La Organización Mundial del Comercio proyecta un crecimiento del 0,9% en 2025 en el comercio global, impulsado por compras anticipadas de importadores estadounidenses antes de la aplicación de nuevos aranceles. Sin embargo, la incertidumbre sigue afectando inversiones y cadenas de suministro a nivel mundial.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) revisó al alza su pronóstico para el comercio global de mercancías, pese a las tensiones generadas por los aranceles impuestos por la administración Trump. Según su último informe, el intercambio mundial crecerá un 0,9% en 2025, un avance frente a la caída del 0,2% prevista en abril.
Este ajuste positivo se explica, en gran medida, por la acelerada compra de productos y materias primas por parte de importadores estadounidenses antes de la entrada en vigor de los mayores gravámenes.
Para 2026, la OMC proyecta un crecimiento del comercio global del 1,8%, aunque esta cifra es más moderada respecto al 2,5% anticipado meses atrás.
La OMC advierte sobre el riesgo de una escalada de represalias comerciales
“La incertidumbre arancelaria sigue impactando la confianza empresarial, las inversiones y las cadenas de suministro”, advirtió Ngozi Okonjo-Iweala, directora general del organismo. Destacó además la importancia de evitar una escalada de represalias que podría perjudicar gravemente al comercio internacional.
Desde Washington, la política de aranceles recíprocos ha generado críticas y tensiones. La administración Trump ha implementado tarifas contra países que, según su mirada, incumplen las reglas comerciales vigentes bajo la OMC, que lleva 30 años supervisando normas para evitar distorsiones y privilegios en el comercio internacional.
En ese marco, el representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, sostuvo recientemente en un artículo que el sistema actual de la OMC “es insostenible” y destacó que las medidas tomadas por su país han garantizado un mejor acceso a mercados extranjeros en pocos meses, algo que, afirmó, no se logró en años de negociaciones.
La disputa plantea un escenario complejo para la estabilidad del comercio global, en un momento donde la recuperación económica mundial todavía muestra signos de fragilidad.