con este título el inversor asume el riesgo del proyecto pero participa también de sus ganancias.
La característica del fideicomiso es que se constituye a partir de un patrimonio separado de la compañía que lo genera. De esta forma, una empresa puede poner en marcha un proyecto a través de un fideicomiso y sus acreedores presentes o futuros no pueden reclamar derechos sobre los bienes del fideicomiso. Esto constituye una ventaja para el inversor ya que participa de un proyecto, sin asumir el riesgo de la empresa que lo genera.